Camino a las elecciones

El PJ mendocino y el modesto objetivo de "salvar la ropa" en 2023

La Cámpora consolidó su poderío interno, pero Anabel no será candidata. Se explora la figura del titular del INV, Martin Hinojosa, pero se aguarda la definición de Emir Félix que podría terminar trabando un acuerdo con el kirchnerismo. Nadie piensa en la victoria y el logró sería superar 30 puntos.

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 11 de diciembre de 2022 · 13:10 hs
El PJ mendocino y el modesto objetivo de "salvar la ropa" en 2023

El fenómeno político al que nos enfrentamos es bastante singular. El gobierno de Rodolfo Suarez está redondeando por esos días tres años de una gestión fallida en muchísimos aspectos, pero que sin embargo le alcanza (y hasta le sobra) para aspirar a un triunfo en 2023 que, asimismo, se anticipa holgado. Existe un dirigente como Alfredo Cornejo que amenaza con volver después de no haber conseguido exportar el “modo Mendoza” de administración de la cosa pública al resto del país, regreso que asimismo está también bastante forzado por los tironeos internos que encienden algunas luces de alarma frente a esa certeza de triunfo.

Más allá de haber atravesado algunos escándalos de corrupción y desmanejos que se hicieron públicos, Cambia Mendoza está a solo dos diputados y tres senadores de conseguir en las legislativas de 2023 la mayoría en ambas cámaras de la Legislatura. Es decir, está a nada de consolidar una hegemonía política que ya se instaló en otros órdenes y que traen detrás de sí un riesgo institucional inédito. Ante esto podrán argumentarse diversos factores que explican el estado de cosas. Pero uno aparece como esencial: la incapacidad del peronismo mendocino para presentarse ante la sociedad como una real alternativa de poder.

El PJ viene de atravesar recientemente un proceso interno complicado a la hora de renovar autoridades, que derivó en la consolidación del poder de La Cámpora en el control del partido con la conducción de María Florencia Destefanis. Pero esa discusión dejó heridas: el sector que encabeza Guillermo Carmona, enfrentado desde hace tiempo con el kirchnerismo mendocino desde adentro del propio kirchnerismo, terminó definiendo que peleará una candidatura a gobernador en las PASO con la figura de Fernanda Lacoste, muy probablemente.



Anabel, está otra vez frente a su gran dilema de siempre. A esta altura queda claro que no le alcanza, para concretar en algún momento su deseo de llegar al poder en la provincia, con tener el manejo institucional del peronismo. Eso le ha servido, si se quiere, para hacerse fuerte internamente, ser la dueña de la lapicera en el armado de listas y mantener un ejército de legisladores propios. Pero hasta aquí todo ese poderío no se trasladó a una elección general.

Quizás por eso es que, a esta nueva oportunidad en 2023, la dejará pasar. A poco menos de siete meses de la PASO en la provincia, Anabel Fernández Sagasti aparece con una intención de voto del 12% detrás de los posibles candidatos de Cambia Mendoza y el peronismo tiene una caudal electoral que apenas llega a los 25 puntos contra casi 48 que acumulan los radicales y el PRO. El objetivo peronista a alcanzar es muy moderado esta vez. Nadie piensa en la victoria, más bien ruegan con salvar la ropa. Apuestan, por caso, a que las deficiencias de la gestión de Suarez y un efecto desgaste de la figura de Cornejo les permita superar los 30 puntos e incluso llegar al sueño de conseguir 35.

Saben además que, como viene la cosa, el viento de cola nacional que en otras oportunidades les permitió aspirar e incluso llegar a conseguir una victoria, el año que viene difícilmente llegue a soplar ¿En qué está pensando el kirchnerismo local ante ese escenario? En que, corrida Cristina Kirchner de una candidatura, Sergio Massa logre acomodar lo más que se pueda la inflación para que el gobierno pueda tener alguna chance de ser competitivo con una fórmula que integrarían el propio ministro de Economía junto a Eduardo “Wado” de Pedro. Lejos, muy lejos aparece la chance todavía de que se concrete ese Plan A que hoy manejan desde aquí.

Antes de llegar a la definición provincial y de esperanzarse con alguna ayuda nacional, el peronismo moverá sus fichas en el tablero político en los municipios que gobierna. Ya está decidido que en todos ellos se desdoblarán las elecciones, aunque esa medida conjunta no se conocerá hasta finales de enero, casi sobre el límite legal que tienen para hacerlo. Ese será el disparo que dará inicio a la carrera. Tanto es así que, por ejemplo, Cornejo esperará a esa movida para dar a conocer si se presenta nuevamente como candidato a gobernador o no. Maipú y San Rafael son dos distritos que formarán parte en 2023 de la voracidad política del senador nacional, quien está buscando los candidatos justos para intentar romper una hegemonía peronista en esos departamentos que lleva décadas. Hoy una victoria de la oposición en esos distritos aparece como difícil. Matías Stevannato, en Maipú, está confiado en que los radicales no pasarán por lo que le salta en los sondeos. Emir Félix, en el Sur, apuesta a la figura de su hermano Omar para extender la dinastía y además mira de reojo a la dura interna de la UCR en su departamento que atenta contra la chance de un triunfo.

Apuntando nuevamente a la elección para gobernador y a lo poco que falta, el peronismo está frente a otro problema y es que, sin Anabel dispuesta a jugar, todavía no encuentra candidato a gobernador. Ella misma pidió hace unas semanas en una entrevista que lo que se precisa es un “valiente”. Pero ese corajudo no aparece. Desde hace tiempo La Cámpora tiene un candidato no instalado que es Martín Hinojosa, el titular del INV, que presenta como atractivo principal ese perfil “peroganso” que en ciertas ocasiones resulta efectivo en las urnas.

En medio de esta nebulosa aparece la figura de un turco. Habrá que ver qué es lo que termina definiendo Félix, quien fue uno de los caciques comunales del PJ que mostró los dientes en la interna más allá de que después esa agresividad no llegó a tanto. Entre algunas dudas que todavía se mantienen por su estado de salud, Félix podría presentarse a competir pero buscaría imponer un condicionante. Esto es ser el candidato, pero sin tener que ir a internas. ¿Es posible un arreglo con los K? Es posible.

Si todo este armado fracasa, hay un plan C. Acudir a Adolfo Bermejo quien, como fruto de su extensa carrera, es el peronista que mejor mide. Esa apelación al prócer servirá para consolidar el voto propio y alejar los fantasmas de una derrota histórica, pero dejaría afuera al PJ de, al menos, convertirse en un atractivo electoral para mucha gente que está buscando la alternativa.  

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