El gobernador peronista que Horacio Rodríguez Larreta quiere de jefe de Gabinete en 2023

Horacio Rodríguez Larreta reveló el dato el 29 de abril ante empresarios en Bariloche. Fue durante una conversación privada con hombres de negocios luego de exponer ante el hermético y exclusivo foro Llao Llao que organiza cada año Eduardo Elsztain, fundador del grupo IRSA. Desde entonces, y ante su mesa chica, insiste con su primer borrador de gabinete nacional que, de acuerdo al deseo del alcalde porteño, debería tener al peronista Juan Schiaretti como su futuro jefe de ministros a partir de 2023.
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“Si llego a la Presidencia, a mí me gustaría tener un jefe de Gabinete como Juan Schiaretti”. Larreta ya dejó trascender, alejado de los micrófonos, esta posibilidad ante el círculo rojo en el Llao Llao. No se trata sólo de una expresión de deseo. En la jefatura de gobierno porteño ya circuló esa propuesta y los contactos con Schiaretti son más fluidos de lo que trasciende. Mañana, como parte de ese operativo de seducción al gobernador y al electorado de Córdoba, Larreta montará un escenario en el Obelisco para un recital gratuito de Carlos "La Mona" Jiménez. Aunque el armado nacional avanza a baja intensidad con la gestión en la Ciudad de Buenos Aires como prioridad, en el equipo de Rodríguez Larreta ya comienza a circular un borrador sobre un eventual gabinete nacional.
El gobernador de Córdoba integra un grupo multi partidario que se juntó por última vez en la residencia de Juan Manuel Urtubey, otro peronista de centro, en San Isidro. Allí, junto al radical Gerardo Morales (Jujuy), pero también con los peronistas moderados Emilio Monzó, Rogelio Frigerio y Florencio Randazzo, exploraron la posibilidad de un acuerdo programático de cara a 2023. Ese pelotón de dirigentes son el puente entre Larreta y Schiaretti para diseñar un plan de gobernabilidad, alejado tanto de Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, que sostenga al próximo presidente a partir del 2023. Se trata de una respuesta indirecta y estratégica del larretismo ante la intención de Macri y Bullrich de ampliar Juntos pero hacia el sector de Javier Milei, para fomentar el perfil antiperonista que tuvo la gestión Cambiemos entre 2015 y 2019.
De fondo, late la estrategia de Rodríguez Larreta para ampliar la base de apoyo de Juntos por el Cambio, más hacia las fronteras del peronismo de centro que hacia la derecha radical que vende Javier Milei y atrae a Mauricio Macri. Por eso Emilio Monzó ya participó la semana pasada de una reunión presencial para realizar un mapeo de potenciales aliados peronistas en el interior del país. El ex presidente de la Cámara de Diputados será el armador no peronista de la campaña de Larreta aunque todavía no está dispuesto a hacer público su nuevo rol y siga aguardando la resolución de la interna del macrismo. “Emilio está esperando a ver cuántos heridos quedan de cada lado a partir de la interna entre Horacio y Patricia Bullrich”, explica ante MDZ uno de los integrantes de la mesa chica del larretismo. Y agrega: “Con Patricia no lo une nada, Emilio está más cerca del armado de centro que impulsa Horacio y está enfocado en darle más volumen peronista a un potencial gobierno de Juntos a partir de 2023”.
En una entrevista, Larreta además presentó a Hernán Lacunza como el coordinador de sus equipos económicos y el encargado de elaborar un plan contra la inflación. El principal obstáculo interno del armado nacional del jefe de Gobierno porteño sigue siendo Macri. El ex presidente avala la candidatura de Larreta pero exige definir la estrategia política de la principal coalición opositora. E insiste que el principal enemigo es interno, en relación a la UCR de Gerardo Morales, el radical que al igual que Larreta apuesta a un armado de centro alejado de Macri y Cristina. Pero en ese grupo de enemigos interno, el expresidente también ubica a Monzó. Ese ajedrez invisible del PRO llevó a Macri a tener de nuevo a María Eugenia Vidal como aliada con Cristian Ritondo como principal consejero de la ex gobernadora.
El eje Macri-Vidal-Ritondo aparece como un obstáculo interno para Diego Santilli, quien ya está confirmado como el candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires de Larreta. A Macri nadie sabe cómo contenerlo. El ex presidente de Boca considera que fue destratado por su propio espacio. Que no recibió el reconocimiento que en realidad merece por haber sido el primer presidente no peronista en concluir su mandato. Y opera desde el rencor. “Tengo más reconocimiento en el exterior que entre los integrantes de mi propio Gobierno”, expresa con bronca cada vez que se le pide un balance de su gestión. Sus contactos con Donald Trump y con el emir de Qatar hicieron ilusionar a Larreta con la posibilidad de sumar al expresidente como futuro Canciller. Pero la propuesta no hizo más que volver a ofender a Macri quien, a partir de sus lazos internacionales con la FIFA, también rechaza la posibilidad de ejercer como una especie de embajador plenipotenciario, itinerante, que se encargue de traer inversión extranjera para la Argentina a partir de 2023.