Horas de zozobra en las automotrices por la salida de Matías Kulfas
Pese a ser sábado, en las automotrices se vivió un día agitado. La salida del ministro Matías Kulfas generó incertidumbre. Era un funcionario con el que tenían diálogo permanente e intentaba solucionar los problemas del sector. La llegada e Scioli trajo alivio
La salida de Matías Kulfas del Ministerio de Producción y Desarrollo causó un cimbronazo en la industria automotriz. Más allá de lo intempestivo de la medida, en el sector reconocen los esfuerzos que hizo para mantener funcionando a las terminales, en medio de las restricciones de todo tipo, especialmente la cambiaria.
Por eso, desde que se conoció la decisión del presidente Alberto Fernández se vivieron horas de zozobra por el escenario de incertidumbre que se abría para las empresas por el temor de una radicalización de la política hacia el ala más dura del kircherismo. "No tenemos ni un sábado tranquilo en este país" se quejaron desde una terminal.
A esas horas de la tarde, todo era preocupación.
“Con Kulfas veníamos tendiendo buen diálogo, en un contexto difícil. Es una pérdida que deje su cargo y no es un momento adecuado para provocar un cambio en área tan sensible” dijo a MDZ un directivo de una automotriz apenas conocida la noticia..
En el sector, se encuentran en medio de una difícil negociación con el Banco Central para destrabar la falta de dólares para la importación de autopartes y que tiene a la producción automotriz pendiendo de un hilo.
Sin embargo, la rápida designación de Daniel Scioli trajo alivio.
“Su nombramiento trae tranquilidad. Es un hombre de buen diálogo que, además, conoce bien al sector porque viene de ser embajador en Brasil, el principal socio automotor de la Argentina. En medio de lo malo que puede ser la tensión política que llevó a la renuncia de Kulfas, es un dato alentador” señalaron desde otra empresa.
“Es una buena elección y, por suerte, se decidió rápido y en el sentido correcto. Con los nombres que estaban circulando, apenas se conoció la salida del ex ministro, era para preocuparse. Scioli va dar continuidad a la buena relación con el sector” explicó un directivo de otra terminal.
“No es momento de dar señales confusas o agravar los problemas. Tenemos dificultades para explicar en las casas matrices todos los problemas argentinos y no estaba bueno sumar un conflicto más con funcionarios que quieran profundizar las restricciones. Scioli es un hombre más abierto y práctico. Ahora, hay que ver el margen de maniobra que tiene” dijeron en otra terminal.
El problema de la falta de divisas es el más acuciante que enfrenta el sector.
Hace más de tres semanas que el Gobierno Nacional y las automotrices vienen negociando un acuerdo para que las empresas financien al Estado una determinada cantidad de dólares para que se puedan destinar a la importación de insumos para los autopartistas.
El planteo oficial se basó en que las terminales multinacionales le “presten” al Estado el dinero para mantener las fábricas funcionando. El mecanismo sugerido es que las automotrices financien sus propias importaciones de autos, sin demandar dólares para esa operatoria, por un tiempo determinado. Más allá de producir en el país, la mitad de los vehículos que se venden los importan desde las casas matrices. Esos dólares que dejarían de destinarse a la importación de vehículos, podría ser destinado a la compra de insumos importados que requieren los autopartistas para producir.
Todavía no se llegó a un acuerdo operativo porque el Gobierno Nacional no encuentra la forma de implementar el sistema, ante las dificultades legales y operativas que se presentan, como tampoco tiene claro cuál es el monto que necesita.
Tal como adelantó MDZ, el número sobre el que se estuvo trabajando es de u$s150 millones. Esto monto surge del siguiente cálculo. Lo que el Gobierno Nacional quiere que le financien las empresas son los dólares para atender la producción incremental que habrá este año respecto al 2021. Concretamente, que las automotrices pateen los pagos a sus casas matrices por los 0km que les compran.
Se espera para el 2022 un aumento de la actividad de 25%. El sector autopartista importó el año pasado por u$s600 millones. Es decir que, para crecer 25% necesitaría u$s150 millones más. Pero este número está puesto en duda y en las negociaciones se viene modificando continuamente.
El problema que plantean algunas empresas es que no pueden saber cuánto es el plazo y el monto que podrían aceptar en las casas matrices de diferir los pagos.
A esto se suma otro problema es que el Banco Central está considerando cuánto sería el dinero que se requiere para importar piezas para esa producción adicional, pero no está considerando las divisas que se generan por exportar esos 0km ya que el 70% de la producción promedio se vende en el exterior.
Tampoco se tuvo en cuenta en el pedido original que, además de una mayor demanda de dólares para importar 25% más insumos y piezas que el año pasado, estos productos vienen teniendo un fuerte aumento de los precios internacionales lo que hace que, con la misma cantidad de dólares, no se compran la misma cantidad de piezas. Esto hace que la necesidad de dólares sea aún mayor para adquirir las unidades que se necesitan.
En el sector aseguran que el Central está haciendo un cálculo incompleto y dejaron trascender el malestar. “Nos piden una cantidad de dólares porque vamos a producir más, pero eso va a generar dólares que entren por exportaciones y eso no está siendo contemplado”, explicaron.
La otra traba para poder acordar es cómo garantizar que los dólares que las automotrices le presten al Gobierno vayan para la importación de insumos sólo de los autopartistas. Como el mecanismo que se tiene que implementar es que la Aduana libere del “cepo” determinadas posiciones, podría producirse que otros sectores vean en esa ventana la posibilidad de importar alguna materia prima o insumo que usen como los autopartistas. Este es un punto difícil de sortear ya que podría generar que los dólares que financian las automotrices sean utilizados por otras industrias.