Opinión

Una debacle anunciada

Mientras todas las miradas apuntan hacia Vaca Muerta, Bolivia confirmó que no podrá cumplir con los acuerdos de provisión de gas pactados para el 2023.

José Luis Jacobo
José Luis Jacobo miércoles, 9 de noviembre de 2022 · 07:06 hs
Una debacle anunciada
Foto: Twitter Cristina Fernández de Kirchner

Lejos de la atención mediática, con todas las miradas puestas en Vaca Muerta, Bolivia anunció que no podrá cumplir con los acuerdos de provisión de gas pactados para el 2023. 

Esta crisis energética se suma a la del campo, que a consecuencia del fenómeno de “La Niña”, sufre sequías tardías y extendidas que llevan a una caída en las exportaciones equivalente a 2.500 millones de dólares, generando un escenario muy complicado de cara al año que viene.

Volviendo a la cuestión del gas boliviano, en estos últimos días, a raíz del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, Evo Morales visitó la Argentina y presentó en la muestra un film que es una glosa primorosa hacia su persona. Para bajarle el precio a su propia egolatría, declaró: “Está enfocado en mi persona, pero habla de la lucha de todo un pueblo”.

Ese pueblo es el que está partido entre Santa Cruz de la Sierra —en donde se dan movilizaciones multitudinarias en reclamo de la actualización de los censos luego de una década— y el altiplano, en donde Morales construyó su fortaleza política. Pero de lo que ni le preguntaron, ni él habló, fue de la brutal caída en la producción de gas, fruto de sus malas políticas para con el sector energético.

Sostiene Álvaro Ríos Roca, el ex CEO de Hidrocarburos de Bolivia: “Estamos rascando la olla entre Bolivia y Argentina”. Luego agrega: “Este año Bolivia logró enviar en el orden de los 14 millones de metros cúbicos por día de gas en los meses de invierno (mayo a septiembre) pero gracias a un contrato de liberación con Brasil, que implico el pago de penalidades”.

Abundando al respecto, Ríos Roca explicó: “Hasta la finalización del contrato con Petrobras en 2024 Bolivia tiene una liberación o flexibilización de 6 millones de metros cúbicos por día que YPFB puede venderlos en el mercado brasilero a nuevos usuarios o dárselo a Argentina que los va a necesitar en los inviernos de 2023 y 2024”.

Argentina le ha propuesto a Bolivia un contrato en pesos, el cual lógicamente el hermano país del altiplano rechaza, ya que —razonablemente— prefiere dólares. En este escenario, ni siquiera la finalización a tiempo del gasoducto que uniría Vaca Muerta con Bahía Blanca sería suficiente, y se deberá seguir con la contratación de buques metaneros para compensar el flujo decreciente del gas boliviano. Específicamente, sólo podría mantenerse la provisión para el norte del país, que es de 12 millones de metros cúbicos por día.

La economía del 2023, en un año electoral, es el centro de un gran interrogante que, por ahora, no halla respuesta. Y es una expectativa mínimamente razonable que el deterioro que anuncian los datos duros de la realidad pueda llevar a un adelanto de las elecciones, con todas las consecuencias políticas que implicaría una decisión de semejante calibre.

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