Rodolfo Suarez afianza su equipo chico y busca alejar fantasmas de diferencias internas
Asumieron los nuevos funcionarios, todos del equipo de mayor confianza del gobernador. La visita que marca una señal de arraigo al equipo político que supo tener fuertes diferencias con Cornejo.
No hubo acto político ni convocatoria extravagante. En el recuerdo de los dos años de gestión, Rodolfo Suarez siguió con su rutina laboral y personal; contactos permanentes, una actividad social en un campo de Tupungato, que es "su lugar en el mundo", y la preparación del cambio en el gabinete ejecutado hoy que puede ser una pequeña bisagra. En realidad es más una curva temporal (justo mitad de gestión) que conceptual, pues aseguran que no habrá modificaciones dramáticas en el manejo de la provincia. En la asunción hubo algunos gestos sutiles del giro "suarista".
Asumieron cuatro funcionarios de su máxima confianza: Nora Vicario, Víctor Fayad, Beatriz Martínez y Marcelo Montenegro. El gobernador tuvo como invitado especial a Roberto Iglesias, uno de los creadores del grupo de la "Muni" de Capital, que supo construir poder y tener una rivalidad importante con el sector de Alfredo Cornejo. Iglesias tuvo un enfrentamiento fuerte con Cornejo cuando se creó la Concertación y negoció en 2011 para volver a ser candidato a gobernador en una maniobra en la que el actual senador nacional ganó. Iglesias y Suarez son los dos que llegaron al sillón de San Martín. Suarez buscó despersonalizar las designaciones. "Más allá del afecto que les tengo, los convoco por su capacidad", aseguró y los invitó a trabajar en equipo.
Para despejar dudas sobre la unidad del Gobierno estuvieron casi todos los referentes de los grupos diversos que tiene Cambia Mendoza. El propio presidente del radicalismo local, Tadeo García Zalazar, fue uno de los primeros en felicitar a los ministros surgidos de la cantera "rival", es decir Capital.
Desafíos
Los nuevos ministros asumieron con escenarios distintos. Víctor Fayad ya trabaja en la gestión y tenía con Lisandro Nieri un ejercicio conjunto en los temas relativos al estado financiero de la provincia. Justamente asumirá con dos desafíos inmediatos. Por un lado, conseguir hasta 20 mil millones de pesos para pagar deuda y hacer obras. El Gobierno no había hecho uso de la autorización para contraer créditos y se había financiado con letras. Ahora, a fin de año, sale en busca de recursos con dos emisiones simultáneas. Al mismo tiempo habrá un recálculo tácito del Presupuesto.
Es que Mendoza tiene aprobada su "ley de leyes", pero la Nación no y el ministro de Economía, Martín Guzmán, anunció retoques en las pautas del proyecto original. En realidad allí hay otra clave: la Nación aportará las pautas y los recursos ordinarios. Pero no hay esperanza en que haya transferencias que entreguen aire extra. "Es un grifo cerrado", aseguran. Es que entienden que la provincia ha sido discriminada por la Nación en el reparto de fondos discrecionales y no hay indicios de cambio.
En el caso de Turismo hay más dudas o, para enfocarlo desde lo positivo, expectativa. Por el perfil de la nueva ministra Nora Vicario, que no tiene experiencia en esa primera línea, y por la oportunidad estratégica que tiene el área para la economía de Mendoza. Mariana Juri estuvo dos veces como ministra y las dos veces dejó el cargo para ir al Congreso. Junto a Suarez le tocó gestionar más la logística nueva que generó la pandemia y tuvo como decisión importante haber abierto la actividad antes que el resto del país. Ahora el turismo es la gran esperanza para mejorar la actividad económica. El vínculo con la actividad privada, la promoción y la estrategia estatal para impulsar el sector.
Suarez volvió a recordar el contexto en el que asumió y los condicionantes impuestos por la pandemia. "Veníamos con una idea de gobierno y la pandemia nos cambió los paradigmas de la gestión. La incertidumbre era mucha", dijo y recordó a Iglesias como "piloto de tormentas" y a Cornejo como quien equilibró la provincia. "Después vamos a ver a quién le tocó peor", sugirió.
Los enigmas que se abren sobre el futuro tienen que ver con cuánto pueden crecer las diferencias internas en la gestión de gobierno y en la política. De cuajo, personas cercanas a Suarez y Cornejo descartan cualquier problema. "No hay nada profundo, la gestión está primero y eso lo tienen claro quienes conducen, que son ellos dos. El resto es humo", repiten.