Reacción

Día de furia de un sindicalista que dejó mudos a empresarios

La pelea por las horas extras en el sector automotor sumó un nuevo capítulo. El N°2 del SMATA lanzó duras críticas ante directivos de las terminales. Todo se disparó por una nota de MDZ que contó la difícil relación que están manteniendo. "Antes era el Papa y ahora soy Bin Laden", les gritó.

Horacio Alonso
Horacio Alonso jueves, 9 de septiembre de 2021 · 08:00 hs
Día de furia de un sindicalista que dejó mudos a empresarios

La relación entre el gremio de mecánicos y las automotrices radicadas en el país se encuentra en un momento de tirantez que no se veía desde hacía años y pone en riesgo el funcionamiento normal de las plantas. 

Un capítulo nuevo de esta sorpresiva crisis se vivió el viernes pasado, durante una reunión entre las cámaras del sector, sindicatos y funcionarios nacionales, que había sido convocada para analizar la integración de autopartes nacionales. 

En medio del encuentro, el secretario adjunto del SMATA, Mario “Paco” Manrique, pidió la palabra al secretario de Industria, Ariel Schale, y dedicó cerca de 40 minutos a criticar a directivos de las terminales que estaban presentes, quienes guardaron un estoico silencio. 

El disparador de esta escena poco común fue una nota de MDZ, del viernes pasado, en la que se contaba que la puja que hay entre las empresas y SMATA por las horas extras que realizan las operarios de las terminales. 

Hay algunas automotrices que están trabajando al máximo de su capacidad y requieren para cumplir con los objetivos de producción, extender el horario laboral de los turnos, trabajar los fines de semana e, incluso, los feriados. 

Desde el gremio mecánico, se viene presionando a las empresas para que, en lugar de sobrecargar con trabajo a los operarios que tienen, las compañías incorporen personal. 

La decisión de sumar empleados, en un país con leyes rígidas en materia laboral, y que cambian de forma imprevista, no es fácil de tomar, ya que un cambio de demanda dificultará la posibilidad de ajustar las plantillas. La doble indemnización y la prohibición de despidos, son algunos ejemplos. 

El tema es que desde hace algunos meses, la posición de este gremio, que conduce Ricardo Pignanelli, se está endureciendo y deja atrás la buena relación que siempre mantuvo este pope sindical. SMATA representa a todas las terminales automotrices que producen en el país, salvo a los de la planta de Peugeot-Citroën de la localidad bonaerense en El Palomar, que está bajo la órbita de la UOM, que conduce Antonio Caló. 

Algunos atribuyen a este giro al avance de Manrique dentro del gremio. Esto era lo que informó MDZ, el viernes pasado, horas antes del encuentro sectorial. 

En su duro monólogo, el segundo del SMATA, acusó a las empresas de estar montando una campaña en su contra, en alusión a lo publicado ese día, aunque sin mencionar al medio. 

“Antes era el papa Francisco y ahora soy Bin Laden”, les dijo Manrique a los directivos de las terminales, en alusión a la buena relación que mantenía con las empresas y recordando que durante todo el proceso de recorte de personal que se hizo en los últimos años, a través de acuerdos de retiros voluntarios, nunca había generado conflicto. 

“Yo tuve que ir a convencer a las casas matrices en Alemania, Estados Unidos o Japón para que inviertan porque ustedes (por los directivos de las terminales) no lo lograban” reprochó con dureza. Manrique participó de las comitivas gremiales que viajaron al exterior con algunas automotrices. 

En ese tono fue toda su alocución, sólo interrumpida una vez, por el titular de UOM, que apoyó a su par de SMATA, aunque acotó, con ironía, como para distender el momento, “yo no tuve la suerte de viajar a Estados Unidos y Japón”. 

El objetivo central de la reunión, el tema de la integración de autopartes, pasó a segundo plano. Al concluir su dura exposición, Manrique pidió disculpa al anfitrión, el secretario Schale, quien cerró el tema con un “gracias, Paquito”.

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