La estremecedora debilidad presidencial

Victoria Tolosa Paz, la jefa de la cruzada contra Máximo y Cristina Kirchner de un peronismo manso

La ministra de Desarrollo Social sabe que no la quieren ni un poco en el kirchnerismo camporista y está dispuesta a aprovechar al máximo ese desprecio que sienten por ella y por todos los que están cerca del presidente Alberto Fernández.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare sábado, 28 de enero de 2023 · 09:00 hs
Victoria Tolosa Paz, la jefa de la cruzada contra Máximo y Cristina Kirchner de un peronismo manso
Foto: Twitter Victoria Tolosa Paz
Victoria Tolosa Paz, la jefa de la cruzada contra Máximo y Cristina Kirchner de un peronismo manso
Foto: Twitter Victoria Tolosa Paz
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Victoria Tolosa Paz se transformó, con premeditación, en la más eficaz y punzante representante de lo que Alberto Fernández jamás se atrevió a ser. El vocero y firmante de una gran cantidad de peronistas que creen en el Frente de Todos, que desde el inicio acompañaron el proceso de Néstor Kirchner, pero que luego fueron quedando marginados por la radicalización expuesta por la nueva cultura del “ir por todo” y sólo con los propios.

Un anticipo lo dio hace quince días cuando en Mar del Plata discutió airadamente con la directora ejecutiva del ANSES, Fernanda Raverta, porque sintió que había destratado y hasta faltado el respeto al presidente.

Efectivamente, en un acto en el que compartieron cuestiones vinculadas con la Administración Nacional de Servicios Sociales y el Ministerio de Desarrollo Social, apenas terminó el acto, la ministra la cruzó, airadamente, y le recriminó a Raverta sobre lo que había pasado, y ésta tampoco se quedó callada.

Ayer, Tolosa Paz aprovechó la filtración periodística realizada por Wado De Pedro para criticar a Fernández por “falta de códigos” al no haberlo invitado a una reunión organizada con Lula Da Silva por los organismos defensores de los derechos humanos, para volver a “saltar en defensa de su jefe” y amigo de su esposo, el publicista Pepe Albistur, y reclamarle al ministro del Interior una aclaración y pedirle su renuncia si estaba tan incómodo en su Gabinete.

Lamentablemente para ella, dicen que esta última aparición la hizo con el consentimiento presidencial, es decir, luego de pedir permiso, lo cual habla mal de Alberto Fernández que parece no tener las agallas suficientes para convocar a un funcionario de su Gabinete a que vaya a verlo y exigirle una explicación o, al menos, enviarle un mensaje de texto o llamada telefónica para preguntarle si era cierto.

Nada de esto último pasó y la ministra, que sabe que gana espacio en los medios y se posiciona como la más antikirchnerista del Gobierno, aprovechó el episodio, pidió permiso, y se lo concedieron.

Insólitamente, a Fernández no se le habría pasado por la cabeza pedirle la renuncia a De Pedro. “Eso es lo que La Cámpora y Cristina quieren para sentirse ofendidos, liberados, y tan destratados para decir que los echamos del Gobierno”, dicen en su entorno como justificación.

De Pedro fue el mismo que, a pocas horas de la catastrófica derrota de todo el peronismo unido de la Provincia de Buenos Aires en las PASO de 2021, presentó su renuncia a la que luego se le sumaron todos los otros funcionarios que responden a Cristina Fernández de Kirchner y a su hijo Máximo para que el presidente hiciera lo propio y se desprendiera de los “funcionarios que no funcionan”.

Por supuesto, no pasó nada de eso y sólo hubo una salida estruendosa: la del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, que tuvo que ir a Cancillería. El enroque se completó con la llegada de Juan Manzur en su reemplazo y la agitada despedida de Felipe Solá como responsable de la política exterior argentina.

Tolosa Paz, en tanto, es una persona que padece el kirchnerismo y a los amigos de Cristina y de Máximo Kirchner. Florencia Saintout, una protegida de ambos, le ganó la última interna para elegir candidatos a intendente en su ciudad natal, La Plata, y la vicepresidenta dejó en claro que tampoco la quería para encabezar la lista de diputados nacionales por la Provincia de Buenos Aires en 2021. Ella y su hijo pedían que fuera Cafiero el que estuviera ahí así, de paso, lo sacaban del lugar de donde luego se fue tras la derrota.

Tanto es así que el desdén vicepresidencial se notó en el acto -velorio que realizaron tras conocer los resultados electorales de las PASO de 2021 en Chacarita- cuando la entonces encargada de la Mesa Nacional de Lucha Nacional contra el Hambre y Coordinadora Nacional de Políticas Sociales y electa diputada nacional quiso saludar a Fernández de Kirchner y ella miró para otro lado de manera idéntica que lo hizo cuando en el Congreso Mauricio Macri le extendió la mano.

Cuando la vida te da limones, tenés dos alternativas: o te amargás o hacés limonada. Ese parece ser el camino emprendido por la ministra que, de una debilidad manifiesta, empieza a ser la única contestataria y rebelde ante la contraparte del kirchnerismo camporista. Otros, menos bondadosos, creen que está dispuesta a buscar un nítido posicionamiento para cuando Daniel Scioli aparezca en la escena como candidato presidencial. 

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