Opinión

La peligrosa provocación nacional y popular, segunda parte

Otra vez el caso Volnovich estuvo en escena. Pero el escándalo mayor de la semana tuvo que ver con la política exterior y un terrorista que goza de privilegios.

Alejandro Cazabán domingo, 23 de enero de 2022 · 09:04 hs
La peligrosa provocación nacional y popular, segunda parte
Foto: Télam

Hace unos días comentábamos sobre los dichos de Alberto Fernández en relación al análisis que hizo del índice inflacionario del año 2021 (50,9%), deseando seguir por una imaginaria e irreal senda de baja, que ya los analistas -sin que haya finalizado el primer mes del año- estiman entre el 55% al 60% anual para 2022, situación empíricamente demostrable en cualquier góndola o heladera del 80% de la población argentina.

El otro tema fue el viaje de Luana Volnovich, directora nacional del Pami, en compañía del funcionario que le sucede en la estructura de dicho organismo. Allí dijimos que lo peor era que nada iba a pasar, todo seguiría igual. Lamentablemente, acertamos.

Los provocativos hechos de esta semana (para no perder el ritmo), están referidos a Volnovich y algunos aspectos de la política exterior argentina. Lo de Volnovich, lo dio por terminado, luego de múltiples análisis periodísticos y sociales, la vocera presidencial que expresó "la crónica de un viaje, terminó". Obviamente, para el gobierno dar por terminado el tema, es dejar todo como estaba antes, ignorar por enésima vez la decisión presidencial, ésta vez, que ningún funcionario saliera del país para descansar y fundamentalmente reírse una vez más de los ciudadanos y especialmente de los jubilados, con una soberbia definitivamente insensible e inhumana.

¿Podría la vocera justificar razonablemente lo ocurrido y sucedido frente a nada más que 100 jubilados de PAMI, que perciban el mínimo jubilatorio? Lamentablemente la oposición hace una denuncia penal por este asunto. Judicializar lo político lleva imperiosamente a politizar la justicia, cuestión que en la Argentina está consolidado desde hace años y sobran ejemplos para demostrarlo. Todos sabemos que esa denuncia nunca tendrá sentencia firme y solo implica exigirle al sistema penal que resuelva un tema de naturaleza esencialmente política que exige liderazgo y decisión, virtudes que debemos descartar en Alberto Fernández.

La política exterior

Por otra parte, y en referencia a la política exterior del gobierno, por llamarla decorosamente de alguna manera, ésta semana pudimos ver otras decisiones por parte de Alberto Fernández, que nos permiten seguir sosteniendo que no sabemos si responden a la estupidez o soberbia, o una mezcla de ambas. Me refiero a la situación generada por la presencia argentina en la asunción del dictador Ortega, acompañado por Mohsen Rezai, acusado por el atentado que sufrió la Argentina en la sede de la AMIA.

La arrogancia y desprecio a la memoria de las víctimas y los argentinos, transitó por varios hechos. El primero es que se le pidió al dictador Ortega que lo detuviera, pero después de que se hizo público y evidente la presencia del iraní. Todo Nicaragua sabía antes de la asunción que Rezai, estaría presente varios días en su país, menos nuestro embajador. Resultado, Rezai sigue libre y nuestro embajador sigue en su puesto como si hubiese sido todo un juego. O sea, aquí también todo sigue igual a pesar de estar hablando de terrorismo.

No conforme con ello, en las últimas horas y ante la supuesta presencia de Rezai en Rusia, rápidamente, la Argentina, con intervención de los servicios de ¨inteligencia nacional, el poder ejecutivo y la justicia, le solicitaron a Rusia la detención del acusado.

El tema es que se “equivocaron” en la identificación del buscado, dado que quien estaba involucrado en dicha actividad exterior iraní era EBRAHIM REZAI, quien aparentemente ni siquiera fue a Rusia, sino que desde Irán, informaba los pormenores del viaje oficial.

Es gravísimo lo ocurrido. Todo el aparato público de inteligencia puesto a trabajar en este tema y ni siquiera saben cómo se llama el acusado, ni quién efectivamente estaba en el país ruso. En lo personal creo que no se trata de una equivocación, pero mi opinión es lo de menos, lo que está claro es que, si Rezai, cuenta con la falta de profesionalismo de las agencias de inteligencia nacional y la justicia, es más, si quisiera ingresar a la Argentina clandestinamente, lo podría hacer por cualquier lugar de nuestras fronteras que, desde siempre, son un colador para todo tipo de actividad ilegal. Quienes hemos tenido la oportunidad de estar observando la llamada triple frontera, lo hemos podido constatar sin hacer nada, sólo observando los movimientos al pasear. El Estado ausente.

Ojalá existiera la eficiencia judicial/policial que pudimos ver en el inicio de la cuarta temporada de la exitosa serie argentina El Marginal, para detener al personaje Pastor. Un despliegue notable y exitoso. Esta serie muestra parte de la realidad de nuestro sistema judicial/penitenciario, pero la detención referida cae de lleno en la ficción.

 A ello hay que agregar la reunión entre Alberto Fernández y Putin, justo en el momento en que existe una tensión internacional entre la OTAN y Rusia por Ucrania. Definitiva alianza dentro del orden mundial, con un país al que poco le interesamos pero nosotros creemos que el mundo está pendiente de la Argentina.

Brevemente, algo sobre nuestra política interior. No hay una mínima cuota de humildad y sencillez para que se realice una reunión entre el gobierno y el principal partido opositor por el tema de la deuda externa y el FMI y luego que cada uno dé su opinión como ocurre en cualquier democracia real; éste hecho también impacta en la política exterior. Todo esto mientras la timba financiera y la inflación, continúan sumergiendo a los argentinos en niveles de pobreza e indigencia cada vez mayores. Volvió a ganar el único lema que nos identifica ¨la culpa de todo lo que me pasa la tiene el otro¨.

Hemos hablado de hechos o acciones de política exterior que deberían ser parte de los grandes acuerdos políticos de los argentinos.

Pues bien, un presidente a quien le restan 23 meses de mandato y 21 meses para que haya un nuevo Presidente o Presidenta electo, está inmerso en una realidad virtual a medida, que nada tiene que ver con la nueva era digital denominada Metaverso, sino mas bien, con una gestión del meta verso no más.

Insistimos, es el momento de que todos aquellos argentinos que estemos en contra de éstas decisiones y rumbo político, especialmente los dirigentes de todos los llamados partidos políticos, en un acto de responsabilidad y compromiso real, rompan con sus estructuras arcaicas y puedan ofrecer a la Argentina un proyecto de país serio, confiable y donde todos puedan tener la posibilidad de superarse, progresar, nivelar hacia arriba, colectiva y personalmente, obvio, con esfuerzo y sacrificio, pero sabiendo hacia donde vamos.

Reiteramos un pedido, dejen de decir al menos por unos años, que esto es un "gobierno nacional y popular", concretamente hasta que la pobreza y la inflación sean una anécdota en nuestro país.

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