Prospección petrolera

No es el offshore: el peligro para las ballenas son los barcos

Ante los planteos del posible peligro que representaría para las poblaciones de ballenas en el atlántico la exploración offshore, el biólogo marino Diego Rodríguez brindó algunas precisiones.

José Luis Jacobo
José Luis Jacobo viernes, 28 de enero de 2022 · 13:59 hs
No es el offshore: el peligro para las ballenas son los barcos
Foto: Perfil

Dada la inmensa repercusión que ha generado la determinación por parte del gobierno nacional de habilitar la prospección petrolífera offshore en las aguas territoriales argentinas a 340 km de la costa atlántica, y los planteos sobre el supuesto peligro que esto representaría para las especies marinas, en el caso específico de las ballenas jorobadas y franca austral, el biólogo marino y docente de la UNMDP, Diego Rodríguez, ilustra sobre cuál es la situación real de estas poblaciones de animales.

En una entrevista para la FM 99.9 que publicamos para MDZ, Rodríguez señaló que los recientes avistajes de ballenas tanto en Pinamar como en Villa Gesell, así como los que se advierten en la costa de Mar del Plata, son resultado del tránsito normal de estos animales que se reúnen para reproducirse en la península Valdés.

Al respecto, Rodríguez señaló: "Hay dos fenómenos distintos que se mezclan, porque son dos tipos de ballenas distintas. Las que nosotros estamos más habituados a ver son las ballenas francas, que uno de los grupos tiene su lugar de reproducción en la Península Valdés. Pero las que se vieron en estos días son otro tipo de ballenas, que son las jorobadas, una especie que es más cercana a las ballenas azules". Luego indicó: "Tenemos que entender nosotros un poco cómo es el ciclo anual de estas ballenas. Estos animales se concentran durante la primavera y el principio del verano cerca de la costa para reproducirse, período durante el cual, no se alimentan. En el caso de las ballenas francas, una de las zonas donde se reproducen es la Península Valdés, pero hay otra en la isla Santa Catalina, en Brasil, y nosotros quedamos en medio de ese movimiento durante la época reproductiva. En el caso de las ballenas jorobadas, su núcleo reproductivo está al norte de Brasil en el Banco de Albrlohos".

Con una enorme experiencia de más de treinta años de estudio de la vida de las ballenas y otros grandes cetáceos, Diego Rodríguez señala que no es de considerar que la actividad sísmica prospectiva pueda ser causal de muerte para las ballenas. Al respecto indica: "Nosotros lo que registramos es que cada vez hay más animales y no menos, como indicaría la lógica ante algo que afecta a estas especies. En lo que respecta a estos animales, las dos poblaciones están aumentando. En el caso de las ballenas jorobadas, hemos visto muchos animales muertos en los últimos años, básicamente por tres causas. La primera, es la desnutrición, pero son cachorros recién destetados y que están en el período más crítico de la vida de una ballena, que es cuando el animal ya es independiente y tiene que comenzar a tener sus propias herramientas para conseguir alimentos y eso no se da. Las otras dos son el enredo con cabos de pesca, y las colisiones con embarcaciones. La principal causal de muerte de las ballenas son los choques con los barcos".­­­­

En cuanto a lo que más impactó en la opinión pública, que es la supuesta posibilidad de que la explotación petrolera provoque un derrame sobre la costa, sus afirmaciones, basadas en los datos duros que provee la ciencia, fueron: "El tema es preguntarse cuál es la importancia funcional que tiene esta zona, porque no es lo mismo un lugar donde se concentran los animales que una zona de paso u otra de alimentación. La exploración petrolera sería entre el borde del talud y el talud profundo, donde la corriente de Malvinas —una corriente fuerte, extremadamente energética, que va de sur hacia el norte— se encuentra con la corriente de Brasil —una corriente cálida, que va de norte a sur—. En donde se produce esa convergencia, es una de las zonas más energéticas del mundo". 

En ese sentido, indicó que, por esta misma dinámica, no hay intercambio de aguas entre la zona donde se desarrollarían en un futuro la explotación petrolera y la costa: "Ese choque no trae aguas a la costa, hay muy poco intercambio de aguas con la costa. Ese choque, por temas de la rotación de la Tierra y demás, deriva hacia el medio del Atlántico". También indició que no es un lugar de permanencia de las especies: "Es una zona dinámica y muy rica en biodiversidad con componentes distintos a los de la plataforma continental, que son especies más oceánicas. Es una zona de paso de animales, no es una zona donde los animales estén establecidos permanentemente. También hay que sacarse de la cabeza que lo que pasa a trescientos  kilómetros de Mar del Plata es lo mismo que pasa en la costa, los ecosistemas son completamente distintos y no hay relación directa entre lo que ocurre en la costa y lo que pasa en mar abierto".

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