En foco

El patetismo exculpatorio de Cristina

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a la carga con un relato y un contexto conocido. Público propio para aplaudir, críticas a "su" presidente y a Macri y una lectura novedosa de la realidad.

MDZ Política
MDZ Política martes, 21 de junio de 2022 · 10:32 hs
El patetismo exculpatorio de Cristina
Foto: Télam

En otra de las habituales reuniones donde se rodea de adherentes fervorosos y funcionarios militantes kirchneristas y de La Cámpora, Cristina Fernández de Kirchner nos volvió a introducir en el insólito realismo mágico de sus largas alocuciones.

Continúa con su obstinado e irreal propósito de despegarse de su creación del Frankestein que instaló en la presidencia de la Nación. Su persistencia autoexculpatoria lastima el sentido común de millones de argentinos y de la realidad.

Mientras La Cámpora controla el 75% de las cajas del Estado, numerosos kirchneristas ocupan cargos claves en la Administración. Ahora fue en el seno de la CTA conducida por Hugo Yasky y que nuclea miles de empleados estatales, desde donde arremetió nuevamente contra el presidente, el endeudamiento tomado hace 4 años por Macri (cuándo no), el festival de importaciones, esto sin mencionar los 1.600 millones de dólares que se gastaron en mayo en los barcos que proveen el gas faltante y necesario ante el frío invernal y demás errores conceptuales. De la no construcción del gasoducto, no se habla.

Para que haya elementos industrializados en el país hay que, en casi todos los productos terminados, importar alrededor del 75% de elementos que lo integran. Con ello se ensamblan los productos finales que consumimos los argentinos. La mirada sobre las importaciones es puro relato ficcional errado. Hay una necesidad imperiosa importar para producir.

El ataque a los movimientos sociales oficialistas afines a Fernández (especialmente el Movimiento Evita) es también un ataque a los movimientos trotskistas, fundamentalmente del Partido Obrero, que vienen copando la calle que hasta ahora ellos creían que era “propiedad exclusiva del kirchnerismo”. Inaceptable también, pero real y demandante para su mirada del poder territorial.

Para no abundar, resumimos en el habitual ataque a los empresarios formadores de precios y a la desopilante e increíble afirmación que el déficit público no genera inflación. Abundan las palabras. Es obvio que en su desconocimiento e improvisación en materia económica, que la lleva a cometer errores graves en sus definiciones económicas, su objetivo esencial es desatenderse de toda responsabilidad en el gobierno que ideó y llevó a la realidad. Tarea hipócrita e inconducente.

El poder real lo tienen en sus manos camporistas y kirchneristas fanáticos que  pueblan la mayoría de organismos del “Estado Leviatán” construido a nivel nacional. Salvo el señalado realismo mágico que se quiere imponer, la realidad real y el destino que nos aguarda tiene el sello claro y originario de Cristina.

No hay posibilidad de separarse y la ruptura expresa con el desvaído albertismo no la excluye ni exculpa. Fue su propia idea y creación y tiene que hacerse cargo sin más remedio, pese a su obstinación de desatenderse.

Archivado en