El plan de Alberto Fernández para resistir los embates del kirchnerismo
El presidente se refugia en los funcionarios que le responden y avanza con su plan "aguantar" a la espera de que la recuperación económica se comience a sentir en amplios sectores de la sociedad.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a sacudir la interna del Frente de Todos el viernes con un duro discurso en la provincia de Chaco, en el que apuntó contra el ministro de Economía, Martín Guzmán, y contra el presidente Alberto Fernández por el rumbo económico adoptado por el Gobierno del que forma parte.
El presidente se refugia en los funcionarios que le responden y avanza con su plan "aguantar" ante los embates descarnados del kirchnerismo duro.
Fernández no cambiará el camino que definió. El plan en marcha consiste en la "resistencia pacífica" ante los embates. Algo parecido a la actitud adoptada por Daniel Scioli cuando era gobernador de la provincia de Buenos Aires y también sufría los embates kirchneristas.
Alberto no responderá las críticas ni los agravios. Tampoco llamará a la vicepresidenta. No hay vuelta atrás ni debate de ideas posible entre ellos. Fernández está convencido que en los próximos meses la situación económica comenzará a dar señales de una fuerte recuperación, aunque con elevada inflación.
También quedó descartada la posibilidad de avanzar con la conformación de una mesa de comando junto a Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof. Ya no existirá consenso para la toma de decisiones, pero no irá a la guerra ni mucho menos provocará cambios internos que aumenten la tensión.
El tridente bajo fuego del kirchnerismo que componen Martín Guzmán (Economía), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Claudio Moroni (Trabajo) está a resguardo. El "albertismo" apuesta a que el kirchnerismo se agote solo y enfocarse en la gestión.
El presidente también mira con atención los últimos movimientos estratégicos del kirchnerismo duro desde el Congreso. "Nos quieren marcar la cancha con temas económicos. Todas acciones populistas", describieron el accionar del kirchnerismo duro.
Pese al desgaste interno por la crisis en el Frente de Todos, Fernández no se resigna ni da por perdido 2023. Está decidido a ir a una interna para validar su posición. Hoy los números no lo acompañan y solo le queda "aguantar" a la espera de que la recuperación económica comience a sentirse con mayor fuerza.