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Juan Manzur: por qué aceptó ser jefe de Gabinete y se arriesgó a perder todo en Tucumán

El gobernador norteño aceptó la propuesta del Presidente y se posicionó como una pieza clave del Frente de Todos. En el medio, vive una feroz interna con su vicegobernador.

MDZ en Tucumán sábado, 18 de septiembre de 2021 · 09:26 hs
Juan Manzur: por qué aceptó ser jefe de Gabinete y se arriesgó a perder todo en Tucumán
Manzur y Alberto, en una "nueva aventura". Foto: Twitter.

Cristina Kirchner dijo en su carta que ella lo había sugerido. Pero fue Alberto Fernández quien, finalmente, lo eligió. El gobernador de Tucumán, Juan Manzur, asumirá a partir de la próxima semana como nuevo jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, en medio de una pulseada entre el jefe de Estado y la vicepresidenta por la derrota electoral del Frente de Todos en las elecciones del último domingo.

¿Por qué el norteño dijo que sí? La decisión de mudarse a Buenos Aires cuando restan los dos últimos años de su segundo y último mandato al frente del Poder Ejecutivo provincial sorprendió a buena parte de la dirigencia tucumana. Sucede que Manzur transita, al igual que Alberto con Cristina, una feroz batalla con su vicegobernador, Osvaldo Jaldo, quien inclusive participó de las PASO del Frente de Todos con una lista propia, en lo que fue una pelea cara a cara por la conducción del oficialismo local más allá de 2023.

A pesar de esta durísima interna, Manzur anunció anoche que dejará su sillón en la Casa de Gobierno tucumana para reemplazar a Santiago Cafiero en uno de los despachos más importantes de la Rosada. “Voy a redoblar los esfuerzos para estar a la altura de este nuevo desafío político”, expresó el médico en sus redes sociales al confirmar su traslado.

Qué puede pasar

Las versiones indican que, en principio, la intención del manzurismo era que, por pedido de los máximos referentes del Frente de Todos (llámese Alberto, Cristina o Sergio Massa), Jaldo aceptara hacerse a un lado de la sucesión del Gobierno tucumano. Por el momento, el vicegobernador se mantiene firme: es su oportunidad de conducir las riendas de la Provincia no sólo dos años antes de lo esperado, sino también sin la necesidad de haberse impuesto en las urnas. Es más: en los comicios del último domingo, su boleta obtuvo 100.000 votos menos que la lista oficial.

Así las cosas, Manzur deberá abandonar su rol original y entregarle las llaves de su despacho a quien, hoy por hoy, es su principal enemigo político a nivel local. El lunes, la Legislatura provincial le concederá al gobernador una licencia especial para liberarlo del cargo transitoriamente, y el médico quedará en condiciones de prestar juramento ante Alberto Fernández. Eso está claro; sin embargo, el futuro político en la provincia es un enorme signo de interrogación.

El principal motivo que pudo haber tenido el gobernador tucumano para aceptar el pedido del Presidente pasa, al menos desde lo discursivo, por la imposibilidad de decirle “no” al jefe de Estado. El peronismo es verticalista. Eso no admite discusión. Además, Manzur mantiene una relación estrecha con Alberto Fernández no sólo a partir de esta crisis con Cristina, sino desde los orígenes del Frente de Todos. En 2019, el tucumano ya había sido clave para reordenar al justicialismo del interior y a la dirigencia sindical para fortalecer la figura del hoy primer mandatario nacional. El 29 de octubre de ese año, a modo de agradecimiento, Alberto Fernández estuvo en Tucumán, ya como presidente electo, para participar del acto oficial que le dio inicio al segundo mandato de Manzur al frente del Gobierno provincial. Y, ya en marzo de 2021, fue el propio jefe de Estado quien posicionó al tucumano como uno de los vicepresidentes del Partido Justicialista a nivel nacional.

Más allá de todos estos gestos de amistad y de confianza entre uno y otro, al aceptar la Jefatura de Gabinete Manzur capitalizó aquello de que “toda crisis es una oportunidad”. El ex ministro de Salud de CFK entre 2009 y 2015 sabe que no puede aspirar a un nuevo mandato en Tucumán. Y sus cañones siempre estuvieron puestos en el ámbito nacional. A los 52 años, todavía es demasiado joven desde lo político como para pensar en un “retiro digno” en el Senado de la Nación. Su habilidad para “apagar incendios”, reconocida por la propia Cristina en su carta, cuando recordó que lo había convocado a su equipo para afrontar la epidemia de Gripe “A”, es bien vista por el resto del peronismo argentino.

Desde la Jefatura de Gabinete, el tucumano podrá desempeñar un papel clave en el futuro inmediato del Gobierno nacional, y también del Frente de Todos. Este nuevo camino que seguirá Manzur quizás implique fortalecer a Jaldo, su principal rival interno en la provincia; sin embargo, a la vez representa la gran chance de pararse al lado de Alberto Fernández en su momento más crítico, y justamente cuando el Presidente más lo necesita. De manera imprevista, Manzur cierra una etapa en su distrito, pero abre una enorme puerta que le permite salir a jugar al gran patio de la Casa Rosada.

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