Rumores y desmentidas

Las razones por las que Sergio Massa quiere llegar al Gobierno

Alberto Fernández quedó casi sin margen para resistir un cambio sustancial en su gabinete. Sergio Massa podría asumir la semana próxima en Economía y tiene el apoyo directo de la vicepresidenta. Los gobernadores pidieron que se tome una decisión y, de nuevo, hay que esperar.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare miércoles, 27 de julio de 2022 · 22:12 hs
Las razones por las que Sergio Massa quiere llegar al Gobierno
Foto: Télam

Sergio Massa salió a desmentir su supuesta asunción como ministro de Economía, como jefe de Gabinete o en cualquier otro cargo del gobierno nacional luego de una jornada en la que circularon múltiples versiones que incluían su incorporación al gabinete la semana próxima, a pesar de que ni él ni su equipo de trabajo hayan dicho ni una sola palabra sobre el tema durante todo el día. 

La historia de Massa "super ministro" empezó muy temprano con el mensaje de su mujer, Malena Galmarini, quien tuiteó que encontró un video de 2013 en el que hablaba de la supuesta vuelta de Massa al máximo del poder. Quienes lo vieron supusieron que hablaba de una vuelta de Massa al Ejecutivo, pero otros suponían que se iba del gobierno para reforzar el Frente Renovador. Todo podía ser interpretado a partir del sugestivo tuit. 

A la mañana, temprano, Martín Insaurralde, vocero autorizado de Máximo Kirchner, reclamó que Massa fuera incorporado al gabinete. y encendió el "operativo clamor" que casi lo transforma en el "salvador" que el peronismo kirchnerista espera y en el que él desea transformarse, Muchas veces su autoestima le juega en contra. Es tanta la seguridad sobre sí mismo que el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación cree que está en condiciones de encauzar el rumbo a pesar que la nave está en medio de terribles tormentas.

Lo intentó en otro momento, con más aire para el kirchnerismo, cuando en 2009 dejó la intendencia de Tigre para ser jefe de Gabinete. Duró un año. Ahí tuvo que soportar las ironías de Néstor Kirchner, que lo apodaba con todo tipo de apelativos denigrantes y tuvo que hacer equilibrio con la mujer que era presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

Además, por lo bajo, Julio De Vido, el más amigo de Néstor Kirchner, le hacía la vida imposible y Amado Boudou, su antiguo aliado en el ANSES, a quien él le abrió la puerta, ya le daba directamente las ideas que tenía en su carpeta al expresidente. 

A pesar de todo esto, Massa se reinventó. Y en dos años creó una corriente interna que, al año siguiente, impidió el supuesto intento de "Cristina Eterna" que tiraban sus más fervientes admiradores. El Frente Renovador se impuso en la Provincia de Buenos Aires con más de una docena de intendentes en sus espaldas y el macrismo que había perdido la personería jurídica en este territorio. 

El minuto a minuto de la Casa Rosada era desopilante. "Es el presidente con la mayor indecisión de la historia!", dicen quienes debían darle cierta letra a los periodistas. Estos funcionarios, que conviven con el Presidente de la Nación, no sabían cómo seguía la película. 

El actual presidente de la Cámara de Diputados de la Nación quiere entrar con el poder total de la administración pública. No puede ser jefe de Gabinete, porque eso le provocaría la renuncia del único gobernador que está en funciones y quebraría el tibio apoyo que estos le dieron al presidente al no conformar la Liga de Gobernadores.

De hecho hoy muchos se juntaron en el Consejo Federal de Inversiones para ir a reclamarle al jefe de Estado, pero en el camino algo pasó y, todo fue tenso, pero no extremo. Alberto Rodríguez Sáa de nuevo se bajó de esa juntada en la Casa Rosada. 

Ningún ministro del gobierno nacional sabía de la llegada de Massa al gabinete que ellos integran y siempre dejaron en claro que poco o nada tenían que ver en esa decisión. El presidente recibirá al legislador nacional el viernes o el sábado en Olivos, sin que nadie pueda certificar cómo saldrá parado en ese encuentro. 

El tigrense quiere tener bajo su órbita todo el ámbito económico y productivo del país. Por eso hablan de un enroque entre Daniel Scioli y Matías Lammens de Producción a Turismo, relegar a Silvina Batakis, quien aún no regresó de Washington, a una Secretaría de Hacienda y Diego Martínez se quedaría, también, en un rango inferior del gabinete. Julián Domínguez también se alejaría de Agricultura, Ganadería y Pesca e iría a la embajada en Brasil.

El último en tener todos los resortes del poder bajo su órbita fue Domingo Cavallo. Ni Roberto Lavagna llegó a tanto porque no sólo duró menos tiempo sino porque Néstor Kirchner jamás lo permitió. 

Y Massa no tiene otra alternativa que demostrar un éxito cantante y sonante para poder tener futuro político. Su apuesta es algo que pone a prueba Cristina y Máximo Kirchner. Habrá que ver qué pasa si asume y el posible "super ministro" debe tomar medidas extremas, esas que la vice no desea y su hombre de mayor confianza, Axel Kicillof, descree que sean la solución. 

Mientras se escribe esta nota, a las 21.05, el presidente seguía hablando sólo con un puñado de ministros y funcionarios de su extrema confianza. Es decir, la verdadera "mesa chica", que no tiene nada de musculatura política, y está compuesta por Vilma Ibarra, Juan Manuel Olmos, Julio Vitovello y Santiago Cafiero. Poco para frenar ni siquiera un auto Scalextric. 

Archivado en