Mauricio Macri respira: Juntos por el Cambio ya tiene la fiscalización del Conurbano y hay sospechas sobre La Libertad Avanza
El expresidente habló con Javier Milei y confirmaron el objetivo cumplido en el Conurbano. La maquinaria del Juntos por el Cambio se despliega para cuidar el voto libertario.
EL zoom empezó el martes con buenas noticias: Diego Santilli y Cristian Ritondo confirmaban que el equipo de fiscales para evitar irregularidades el domingo está completo. Tuvieron 24 horas de tensión absoluta, reclutando militantes de toda la provincia, intentando empardar la maquinaria peronista que trabaja sin dormir hace meses para ganar en 48 horas, en la elección más rara de la historia del país. Sergio Massa no está conforme, sus números no le garantizan el triunfo, pero Javier Milei cree que es favorito y si fiscaliza bien la elección, será el nuevo presidente.
El zoom con los fiscales generales y representantes de cada uno dejó tranquilo a las espadas del PRO bonaerense. Jorge Macri también tendrá un rol nodal, garantiza la fiscalización de casi treinta municipios con su poderío territorial que parte de Vicente López, pero llega a zonas rurales, donde supo cultivar relación con distintos referentes locales. Pablo Petrecca hará los deberes en Junín, mientras Mariano Barroso tendrá lo propio en 9 de julio y Javier Martínez en Pergamino. En los rincones más recónditos de la provincia, se pide el voto por Sergio Massa. En Facundo Quiroga, partido de 9 de Julio, un pueblo que no llega a las dos mil personas, sólo hay pasacalles y carteles de Massa.
Las sospechas llegan sobre los dirigentes de La Libertad Avanza, el espacio que en tándem con Juntos por el Cambio, buscan poner a Javier Milei en Casa Rosada en pocos días. En el zoom, algunos referentes de Milei se niegan a entregar papeles, poderes y el financiamiento para fiscalizar, lo que prendió red flags por todos lados en los rincones del PRO. Creen que puede haber una mano negra incluso de peronistas disfrazados de macristas para perjudicar la fiscalización. Mauricio Macri confía en Cristian Ritondo, no en Diego Santilli, a pesar de que le dio el visto bueno a su capacidad para el recuento de votos el domingo.
La desconfianza es sobre dirigentes libertarios con pelaje peronista que cultivan la amistad con referentes de Sergio Massa e incluso con macristas como Emilio Monzó, quien pidió primero jubilar a Mauricio Macri apenas terminado el ciclo de Cambiemos. Lo mismo con Nicolás Massot, quien incluso suena para ser miembro del gabinete de Sergio Massa si es electo el domingo.
Los temores territoriales entonces no están en Buenos Aires, la tarea está cumplida, y fuentes del sector calculan que unos quince mil pesos por persona aseguran presencia hasta la noche por parte de los fiscales. Vianda, logística de transporte de personas y de boletas, custodia de las urnas durante el proceso electivo y el recuento, el momento donde todo puede suceder. Quince mil pesos a unas 37.000 personas, cifras que asustan hasta el auditor más laxo.
San Juan, Misiones y Santiago del Estero, las tres provincias que siguen pintadas de rojo en el tablero del armado que monitorea Mauricio Macri, con más atención que en 2015, cuando él era el verdadero protagonista, son apellidos desconocidos para el común denominador, pero Mario Peluc, Adrían Chocoline, nombres de referentes que se ponen la remera para defender la "libertad", pero sobre los que pesa alguna desconfianza a la hora de cumplir con sus servicios.
Misiones aporta el 2.79 % del padrón, San Juan el 1.72% y finalmente Santiago del Estero 2.29%. La diferencia es baja, si hubiera un 80% de los votos a favor de Massa, la balanza se inclinaría dos puntos, lo que pone los pelos de punta en Juntos por el Cambio ya que los números privados ponen a Milei ganando por menos de dos puntos. Los expertos en procesos electorales suelen decir que si la maquinaria peronista se pone a todo vapor, pueden cambiar el rumbo de unos cuatro puntos.
La provincia de Córdoba tiene una situación particular. "Tienen miedo de perder cargos nacionales y no le dan lugar al PRO". Habla uno de los tres armadores de relieve en piso cordobés. Hay una multiplicidad de partidos chicos que apoyan a Javier Milei pero que no tienen "los fierros", como se le dice en política a las herramientas y capital humano y financiero para lograr evitar dispersión ni tentaciones en los fiscales.
Quedan 72 horas para determinar el éxito o fracaso de todo el servicio que puso a disposición Mauricio Macri a Javier Milei. No es otra cosa que una situación casi plenamente borgeana. Milei no tiene ninguna posibilidad de ganar la elección sin colaboración del macrismo que arrastra veinte años de procesos electorales, y el macrismo, pero esencialmente Mauricio Macri, no tiene una sola peor pesadilla mientras duerme que la sonrisa de Sergio Massa jurando como el nuevo presidente de Argentina.