Expectativas

Volvió Lula, con el objetivo de no cometer los errores de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner

La experiencia frustrada del Frente de Todos motivó a Lula a avanzar en alianzas con espacios políticos de derecha y moderarse por el ajustado resultado electoral del balotaje. Su tercera administración arranca con un equipo ministerial más tirado al centro derecha.

Beto Valdez
Beto Valdez lunes, 2 de enero de 2023 · 07:08 hs
Volvió Lula, con el objetivo de no cometer los errores de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner
Foto: Noticias Argentinas

Lula entendió todo. No quiere repetir la experiencia fallida del Frente de Todos que fracasó no sólo por su pésima gestión, además Alberto Fernández y Cristina Kirchner nunca comprendieron que no tenían la legitimidad de origen como para gobernar al estilo K de la década anterior”. Así explica a MDZ un vocero del oficialismo local el rumbo que va a adoptar el flamante presidente de Brasil. Con buenos contactos con el PT, este dirigente compara el ajustado resultado electoral obtenido por Luiz Ignacio Da Silva en la segunda vuelta con el de los Fernández en 2019.

Alberto y Cristina nunca quisieron aceptar que ganaron por escasa diferencia y que Mauricio Macri obtuvo un 41%, la sociedad no les dio un cheque en blanco como en consiguió la vicepresidenta en 2011”, precisa la fuente. “Se quedaron con la foto del contundente triunfo de las PASO”, agrega. Finalmente no gobernaron para el voto blando que creyó en la moderación que prometieron, se pelearon y también terminan disconformes sus propios votantes por la pésima situación económica. 

Lula y sus principales colaboradores han analizado con preocupación la frustrada experiencia del FdT y quieren evitar a toda costa los errores no forzados de su amigos argentinos. “En el entorno del presidente de Brasil no desconocen que el balotaje fue mucho más parejo de lo que esperaban, cuando muchos esperaban un triunfo en primera vuelta”, comenta una fuente diplomática.

“Además -agrega- Jaír Bolsonaro recibió muchos votos útiles de sectores urbanos que no querían que volviera el PT”.  Todo parece indicar que el exlíder metalúrgico está obligado a moderarse y ampliar su alianza con sectores de derecha. El objetivo parece ser ubicarse en el centro político de Brasil y dejar aislado a su antecesor. 

“Los electorados de la región exhiben que la grieta no es marca registrada de la Argentina, todo es un River-Boca sin grises que condiciona a las nuevas administraciones que al final del día no saben para quien deben gobernar como también le está pasando a Boric en Chile”, analiza un funcionario de la Cancillería argentina experto en America Latina. El problema de la sábana corta, como en el fútbol. 

Si la gestión de un Gobierno de origen populista intenta tranquilizar a los mercados con gestos moderados, puede lograr su objetivo o no pero seguramente pondrá de mal humor a su base electoral. En eso anda Lula con las designaciones de un Gabinete que luce más cerca del centro derecha. El PT prácticamente es minoría dentro un elenco ministerial provenientes de partidos más conservadores como el PMBD, el Partido Socialista Brasilero del vicepresidente Geraldo Alckmin, quien además será ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior. En términos ideológicos quien fuera compañero de fórmula de Lula está más cerca de Ricardo López Murphy que de Axel Kicillof. Una cuestión que puede generar cortocircuitos en la relación bilateral.

La cartera de Hacienda quedó a cargo del exalcalde de San Pablo Fernando Haddad, un técnico que precisamente no representa a los sectores más ideologizados del PT. Lo mismo que el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, exembajador en Buenos Aires, un auténtico representante de la línea profesional de Itamaraty, muy lejos del Grupo de Puebla que tanto entusiasma a Alberto. Igualmente su política exterior no va a ser tan agresiva como la de Bolsonaro, ni tampoco un giro a la izquierda. Se va confirmando una administración que se puede llevar mejor con Juntos por el Cambio que con el oficialismo actual.

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