La inesperada situación que tuvo en vilo durante horas a Juan Manzur

Juan Manzur tomó licencia como gobernador de Tucumán para asumir como jefe de Gabinete de la Nación, en medio de la crisis interna en el Frente de Todos por el revés en las PASO y por las tensiones entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Y, a dos semanas de haberse instalado en la Casa Rosada, el flamante ministro coordinador observa a la distancia los inesperados giros que dio la política en su provincia.

Sucede que, ayer, el vicegobernador Osvaldo Jaldo -quien quedó como gobernador interino de Tucumán- viajó a Buenos Aires para reunirse con el propio Manzur y afianzar el acuerdo político que evitó la implosión del oficialismo local. En la comitiva oficial estuvieron los dos peronistas que le siguen en el orden de sucesión: el presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla, y el vicepresidente primero, Regino Amado. Ante esta serie de ausencias, quien quedó al frente del Poder Ejecutivo tucumano durante toda la jornada fue una opositora.

Se trató de la legisladora provincial Sandra Orquera, vicepresidenta segunda de la Legislatura. No es una dirigente reconocida en el distrito norteño; de hecho, llegó por primera vez a un cargo electivo en 2019, de la mano de su cuñado y líder político, Ricardo Bussi, quien es hijo del fundador de Fuerza Republicana (FR), el fallecido represor y ex gobernador Antonio Domingo Bussi.

En los hechos, Orquera no tuvo oportunidad de adoptar medidas, ya que Jaldo se había llevado a Buenos Aires a todos los ministros del Poder Ejecutivo para la reunión con Manzur y con otros funcionarios nacionales. Sin embargo, la legisladora bussista se encargó de generar revuelo en las pocas horas que estuvo al frente del Gobierno provincial.

Entre otras frases polémicas, Orquera expresó su compromiso de ejercer el cargo “con responsabilidad, como lo hizo Antonio Domingo Bussi”. La figura del ex general del Ejército todavía genera resquemores en la sociedad tucumana. Si bien fue electo gobernador en el período 1995-1999, el ex militar fallecido en 2011 encabezó el golpe de Estado de 1976 en la provincia norteña.

De hecho, llegó a ser condenado a prisión perpetua en 2008 por la Justicia Federal, en el marco de un juicio oral y público por el homicidio del ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse, quien fuera padre del actual legislador peronista Gerónimo Vargas Aignasse, uno de los hombres de confianza de Manzur. Por ello, la reivindicación de Orquera a la figura de Antonio Domingo Bussi desde la mismísima Casa de Gobierno generó bastante revuelo, sobre todo en el ámbito del justicialismo.

La legisladora opositora, además, se presentó en sus redes sociales como “la primera gobernadora” de la historia de Tucumán. Y, si bien recalcó que sólo estuvo “unas horas” al frente del Poder Ejecutivo, manifestó que su tarea se había enfocado en el área de seguridad. “Seguimos trabajando y luchando con esperanzas para que nuestro querido Tucumán vuelva a ser el Jardín de la República”, sentenció Orquera.