Crisis económica

El FMI instó a la Argentina a tomar medidas urgentes contra la inflación

La economista y directora del departamento de revisiones del FMI, Ceyla Pazarbasioglu, advirtió que la inflación está paralizando la economía argentina y que el Gobierno necesita tomar medidas para “domesticarla”.

Redacción MDZ
Redacción MDZ jueves, 14 de abril de 2022 · 19:17 hs
El FMI instó a la Argentina a tomar medidas urgentes contra la inflación
Foto: Twitter @KGeorgieva

En un contexto donde el país está experimentando una aceleración de precios de febrero y marzo, acumulando 11,7% de inflación, la discusión pendiente entre el Gobierno nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se adelantó. En la misma se tratará una “recalibración” de políticas y de algunos de los números incluidos en el acuerdo. 

Debido a los efectos del escenario internacional en la inflación de Argentina, las proyecciones de suba de precios explicitadas en la letra chica diseñada por el staff del Fondo Monetario, no fueron las correctas. El escenario de base preveía una inflación de entre 38 y 48 por ciento anual para este año. Según el último relevamiento del Banco Central entre consultoras y fondos de inversión, el IPC anual esperado para todo 2022 ya alcanzó el 60 por ciento.

De acuerdo con una fuente del Poder Ejecutivo con incidencia en las políticas de precios, el Gobierno se esperanzaba con tener una inflación este año que sea similar al 50,9% de 2021, pero las nuevas condiciones hacen trabajar a la Casa Rosada con una expectativa menos ambiciosa y se conforman con lograr que un salto inflacionario (como el de febrero y marzo) no sea lo suficientemente extenso a lo largo de 2022 para que el indicador anual termine por encima del 60 o 65 por ciento.

Frente a esta situación, una de las voces más importantes del Fondo Monetario alertó sobre el efecto que tiene la aceleración inflacionaria en la actividad económica de los Estados. La economista y directora del departamento de Estrategia, Política y Revisión del FMI, Ceyla Pazarbasioglu, y quien tendrá un rol determinante en el proceso de evaluación del programa económico acordado, advirtió que “la inflación está paralizando las economías”, entre ellas la argentina.

Para Pazarbasioglu, “la inflación es más dura para las personas más vulnerables” y por eso el Gobierno necesita tomar medidas para “domesticarla”. 

Con respecto a la decisión del Banco Central de retocar las tasas de interés para mantenerlas en un terreno positivo frente a la inflación, Pazarbasioglu declaró que: “Es parte del acuerdo que la Argentina cerró con el FMI”.

Consultada sobre la suba de tasas del Banco Central argentino, dijo que “la inflación está paralizando las economías”.

“La inflación también es más dura para las personas más vulnerables. En Argentina, el 47 por ciento de la población está por debajo de la línea de pobreza. Esta inflación necesita ser domesticada. En realidad es un programa que se acordó con las autoridades. Están tratando de domesticar la inflación y por eso suben las tasas”, respondió la directora del departamento de Estrategia, Política y Revisión del FMI.

Previamente a que se diera a conocer el dato de inflación de marzo, el Fondo Monetario ya había solicitado de manera oficial una recalibración temprana de las políticas incluidas en el programa económico. 

Ceyla Pazarbasioglu, directora del departamento de Estrategia, Política y Revisión del FMI. 

“Los riesgos para el programa son excepcionalmente altos y los efectos secundarios de la guerra en Ucrania ya se están materializando. En este contexto, la recalibración temprana del programa, incluida la identificación y adopción de medidas apropiadas, según sea necesario, será fundamental para lograr los objetivos del programa”, alertó la directora gerente del organismo Kristalina Georgieva.

“Al señalar que los efectos secundarios de la guerra en Ucrania se están materializando, los directores recibieron con beneplácito el acuerdo de las autoridades de adelantar la primera revisión del programa y las instaron a recalibrar las políticas, según sea necesario, para asegurar los objetivos fiscales y contener los efectos inflacionarios de segunda ronda de aumento de los precios de las materias primas”, señaló el directorio del FMI en un comunicado.

Asimismo, Martín Guzmán y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, participarán la próxima semana en la asamblea de primavera del Fondo Monetario y el Banco Mundial, en una agenda que incluirá cambio climático, la persistencia de la pandemia y los efectos económicos globales de la guerra en Ucrania. Para la Argentina, este evento implicará el primer contacto directo entre los funcionarios argentinos y los del FMI, tres semanas después de la aprobación del directorio y cuatro antes de la primera revisión trimestral de metas.

Por otro lado, en el Gobierno no se descartan cambios en las metas exigibles condicionales, es decir, en el objetivo de reducción de déficit primario (hasta 2,5% del PBI), recorte de la emisión monetaria para financiar ese déficit (1% del PBI) y acumulación de reservas por USD 5.200 millones este año.

La discusión estaría centrada, entonces, en cómo será el camino nuevo para llegar a cumplir esas metas. La inflación esperada es necesariamente una variable que incide directamente en toda la diagramación del programa económico. 

El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional da a conocer una visión multicausal sobre la inflación, algo que según comentó Guzmán, llevó dos años de negociación con el staff del Fondo, históricamente más cerca de explicaciones monetarias y fiscales. El programa económico prevé que el camino de desaceleración de la inflación se logrará a través de un recorte del déficit primario, de menores envíos del Banco Central al Tesoro, de un colchón de divisas más grueso y de políticas de precios e ingresos.

En el memorándum de políticas económicas, elaborado por el Ministerio de Economía y el Banco Central, el Poder Ejecutivo se comprometió a “reducir la inflación en un rango de 38%-48% para fines de 2022 y en 5 puntos porcentuales adicionales por año hasta fines de 2024", se esperanzaba el equipo económico en ese momento.

“La estrategia de desinflación se basará en un enfoque de varios frentes que abarcará políticas fiscales, monetarias y de precio-ingreso, adecuadamente calibradas. Se prevé que estas políticas ayuden a apuntalar la demanda de dinero, que, tras la caída registrada en 2021, se espera que en general se mantenga constante como proporción del PBI”, explicaron desde el ministerio de Economía.

Además, el Fondo afirmó que no esta en contra de políticas de ingresos y precios, pero no se mostró a favor de los esquemas de controles “coercitivos”.

“Es importante destacar que también será esencial una fuerte coordinación con las políticas fiscales, con políticas voluntarias de ingresos que desempeñen un papel de apoyo en el contexto de una alta inercia inflacionaria”, explicó el FMI en un comunicado.

De todas formas, el Fondo no perdió la oportunidad de volver a marcarle al Gobierno cuales deben ser los pasos a seguir frente a esta situación.

Deben evitarse los enfoques coercitivos (controles de precios involuntarios, prohibiciones de exportación, impuestos/cuotas de exportación más altos), ya que la protección a los hogares de la crisis de los precios de los alimentos y la energía se lograría mejor a través de los programas de protección social bien focalizados existentes”, mencionó el documento publicado en la página oficial del FMI.

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