Restricciones

La "rebeldía" interpretativa de Suarez para mantener más abierta a Mendoza

El Gobernador interpretó y aplicará a su manera el DNU de Alberto Fernández. Tomó el criterio de adecuar las medidas regionalmente como eje. La chicana con las vacunas y el riesgo propio.

Pablo Icardi
Pablo Icardi jueves, 8 de abril de 2021 · 20:06 hs
La "rebeldía" interpretativa de Suarez para mantener más abierta a Mendoza
Foto: Gentileza: Prensa Gobierno.

El gobernador Rodolfo Suarez dijo que adoptará las medidas que el presidente Alberto Fernández dispuso, pero lo hace a su manera: no cambia el horario, permitirá las reuniones familiares y no bajará el factor ocupacional de los locales gastronómicos como anunció el Presidente. Lo de Suarez es una especie de rebeldía interpretativa: tomó el DNU y lo adaptó a la realidad local y se plantó contra lo dispuesto por Alberto Fernández, un día después de la cadena nacional. 

Justamente tomó de la norma la posibilidad de regionalizar las medidas. La duda está en que Suarez toma una versión más laxa de las restricciones y si hay posibilidad de queja desde la Nación. Ya había ocurrido el año pasado.

Suarez toma como eje que el Decreto nacional deja en manos de cada cada jurisdicción debe adecuar las medidas a su realidad. Es decir a la regionalización de la estrategia. Y lo hace tomando la versión más laxa. Por eso no cerrarán los casinos, habrá reuniones privadas (familiares  y de amigos) de hasta 10 personas y no se bajará el factor ocupacional. Todo en el marco de la declaración del alerta sanitaria que restringe la circulación desde las 0.30 y sin tener en cuenta las 23 como tope. 

La línea delgada que recorre el Gobernador es que el DNU sí distingue entre regiones de alto o medio riesgo y las medidas son distintas para cada uno. En la práctica eso es difícil de aplicar y por eso en Mendoza se aplicará la misma estrategia en toda la provincia. El Gobernador habló de cumplir la norma nacional, pero compatibilizarlo con las medidas provinciales y con una interpretación fina de lo que se puede hacer. "Vamos a respetar el espíritu del Decreto", dijo. El espíritu puede respetarlo, pero los hechos son distintos. "No nos movemos fuera de la ley", aseguró. 

El enfoque puede generar tensión con la Nación, algo que ocurrió también el año pasado. No está claro si hay algún mecanismo de auditoría de cumplimiento del DNU entre estados. Suarez se anima a tomar un riesgo político y también de costos. El año pasado le fue bien. 

En el plano sanitario Suarez reconoció lo mismo que le dijo a los intendentes el lunes. La segunda ola golpea fuerte en Mendoza y hubo un abrupto aumento de casos. Tanto que las terapias están al 70%. También aumentó la positividad y los números están en rojo. "Si hay que tomar más medidas habrá que tomar, pero depende del comportamiento que tengamos para que la gente pueda seguir trabajando, para que los chicos puedan seguir en las aulas. Esta segunda ola va a ser muy complicada, tenemos que tener mucha más conciencia", aseguró.

Pero Suarez mantiene la estrategia del 2020 de administrar la pandemia con enfoque propio. Y va más allá al tomar toda la provincia como una unidad, a diferencia de la Nación. "No podemos tomar una disposición que cambie de Guaymallén a Godoy Cruz. No tiene sentido", graficó. 

La "rebeldía" de Suarez va por lo bajo. Es interpretativa para encontrar los puntos en los que puede meter cuña. Sí hubo un cambio al reprocharle a la Nación la falta de cumplimiento con el plan de vacunación. Acusó al Gobierno de "sociabilizar" el problema por la falta de cumplimiento de la promesa de vacunar masivamente. "Ahora nos dicen que se puede comprar", dijo irónicamente. También en el plano casi retórico, dijo que intentarán adquirir vacunas.  

Desde la Nación habían puesto el foco en la Provincia nuevamente. El día del anuncio tomaron como ejemplo negativo. Todo teñido por las disputas políticas. Como nunca antes, en la previa a las decisiones el presidente Alberto Fernández y la oposición, particularmente Juntos por el Cambio, condicionaron el camino a recorrer. Cada uno con su propio interés particular. 

 

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