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La amenaza del PRO para dejar de ser "soldado" en Cambia Mendoza

Omar De Marchi apunta a utilizar el poderío del bloque de diputados y senadores propios que tendrá en la Legislatura, como base para su proyecto político para 2023. Críticas a la reforma de la Constitución, el impulso a la boleta única y el malestar con la conducción de Alfredo Cornejo, en la lista.

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 28 de noviembre de 2021 · 07:00 hs
La amenaza del PRO para dejar de ser "soldado" en Cambia Mendoza
Foto: Gobierno de Mendoza

Dispuesto a hacer un nuevo intento por conquistar el poder, Omar De Marchi vuelve al ruedo con advertencias de escarceos a futuro para posicionarse dentro de la interna de Cambia Mendoza de cara al 2023. Aunque esta vez, apunta a complicar el escenario político de Rodolfo Suarez en los dos años que le quedan. Como parte del acuerdo electoral de Cambia Mendoza que se alcanzó antes de las PASO, el líder del PRO consiguió estructurar un bloque propio en la Legislatura que muy probablemente se transformará en la plataforma sobre la que se basará el proyecto político del actual diputado.

De Marchi, luego del recambio legislativo, ostentará una fuerza de nueve legisladores provinciales (cinco senadores y cuatro diputados) que prometen salirse de la lógica de “soldados” de las decisiones del gobierno, para plantear sus diferencias con proyectos clave e impulsar otros que podrían desencadenar tormentas internas. Uno de los temas centrales es la reforma de la Constitución. El PRO está haciendo públicas sus reparos al proyecto estratégico del gobernador, que hasta ahora no ve la luz todavía por la resistencia del peronismo a respaldarlo. Sin embargo, tampoco terminaría cosechando respaldo de los propios: este aliado oficialista considera que es “demagógica” la propuesta del gobernador de presentar a los cambios en la Carta Magna como un achicamiento del gasto de la política a través de la implementación de la unicameralidad en la Legislatura,

Pero habrá más, muy seguramente. Los legisladores amarillos amenazan con discutir cuestiones vinculadas al gasto público, el endeudamiento y los proyectos relacionados con el desarrollo económico. Pero también, meterse nuevamente con una idea lanzada por el propio De Marchi hace tiempo: terminar de implementar el sistema de boleta única que le ponga un fin a la lista sábana. Si esto se consigue, será un cambio institucional trascendente. Pero también una forma de quitarle peso a la estructura del radicalismo a la hora de definir candidaturas en una elección interna.

El las últimas PASO el lujanino pujó fuerte y estuvo a una negociación de cerrar un acuerdo con las terceras fuerzas y presentarse como candidato a senador nacional por afuera, pero paró a último momento consciente de que una decisión de patear el tablero iba a traer consecuencias. Pendía sobre él una amenaza de intervención del PRO a nivel nacional y una salida intempestiva de Cambia Mendoza iba a tener un impacto fenomenal en Buenos Aires y en el resto del país en momentos en que Juntos por el Cambio estaba intentando por todos los medios mantener la unidad con las elecciones por delante. En aquella advertencia intervencionista jugó fuerte Patricia Bullrich, aliada de Alfredo Cornejo en la disputa. De Marchi no rompió, pero logró un acuerdo que le permitió aumentar su peso específico en la Legislatura. 

Tras las elecciones y el triunfo de noviembre, se disparó un proceso político lógico que Suarez intenta contener. Sin la posibilidad de ser reelecto porque la Constitución se lo prohíbe, el gobernador apunta a convencer al puñado de dirigentes de la coalición oficialista con aspiraciones que postergue el debate hasta finales del año próximo. Tarea difícil. El mandatario podrá acallar la interna entre los intendentes radicales que ya mostraron sus intenciones. Tadeo García Salazar, Ulpiano Suarez o Daniel Orozco, por caso.

Pero se le hará imposible parar la carrera de otros dos que también están lanzados: el propio De Marchi y Luis Petri. Este último ya comenzó en estos días a hacer su juego. Incluso su reciente pareja, la conductora televisiva Cristina Pérez hizo públicas las intenciones del dirigente radical. Petri, quien dejará su banca en el Congreso hacia finales de año es, junto al referente del PRO en Mendoza, otro que está dispuesto a escapar del corset de los acuerdos que impone hacia adentro Cornejo. “Yo me salgo de la lista de espera de Cornejo”, es lo que le dijo a los dirigentes que está tratando de persuadir para que lo sigan en la aventura.

Al menos dentro del radicalismo, todos los que están envalentonados saben que sus aspiraciones tendrán un techo. El exgobernador está enfocado en la cuestión nacional más que en los asuntos de la provincia, pero volver a presentarse para la gobernación es una posibilidad cierta. Si llegará lejos, solo el tiempo y la manera en cómo se termina acomodando la interna de Juntos por el Cambio lo dirá.

Por ahora, Cornejo está pagando los costos de su rosca en Buenos Aires puertas adentro del radicalismo. En lo inmediato tiene un objetivo por cumplir que es vital para su futura proyección a nivel país: está detrás de ocupar algún cargo en el Senado consciente de que, si no lo logra, terminar como senador raso lo dejará sin tribuna para conseguir la visibilidad necesaria para dar la pelea grande. Llegan desde la Capital Federal noticias de un encuentro para principios de esta semana con Gerardo Morales, en dónde se terminaría de definir la historia.

Mientras el mendocino “porotea” legisladores radicales en el Congreso y delegados en el Comité Nacional, la pata de ese acuerdo que se busca es que el jujeño se quede con la titularidad del Comité Nacional y Cornejo se convierta en autoridad de bloque (la del radicalismo o el interbloque) o bien sea vicepresidente de la Cámara. Si queda en el llano el cuadro será complicado, porque dejará de integrar la mesa de conducción nacional de Juntos por el Cambio, cuerpo que integra porque es todavía el presidente de la UCR. Otra jugada: Cornejo quiere patear la renovación de autoridades partidarias para febrero o marzo ante la resistencia de los correligionarios de la mayoría de las provincias que se encolumnaron detrás de Morales.

Ahora bien. A ninguno escapa que si Cornejo decide volver a Mendoza, toda discusión interna por la candidatura habrá acabado. Aunque quizás no para De Marchi. Si Suarez logrará o no postergar la disputa por la sucesión será cuestión de tiempo. Petri podría estar lanzándose para terminar negociando internamente dentro de dos años. Aquí la cuestión temporal es vital. Se presume que el gobierno terminará desdoblando y anticipando la elección provincial a la nacional para 2023, con lo cual todos los plazos previstos se acelerarán mucho antes de finales del año próximo. Y mucho más rápido de cómo aspira a manejarlos el gobernador.  

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