El Gobierno se llevó la institucionalidad a su casa
Cuando éramos chicos y jugábamos a la pelota, a veces pasaba que si al dueño de la pelota no le gustaba un fallo, la agarraba, se terminaba el partido y se iba para su casa. Saber perder no es una cualidad que tenemos todos y el no hacerlo denota una raíz autoritaria en esas personas.
El Gobierno nacional reaccionó como un chico que se niega a aceptar el fallo de la mayor institución arbitral de nuestro país, la Corte Suprema de Justicia, y con esa decisión caprichosa y autoritaria decide romper con uno de los pilares que hacen al sistema republicano: la división de poderes.
La necesidad política de poner en crisis la credibilidad del poder judicial es tan irresponsable que le abre las puertas a millones de compatriotas para que siguiendo el ejemplo del gobierno decida desconocer los fallos judiciales que le sean adversos, lo que se dice un potencial estado de anarquía. Hace tan solo 8 días los argentinos sin distinción política, social, religiosa, nos abrazamos en las plazas para celebrar ese campeonato del mundo que estuvimos esperándolo durante 36 años.
Casualmente, 40 años después en el 2023 nos toca conmemorar ese credo al que Raúl Alfonsín nos convocó en 1983, la recuperación de la democracia y la plena vigencia de la Constitución Nacional "para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”
Lamentablemente, como un nene enojado, el gobierno decidió llevarse la constitución a la casa y con ella la institucionalidad.
* Emiliano Giri, presidente del PRO en General Pueyrredón.