Por sugestivo silencio

Una entidad empresaria copada por el kirchnerismo suma críticas de industriales

Las autoridades que se hicieron cargo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa están alineadas con el Gobierno nacional. Desde las industrias se viene cuestionando la falta de representatividad ante los problemas que tienen las empresas para importar.

Horacio Alonso
Horacio Alonso domingo, 20 de noviembre de 2022 · 19:40 hs
Una entidad empresaria copada por el kirchnerismo suma críticas de industriales
Foto: CAME

Las trabas a las importaciones generan problemas económicos por las dificultades para producir que tienen las industrias, pero también provocan una tensión en algunas cámaras empresarias alineadas con el Gobierno nacional.

Un ejemplo es lo que sucede en Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), una entidad que desde hace un par de años quedó bajo el control del kirchnerismo.

Desde hace semanas está creciendo el malestar ante la inacción de sus autoridades frente a un escenario cada vez más difícil para operar en el comercio exterior.

Las críticas van de abajo hacia arriba. Desde muchas industrias que integran cámaras de diversos sectores, que están asociadas a la CAME, están presionando a sus entidades de base para que hagan oír su voz. El motivo es, precisamente, que la entidad “madre” guarda un sugestivo silencio ante las medidas del Gobierno nacional que ponen a las industrias en situación crítica.

Tanto es así que algunas cámaras salieron por su propia cuenta a reclamar, entre otras cosas, por el cepo importador.

Un ejemplo reciente es el de la Cámara de la Máquina Herramienta y Tecnologías para la Producción (CARMAHE), que forma parte de CAME.

En un comunicado, el titular de esa entidad, Alfredo Bonazzi, advirtió que, en la actual situación, “las empresas no llegan a fin de año” y señaló que el Gobierno nacional no está dimensionando el problema de la falta de insumos para la producción.

“Ante la falta de representación por parte de la CAME, algunas cámaras están actuando por su cuenta para advertir por la gravedad del problema”, dijo a MDZ una fuente del sector y remarcó que la decisión de CARMAHE es sólo una muestra de lo que está pasando. Citan, por caso, el reclamo de los fabricantes de cierres. Explican que el no cuestionamiento público de estas cámaras contra CAME se debe a que reciben fondos de la entidad y que ante cualquier crítica temen recibir represalias económicas.

CAME agrupa a cerca de 1.500 federaciones, cámaras, centros comerciales y uniones industriales de todo el país. Dirigida durante dos décadas por el histórico Osvaldo Cornide, tuvo un largo período de crecimiento, tanto económico como de peso sectorial.

Sin embargo, desde la salida del veterano empresario, en 2017, la disputa por el control de CAME estuvo dominada por el alineamiento al poder de turno. La entidad es un botín codiciado por la influencia sobre miles de pequeños y medianos empresarios a nivel nacional y por una “caja” importante que surge de los ingresos por sus asociados.

En agosto del 2020 fue elegido como presidente de la Confederación Alfredo González, titular de la Federación Económica del Chaco. Se trata de un empresario muy cercano al gobernador de la provincia, Jorge Capitanich.

Quienes conocen las internas de CAME señalan este hecho como el eslabón que faltaba para su giro definitivo de alineamiento con la política del Gobierno nacional.

González no sólo responde a Capitanich sino que tuvo una excelente relación con el entonces ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. En ese contexto, se cuestionaba su independencia para defender los problemas de un sector que viene golpeado por el cierre de 90.000 comercios, la alta presión impositiva y la suba de costos.

Los cambios internos fueron muchos y todos se produjeron para poner a CAME como una entidad “amiga”, más allá de la realidad que viven las empresas y comercios de todo el país.

Un punto importante es la mayor influencia que tomó el economista Mariano de Miguel en el área de estadísticas de la entidad. Desde hace años está a cargo de la formación de dirigentes de CAME y, en la función pública, ocupó un cargo en el Ministerio de Defensa, desde la llegada del exministro Agustín Rossi.

Desde entonces, algunos asociados cuestionan la independencia de los informes económicos que realiza la entidad.

También el ingreso al consejo directivo de empresarios cercanos a La Cámpora, como el caso del textil Damián Regalini, es otro dato que señalan quienes, en silencio público, ven la mutación de la entidad.

Si bien Cornide se caracterizó por su habilidad para relacionarse con la alta política, en sus años en CAME mantuvo una cierta independencia respecto a los gobiernos de turno y eso se reflejaba en los informes sectoriales que no siempre coincidían con los deseos oficiales.

Hay que recordar que su salida de la confederación empresaria se produjo por una fuerte presión del Gobierno de Cambiemos. El hecho que determinó el cortocircuito final en la relación, tanto con la gestión de Mauricio Macri como con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, fue su apoyo explícito a una protesta de la CGT.

Tras su salida, asumió una conducción transitoria más cercana al PRO, con dos recambios presidenciales. Así se mantuvo, hasta la llegada de González.

Lo concreto es que, además de este giro político, CAME está sintiendo en el impacto económico de una conducción politizada. De las épocas en las que se organizaban congresos en todo el país, con la participación de 2.000 representantes empresarios, vuelos en aviones privados o la compra de la espectacular sede que tiene en el microcentro porteño, no queda mucho. Internamente se reconoce que los tiempos cambiaron y se siente en el ajuste de los gastos.

 

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