Opinión

Los anuncios faraónicos de Axel Kicillof en una provincia abandonada a su suerte

Mientras aún transcurre el 2022, ellos sólo hablan del 2023. Kicillof anuncia la construcción de 134 "casas de la provincia", destinando millones a dejar una huella de su gestión, mientras hospitales y escuelas se caen a pedazos.

José Luis Jacobo
José Luis Jacobo jueves, 14 de abril de 2022 · 18:34 hs
Los anuncios faraónicos de Axel Kicillof en una provincia abandonada a su suerte
Foto: Twitter (@Kicillofok)

El proyecto faraónico de Axel Kicillof, con el cual el gobernador pretende dejar una huella de su gestión al frente de la provincia de Buenos Aires, es la construcción de 134 "Casas de la Provincia" cuya principal motivación no es otra que darle entidad ideológica a su gobierno. Mientras tanto, se multiplican las denuncias por el estado lamentable de los hospitales, por la falta de edificios para las escuelas y por el caos en seguridad, sin que ninguna de estas áreas reciba un presupuesto acorde a sus funciones.

En Mar del Plata se anunció que la construcción de la denominada "Casa de la Provincia", que se llevará adelante en el coqueto barrio de San Carlos con un costo inicial de $279.681.995. En tanto, en la misma ciudad, las autoridades provinciales aseguran carecer de fondos para darle un espacio digno de funcionamiento a la escuela especial Nº 515 para personas hipoacúsicas, que hoy por hoy funciona en un PH a pesar de contar con una dotación de 117 alumnos y un plantel de 60 empleados.

Por su parte, el hospital Interzonal General de Agudos “Dr. O. Alende” (HIGA) afronta una crisis terminal, lejos de las preocupaciones de la gobernación y su plan faraónico de dotar a cada municipio de un edificio que marque la presencia del poder central bonaerense. El sistema de salud pública de la provincia de Buenos Aires deja a los más pobres su suerte: lejos de ser salvados por el Estado, terminan dependiendo sólo del destino. Según denuncian los enfermeros de este hospital público —que no sólo atiende a Mar del Plata, sino a toda la Zona Sanitaria VIII—, el estado del nosocomio es devastador.

Gabriel Suárez, jefe de turno de enfermería en el HIGA, señala: "Originariamente había dos quirófanos en la guardia. Hace más de 15 años dejaron de usarse, y ahora son salas de internación, pero el instrumental principal quedó: la torre de iluminación y el oxígeno. Cuando se rompieron los ascensores, hasta tanto se pudiera arreglar alguno para llevar a un paciente rápidamente al quirófano de primer piso, hubo que armar un quirófano de emergencia para usar en la rápidamente en la guardia". 

La situación duró tres días, y finalmente la sala de operaciones de emergencia no se llegó a usar, pero hubo que prepararla porque el ascensor principal estaba roto: no había forma de que los pacientes pudieran llegar hasta el quirófano.

Mucho del equipamiento crucial para el funcionamiento correcto del hospital está fuera de servicio. No funciona. Jorgelina, la esposa de un paciente del HIGA, señala: "Hace 12 días que está internado mi marido, estuvo 8 días en la guardia porque no había camas en Unidad Coronaria porque él entró con un infarto. Hay lugar ahí para 10 pacientes y en total hay 20, y otros 3 en la guardia. Estamos a la espera de un cateterismo, pero recién el sábado me dieron un parte médico como la gente por una enfermera amiga que trabaja ahí, sino no me entero".

La directora del HIGA, Verónica Martin, cultora de un muy bajo perfil, es militante política de La Cámpora. Se muestra poco, y atiende menos. Es una figura casi fantasmal para el personal de este hospital clave tanto para Mar del Plata como para el resto de la región. Eso sí: se mostró más que feliz el día que el sector que impulsa Fernanda Montoto Raverta ganó la interna del PJ local.

Es así: ni salud, ni educación, ni seguridad. La provincia de Buenos Aires está librada a su suerte.

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