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Potrerillos, afortunadamente en marcha

La concesión del desarrollo de Potrerillos, 20 años después de la inauguración, es un paso adelante. Puede ser un impulso para al turismo, una de las principales industrias de Mendoza. La participación y la inversión privada son auspiciosas. El Estado debe controlar y agilizar las gestiones.

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MDZ Política martes, 19 de julio de 2022 · 13:00 hs
Potrerillos, afortunadamente en marcha
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Han sido demasiados años de la misma frustración que nos acompaña permanentemente. Desde la construcción del dique Potrerillos y su inauguración y comienzo de llenado en 2001 con De La Rúa como presidente y la posterior puesta en marcha de la usina hidroeléctrica en 2003 por Néstor Kirchner, la frustración de un Estado inútil paralizó todo intento de darle infraestructura básica sustentable turística al dique y su entorno. La inacción se profundizó año tras año por la concurrente crisis económica y el consecuente empobrecimiento de la provincia.

Finalmente se concesionó la explotación de un sector del dique a dos empresas para que con un 100% de inversión a su cargo y un pago de un canon consistente en la alícuota de ingresos brutos más un 1% extra, lleve adelante las obras aprobadas y en el tiempo prometido comiencen a utilizarse los servicios por mendocinos y visitantes.

El trámite de concesión fue impulsado por el anterior gobernador Alfredo Cornejo, culminado por Rodolfo Suarez e implementado por el Secretario de Ambiente y Ordenamiento Territorial Humberto Mingorance. La mención a  Mingorance no es gratuita. Ha conseguido llevar adelante este postergado proyecto, lo que es un suceso frente al fracaso gestionario del Ecoparque, también de su responsabilidad.

Una de cal y una de arena. Consideramos afortunado el otorgamiento de la concesión y la inminente inicio de las obras, porque se abre una posibilidad cierta de inversión en un lugar paralizado durante más de 20 años en una inacción absoluta. Justo en el área, turismo, que más contribuye al crecimiento del producto bruto interno.

Aclaración indispensable: nuestro beneplácito y apoyo a este importante proyecto, tiene en concordancia la presencia necesaria e indispensable del Estado útil. Sin burocracia paralizante y con presencia eficiente, el Estado debe garantizar el correcto cumplimiento del contrato de concesión, en inversión y gestión eficaz y preservar la sustentabilidad de toda la obra y su impacto ambiental.

Han surgido dudas interesadas, lógicas otras,  también ingenuas; miradas exageradas de periodistas, en su natural y lógica tarea escrutadora y también de las permanentes visiones aparentemente progresistas, que invariablemente atrasan y detienen todo intento de llevar adelante un proyecto concesionado y  controlado por el Estado con inversión y gestión privada.  

Constante dilema de los últimos 70 años argentinos que nos han llevado a este presente de deterioro, decadencia y frustración. Es necesario apostar a esta nueva posibilidad turística que conlleva riesgo e  inversión privada y requiere la presencia de un estado que audite racionalmente, evite excesos indebidos, errores y/o perjuicios, pero que no burocratice todo  y no se convierta en una carga innecesaria.

Es simple. Sentido común y racionalidad inteligente. Sin dogmatismos, ideologismos paralizantes u obstrucciones ridículas que todo paralizan y que nos han llevado a situaciones como las que viven Puente de Inca, Las Cuevas y Los Penitentes actualmente. Ni sanitarios lógicos ofrecen y la realidad entristece.

Bienvenida la inversión privada. Bienvenida la decisión pública de concesionar. Ahora a cumplir. Los privados a invertir y cumplir. El Estado útil a auditar con racionalidad y apego a la ley. MDZ aprueba e impulsa y también como medio de comunicación, sin prejuicios ni intereses ocultos, observa el avance de lo acordado con esperanza y expectativa positiva.

Si todo sale como tiene y puede suceder, mendocinos y turistas a disfrutar. Es hora, son demasiados años de frustración e ineficiencia. Demos este paso adelante con esperanza lógica. Es posible.

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