El gesto de autoridad que el peronismo le reclama a Alberto Fernández

La interna del Frente de Todos atraviesa por su peor momento y el peronismo le reclama al presidente Alberto Fernández un gesto de "empoderamiento" frente a los embates del kirchnerismo duro.

El peronismo, como el Gobierno, está dividido en dos. De un lado están quienes le piden al mandatario que ponga fin a la interna y selle una tregua con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Del otro se encuentran quienes le piden una señal contundente de autoridad, como podría ser un recambio de Gabinete echando a varios funcionarios K.

Fernández por ahora no tiene intenciones de acercar posiciones con Cristina Kirchner. Está convencido de la opción que tomó de gestionar solo, con los aliados que tiene. Considera que la vicepresidenta y los suyos se hundirán en el tiempo junto a sus cuestionamientos incesantes y que él podrá salir a flote con el plan económico de Martín Guzmán.

"Acordar con Cristina es someterse. Es atrasar tarifas y tipo de cambio, es subir retenciones y dar rinda suelta a la emisión monetaria. Es entregarse a su decisión", sostienen desde el entorno del presidente.

Desde un sector del peronismo le reclaman a Alberto Fernández que imponga las reglas del juego. En tanto Fernández cree que el poder se debe ejercer convenciendo al otro, no imponiendo su decisión por sobre la del resto. 

La foto que quedó del acto realizado en Esteban Echeverría es la de la debilidad. La idea era mostrar un importante respaldo político al Presidente en el medio de la interna con el kirchnerismo, y revindicar la gestión de Martín Guzmán en el ministerio de Economía, marcando el crecimiento y la recuperación de puestos de trabajo.

Pero al acto solo asistieron los ministros más leales a Fernández y el titular del ministerio de Justicia, Martín Soria, un kirchnerista tardío. Pese a que el evento se realizó en el conurbano, no hubo ningún intendente de la provincia de Buenos Aires. Tampoco estuvo el gobernador Axel Kicillof. El único gobernador que asistió fue el sanjuanino Sergio Uñac. 

En la Casa Rosada la decepción por la conducción política de Fernández avanza a pasos agigantados. Lo mismo sucede entre los gobernadores del PJ y los sindicalistas. Sostienen que necesitan un jefe político, un rol central en el peronismo que Fernández no cumplió nunca. Alguien que los alinee y los conduzca. Le reclaman una señal de autoridad que nunca llega. Esta señal podría ser el despido de algún funcionario K. El principal apuntado sería el subsecretario de Energía, Federico Basualdo, ya que se trata del rival interno de Martín Guzmán y el funcionario que ha puesto trabas para que el aumento de tarifas no se concrete tiempo atrás.