Crisis en el FdT

Cristina Fernández de Kirchner se hace cargo del Gobierno y conduce la cuenta regresiva hacia 2023

La vicepresidenta designó casi personalmente a Silvina Batakis y alertó que de ahora en más estará en el día a día de la toma de decisiones del gobierno que preside Alberto Fernández. Las dudas dominan al gabinete que puede sufrir más cambios esta semana.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare sábado, 9 de julio de 2022 · 07:00 hs
Cristina Fernández de Kirchner se hace cargo del Gobierno y conduce la cuenta regresiva hacia 2023

La posibilidad de que se produzcan nuevos cambios y reacomodamientos en el Gobierno es algo que ya nadie oculta como que Cristina Fernández de Kirchner se hará cargo de ahora en más de la cotidianeidad del gobierno, porque “esta vez está asustada con lo que puede venir”, según reveló un funcionario nacional con despacho fuera de la Casa Rosada.

El viernes, en Santa Cruz, la vicepresidenta encabezó el acto por la inauguración de un cine en El Calafate, su lugar en el mundo, y habló de nuevo. “¿Es necesario que hablen todos los días?”, le preguntó MDZ a un importante dirigente territorial bonaerense. “Y… Máximo lo único que pretende es fidelizar a través de su misa ricotera”, en alusión a la convocatoria muy propia que posee el jefe de La Cámpora.

Realmente caló hondo todo lo que pasó en el gabinete nacional. Muchos siguieron los acontecimientos chateando con otros dirigentes y sólo unos pocos tuvieron el termómetro del minuto a minuto. Y, efectivamente, se ratificaron dos cosas. Que la vicepresidenta le dijo al presidente que ella no tiene intermediarios, ni siquiera su hijo, y la reunión del miércoles a la tarde noche sí existió entre Cristina Fernández de Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa.

“Si ella pudiera poner una silla al lado de la de Alberto en su despacho, lo haría ya. No puede. Entonces, le pidió estar en el día a día y que todas las decisiones trascendentales sean convalidadas por ella, a lo cual él aceptó”, reconoció otra fuente de primerísimo nivel a MDZ.

A pesar de este contexto de crisis política que se traslada a la economía, uno de los más pesimistas frentetodistas cree que tras el reencuentro, “forzado por el miedo”, se abre otra etapa, que puede beneficiar en la paz del oficialismo.

Alberto ni en p… renunciará. Habrá que ver cuándo vuelve a estallar otro conflicto. El tema energético es crucial, y creo que este fin de semana habrá novedades. Pero lo que tenemos que tener en claro es si esas decisiones son como lo pretende Alberto o son los que plantean desde el Instituto Patria”, reconoció.

Efectivamente, por más diálogo que haya, la relación entre las partes fundacionales y fundamentales del Frente de Todos se rompió. El presidente, en todo caso, era el eslabón más débil al inicio que se fortaleció por la atribución presidencial pero que jamás utilizó ese poder para armar otra cosa que lo sustentara. El nonato albertismo se lo sigue reclamando hasta hoy, lo mismo que la inconsistente Liga de Gobernadores o los intendentes del conurbano que, como lo reconoció uno de ellos, “no trabajamos como equipo sino como singlistas”.

“Lamentablemente, todos están especulando a ver qué sacan de todo este revoleo. Es una macana, porque nadie saca nada y lo único que queda es más desconfianza. Entonces, nos encorvamos, empieza el secretismo y todo se vuelve a trabar”, tradujo uno de los pocos que, en privado, viene advirtiendo todo el proceso pero luego es uno de los comunicadores habilitados a la hora de dar buenas noticias.

Alberto Fernández tuvo que clavar el freno sobre los cambios ministeriales la semana pasada cuando sugirió hacer todo sin llamar a la vicepresidenta. Ahí, Sergio Massa y Vilma Ibarra le recomendaban refrendar todo con ella. Cuando lo hizo, terminó siendo Silvina Batakis la reemplazante de Martín Guzmán y el cambio quedó solo en el “pieza por pieza”.

“Todos sabemos que con esto solo no alcanza. Deben haber otros cambios, más certidumbres”, reconoció la fuente a MDZ. Cuando este periodista le contestó que “el riesgo país lo marca la incidencia de Cristina Fernández de Kirchner en la toma de decisiones”, este funcionario aceptando, resignado, que esto también es cierto.

La idea de Alberto Fernández y Sergio Massa vigilando los “exabruptos” de CFK, promocionados bajo el slogan “volvimos mejores”, falló. Pero nadie puede salir indemne de esta complicación provocada por una catarata de errores propios y dos catástrofes internacionales como la pandemia y la invasión a Ucrania.

Donde no hay dudas es en la Provincia de Buenos Aires. Axel Kicilof se reconfortó por su nuevo empoderamiento, no oculta una nueva reconfiguración interna que lo involucra nuevamente a Carlos Bianco y sugiere que trabajará con todos pero fundamentalmente con los que crean en su proyecto.

Por eso el viernes estuvo en General San Martín con Fernando Moreira, el intendente interino de General San Martín, y más tarde con Mayra Mendoza, en Quilmes. El primero es aliado del ministro Gabriel Katopodis, del nonato albertismo en retirada, y la quilmeña es núcleo duro de La Cámpora.

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