MDZ en Tucumán

Despidos, denuncias de clientelismo y traiciones: estalló la guerra fratricida en el Frente de Todos

La lista del gobernador Manzur, precandidato a senador suplente en estas elecciones, competirá contra la boleta del vicegobernador Jaldo, candidato a diputado. Una lucha feroz por la conducción del peronismo.

MDZ en Tucumán sábado, 4 de septiembre de 2021 · 06:52 hs
Despidos, denuncias de clientelismo y traiciones: estalló la guerra fratricida en el Frente de Todos
El gobernador de Tucumán Juan Manzur, de camisa blanca, recibe el saludo de su vicegobernador, Osvaldo Jaldo, durante un recorrido de campaña, antes de ser reelectos en 2019 Foto: Twitter Osvaldo Jaldo

Como los hermanos, estarán unidos para siempre por su origen. Juan Manzur y Osvaldo Jaldo nacieron fruto de la decisión de José Alperovich, entonces jefe del Poder Ejecutivo de Tucumán, al ungirlos en 2015 como los hombres que sucederían sus 12 años de gestión. Ratificaron la fórmula en las provinciales de 2019, cuando derrotaron ni más ni menos que a su “padre” político. Ahora, a dos años de que finalicen su segundo y último mandato, el gobernador y el vicegobernador están enfrascados en una guerra fratricida que se definirá en las PASO. Mientras tanto, la batalla transcurre ente denuncias de despidos, clientelismo y traiciones.

La lucha por la conducción del PJ tucumano derivó en el armado de dos listas dentro del Frente de Todos. El gobernador Manzur impulsa la boleta de “Lealtad Peronista”, donde figura como precandidato a senador suplente –algo que le ofrece una alternativa pensando más allá de 2023-. El vicegobernador Jaldo encabeza la nómina de “Todos por Tucumán” como primer postulante a diputado. Ambos espacios competirán mano a mano el domingo 12 por el armado de la lista oficial. Las tensiones producidas por el enfrentamiento entre “compañeros” se manifestó de varias maneras; una de ellas, los despidos.

El gobernador Juan Manzur.

Este jueves, unas 50 personas se presentaron a las afueras del Poder Legislativo, dispuestas a encadenarse, para denunciar que habían sido cesanteadas. Hubo algún que otro cruce con la Policía. Aunque los incidentes no pasaron a mayores, los manifestantes continuarán con sus reclamos. Así lo confirmó el legislador peronista Armando Cortalezzi, que responde a Juan Manzur. Sucede que, hasta hace un mes, este histórico “cacique” justicialista de San Miguel de Tucumán formaba parte de la estructura de Jaldo, quien por ser vicegobernador ejerce la presidencia del Poder Legislativo provincial. Y, según Cortalezzi, Jaldo dio la baja de los contratos del personal a su cargo a modo de represalia. Los restantes 14 legisladores aliados a Manzur mantienen una denuncia idéntica a la de Cortalezzi. Según estiman en el oficialismo, la cifra de despidos ronda los 1.300 asesores.

Por el lado del vicegobernador, en tanto, sostienen que el gobierno provincial está adoptando una idéntica política en las comunas rurales, una suerte de “mini-intendencias” del interior de Tucumán. En esos pueblos, aseguran en el “jaldismo”, los comisionados rurales dejan sin contrato a quienes manifiestan su preferencia por el vicegobernador.

Ante la Justicia Federal

Las denuncias de clientelismo son casi una tradición en esta provincia. Lo particular del caso es que, ahora, al planteo judicial lo hizo un concejal que formaba parte del oficialismo. El edil de Yerba Buena Alejandro Sangenis, que integra el espacio de Jaldo, se presentó en los tribunales de la Justicia Federal con competencia electoral de Tucumán y denunció a Manzur por la presunta compra de votos con miras a las PASO. A mediados de agosto, el diario local La Gaceta publicó un informe sobre largas filas de personas en el Hipódromo de la capital para cobrar un “bono” implementado por el Gobierno provincial de entre $ 5.000 y $10.000. Pare recibir el beneficio, que se extenderá mensualmente hasta diciembre, los cientos de beneficiarios debían presentar el DNI y gestionar una “carta de pobreza” en una dependencia policial.

En la Casa de Gobierno sostienen que la ayuda es permanente, y que sólo se reforzó por la grave situación económica que produjo la pandemia. Sin embargo, el concejal Sangenis considera que se trata de una maniobra electoral, y presentó ante la Justicia Federal una denuncia para pedir que se investigue la posible “compra de votos” por parte de Manzur.

Los embates del espacio de Jaldo son considerados “una traición” en el Poder Ejecutivo. El vicegobernador venía manteniendo una relación óptima con Manzur hasta marzo pasado, cuando desoyó los pedidos del gobernador e impulsó la designación de un legislador de su estructura como nuevo defensor del Pueblo de la Provincia, dejando de lado a un histórico allegado al jefe del Poder Ejecutivo. A partir de entonces, legisladores, intendentes y funcionarios provinciales aliados a Manzur buscan encasillar a Jaldo como un “traidor”, mote duro si los hay en la jerga justicialista. Que la lista del gobernador para las PASO se llame “Lealtad Peronista” es todo un mensaje dentro de esta interna, que podría tener su capítulo final en las elecciones del domingo 12.

 

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