El desvarío y desbarranco de un Gobierno que tropieza

Lo que está sucediendo en el país con las políticas sanitarias nacionales, la fiesta clandestina de cumpleaños de Fabiola Yañez y la serie de mentiras y explicaciones vacuas e increíbles del Presidente, hasta su imputación formal por el fiscal federal González, son solo una parte de muestras del desvarío en el que está inmerso el país.

Acecha la variante Delta de alta contagiosidad y la mejor forma de prevenir consecuencias graves a quienes se contagian es tener las dos dosis de vacunas inoculadas. Sólo el 30% de los argentinos tienen esa condición. Agosto fue señalado por la Ministra de Salud como el mes de las segundas dosis. Está terminando el mes y queda claro que tampoco se cumplió con lo anunciado. Promesas incumplidas respecto a la salud de los ciudadanos.

El episodio del llamado Olivosgate causa pesar y asombro. No vamos a reiterar los numerosos y continuos fallidos de Alberto Fernández y de su entorno íntimo.

Podemos citar el final de su defensa, al aducir que “no fue delito , solo un error” y proponer la donación del 50% de su salario como reparación durante un periodo de cuatro meses. Propone inapropiadamente donar dinero que recibe de “los ciudadanos argentinos contribuyentes”. No aporta nada de su peculio personal, sino de la mitad de lo que recibe por parte del pueblo.

Por otra parte está imputado y la enorme mayoría de los especialistas en Derecho Penal coinciden en que al Presidente le correspondería la figura del artículo 205 del Código Penal.

Desvarío en la salud pública y en lo relacionado a la fiesta de cumpleaños. Autoridad real y moral del Presidente y de la política sanitaria derrumbadas y que generan miedo, desazón, fastidio y desesperanza.

En paralelo y simultáneamente aparecen hechos y personajes que certifican el desbarranco en que ha caído el país. El dirigente ultra k Luis D'Elía rompe y se libera de la tobillera electrónica provista por el Estado en cumplimiento de su libertad condicional, en público y en actitud desafiante frente a la Justicia y el pueblo sorprendido atónito.

El dirigente sindical Pata Medina, con sentencia y en libertad condicional, realiza un acto público, pese a la prohibición expresa judicial de participar en actividades gremiales, donde proclama su inocencia y adelanta su vuelta a la conducción de la seccional de la Uocra platense. Un desafío  abierto y explícito a la Justicia y a la sociedad entera. En simultáneo, enmascarados portando armas de guerra, anuncian en tono desafiante su apoyo al Pata Medina, y sentencian a muerte al fiscal, el juez, sus familias y a todo aquel que osara privar de su libertad condicional a Medina.

En la misma ciudad de La Plata barras bravas y fanáticos de Estudiantes y Gimnasia se trenzan en una batalla campal, donde se escuchan disparos de armas de fuego, en un enfrentamiento a espacio abierto y sin intervención pronta de las fuerzas de seguridad.

El abogado Gregorio Dalbón, asesor de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y también del Presidente, declara sin tapujos que "el fiscal González es coimero y que el juez Casanello y que todos los jueces, le importan un huevo”.  Una oda a la Justicia.

A la escuela

La docente de la escuela técnica pública de La Matanza, con sus improperios, su gestos, gritos y actitud personal fuera de control, en plena actitud militante agresiva, y no en lo que debería ser un aceptable y equilibrado debate sobre la política nacional con sus jóvenes alumnos, completa una serie de hechos que definen el desbarranco en que está inmersa parte de la actividad pública de la Nación.

Una docente en clara actitud desequilibrada, interpela con violencia verbal y gestual y abusando de su autoridad, a un joven y a todo el aula en forma indirecta, dejando plasmada la profunda caída de algunos docentes del sistema educativo.

Alberto Fernández se suma a la discusión, definiendo como “formidable la situación acaecida por la profesora en el curso”. Desvarío y desbarranco.

La sociedad, que sufre la pandemia y en carne propia vive las consecuencias del desvarío y el desbarranco, aparece como sabia y prudente frente a toda esta serie de circunstancias y hechos lamentables y dolorosos. Resta que siga en esta esforzada posición obligada y el 12 de setiembre, en libertad y con su vocación democrática firme, concurra a votar y deje en la urna su posición en pos del equilibrio y la razonabilidad, y en búsqueda de una vida lógica y apacible.