Mar del Plata

Consecuencias de la cuarentena: Mar del Plata sin taxis

Pasadas las medidas restrictivas, la incertidumbre y las decisiones económicas del gobierno impiden que este sector de la economía marplatense se recupere

José Luis Jacobo
José Luis Jacobo domingo, 28 de noviembre de 2021 · 19:23 hs
Consecuencias de la cuarentena: Mar del Plata sin taxis
Foto: NA

Al inicio de la cuarentena que el gobierno nacional determinó en 2020, el presidente Alberto Fernández aseveró que el Estado había «descubierto» a 10 millones de argentinos a los que, hasta ese entonces, ignoraba. Pero no se trataba de personas que estaban en la clandestinidad, sino de trabajadores independientes, acostumbrados a ganarse el peso. Muchos de ellos, taxistas.

Habitualmente criticados, pocas veces citados de forma amable tanto por el público como por los medios, los trabajadores del taxi tradicional conforman un universo de cuentapropistas que cada día salen a la calle a ganarse el sustento, sin el apoyo de ningún tipo de subsidios, a suerte y verdad.

Pasadas las etapas de confinamiento, primero estricto y luego parcial, la realidad de hoy es que el sector ha quedado profundamente resentido. En ciudades como Mar del Plata, la falta de choferes agudiza falencias en un servicio que es central para la trasportación pública. En ese sentido, La Feliz es una rareza ya que no cuenta con servicios como Uber o Cabify, como consecuencia de una ordenanza que impulsó y logró promulgar el exintendente Carlos Fernando Arroyo.

Raúl Vicente es uno de los referentes de la Sociedad de Conductores de Taxis de Mar del Plata y explicó la situación compleja que atraviesa el sector que deriva en un colapso del servicio tanto de taxis como de remises durante la noche, o en los fines de semana. Señaló que el factor más importante es la falta del recurso humano.

«Nadie puede dejar de ver que en marzo de 2020 cuando se dictan las restricciones, el taxista nocturno se quedó sin trabajo. Costó mucho que esa gente se pueda ubicar en nuevos trabajos, muy pocos fueron a trabajos legales, pero les permitió sobrevivir. Algunos pusieron kioscos, verdulerías, almacenes; fueron a esos trabajos de poca rentabilidad. El problema surge porque ahora los invitamos a subir a los autos y nos dicen, que pasa si en marzo o abril hay nuevas restricciones y se corta la actividad nocturna», dijo.

Este escenario de intranquilidad al respecto de la situación sanitaria y la posibilidad de que existan nuevas restricciones en el futuro es provocado por las autoridades nacionales, amén de las noticias de nuevos encierros en Europa, que poco alientan a abordar un cambio importante en cuanto a las actividades económicas. Vicente aseguró que «hay un ranking de 5 razones fundamentales por las que nos cuesta rearmar la estructura». Detalló: «La primera, es el temor a volver a un trabajo que no garantiza continuidad. La segunda es que no fueron pocos los que se quedaron sin trabajo y consiguieron planes sociales, hay un temor de volver a la actividad, blanquearse y perder el plan. Si hay aumentos de contagio, lo primero que se cierra es la nocturnidad». De esta forma, los exchoferes de taxis, que pertenecieron históricamente a un sector que jamás pidió ayuda del Estado, quedan sometidos a un factor en el cual las políticas públicas los incitan a no trabajar.

Vicente continúa con el tercer factor: «la posibilidad del juicio laboral. Cuando se cortó la actividad, hubo que sentarse con titulares y choferes donde los titulares le decían que no le conviene darle el auto para que le trajeran 400 pesos porque no hacían más de 1.000 pesos en invierno durante la pandemia. Había que explicarles que no convenía hacer un juicio laboral porque nadie tenía la culpa de la situación. Eso está presente ahora también».

Luego, destacó un detalle para nada menor: «La baja rentabilidad. En el año 2020, el taxi aumentó un 20% contra un 46% de inflación y fue complementada en marzo de 2021 por un 10%. Económicamente no conviene».

Por último, indicó: «en el quinto lugar ubico la inseguridad porque siempre la tuvimos y hoy tenes elementos tecnológicos que no evitan el robo, pero te pueden ayudar más rápido».

La macro desvirtúa la micro y complica la vida diaria hasta en cuestiones tan básicas como trabajar y transportarse.

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