Crisis política

Por qué ni Alberto Fernández ni Axel Kicillof entienden lo que pasó

Ni Alberto Fernández ni Axel Kicilof pueden identificar con nitidez qué pasó el domingo. Sus indefiniciones, ciertas ausencias y medias palabras lo ratifican. La crisis que ayer vivió el gobierno y que aún no concluyó es la que más potente pega a una población ya angustiada antes de las PASO.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare jueves, 16 de septiembre de 2021 · 09:01 hs
Por qué ni Alberto Fernández ni Axel Kicillof entienden lo que pasó

Ni el presidente Alberto Fernández ni el gobernador Axel Kicillof parecen entender la gravedad de la situación. No por la pérdida de una elección, sino por los motivos que llevaron a ese resultado. Esta es la cuestión fundamental. Ninguno parece percibir que por sus propias decisiones la sociedad rechazó las propuestas electorales del oficialismo en casi todo el país. 

Era el presidente quien en la noche del domingo debía pedir la renuncia de todo su Gabinete. No lo hizo. Y tomó esa decisión no porque no creyera en esa decisión. Sino para evitar lo que pasó ayer, que desde Cristina Fernández de Kirchner hasta otros sectores del Frente de Todos le iban a imponer los nuevos ministros. 

Diferente es el caso de Kicillof, a quien la "jefa" lo respalda a capa y espada y lo protege de cualquier injerencia interna. Inclusive la de su hijo, Máximo Kirchner

Si bien es cierto que el resultado fue "impensado", "inesperado" y que estaba "por debajo del radar", una vez conocido, esos cortocircuitos preexistentes aceleraron la crisis interna.

De apuro, sin tener un temario preciso, entre la ministra de Gobierno Teresa García y el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, se apuraron a convocar a los intendentes de la Tercera Sección Electoral que el día anterior habían estado en Almirante Brown con el presidente Alberto Fernández y todos los miembros de la clase "A" de ministros y diputados nacionales. 

Ese encuentro del que no participó el nuevo convocante, Axel Kicillof, ni el más poderoso intendente del país, Fernando Espinosa. Aún sigue sin conocerse el paradero de Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora, que ayer también se ausentó de la juntada de La Plata. 

Seguramente al gobernador le llegaron las quejas y los planteos que hicieron los jefes comunales delante de Fernández, Máximo Kirchner, Sergio Massa y Wado de Pedro, entre otros, el martes al mediodía en un asado bastante hablado. Pero donde nadie dijo "presentaremos las renuncias" ni nadie las pidió. 

Entonces, por recomendación de García, el gobernador armó la presentación de renuncias que luego no aceptó. Pero una cosa es que lo haga él, que son todos amigos suyos de la infancia o la facultad, y que está protegido directamente por la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, que lo hagan funcionarios del presidente que ella puso. Si Fernández saca, luego no pone, como quedó claro desde el inicio de la gestión con los casos de Justicia, Anses, Defensa y Vivienda, entre otros casos. 

Luego del encuentro entre el gobernador y los jefes comunales la Gobernación emitió un comunicado bastante global y escéptico, fiel al estilo de comunicación oficial. "Nos propuso armar una mesa de coordinación política, donde todos estemos más conectados y empapados de las necesidades mutuas". 

"¿Quiere armar un grupo de WatsApp?", le preguntó MDZ a uno de los participantes. "Algo parecido", fue su jocosa definición. Un vocero de los que salió airoso en la PASO del domingo, ante la consulta sobre si había entendido qué había pasado y cómo trabajar para revertir la derrota en las generales de noviembre, dejó más dudas que certezas sobre la interpretación de la realidad. 

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