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Dependencia, poca inversión y pobreza: la foto de Mendoza 2022

Mendoza depende cada vez más de la Nación para financiarse por la caída de la actividad. El Presupuesto 2022 es "conservador" y se nota en un tipo de obras clave: las viviendas. La pobreza como el tema irresuelto tras la pandemia.

Pablo Icardi
Pablo Icardi domingo, 3 de octubre de 2021 · 08:25 hs
Dependencia, poca inversión y pobreza: la foto de Mendoza 2022
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Rodolfo Suarez y Alberto Fernández pueden discutir, disentir políticamente, cruzar chicanas. Pero lo que importa para la gestión diaria pasa por una zona menos visible: el frío cruce bancario entre cuentas nacionales y locales. Es que, por la decadencia económica de la provincia y los modelos políticos centralizados en Casa Rosada, Mendoza depende cada vez más de los recursos nacionales; es decir que la Provincia se parece también cada vez más a las provincias de las que se quería diferenciar, que de las que buscaba imitar. 

El Presupuesto 2022 presentado por Suarez tiene una impronta conservadora, con pocas aristas innovadoras y que busca emprolijar más que innovar. La ley impositiva sí apuesta a incentivos a la generación de empleo y mantiene la filosofía de bajar la carga en algunas actividades estratégicas, como la tecnología, que necesitan además una enorme mejoría en la calidad de la infraestructura para crecer.

En los recursos previstos aparece esa dependencia: el 54 por ciento de lo que se espera recaudar depende de que Alberto Fernández cumpla. Fondos de otro origen, como las regalías, están en decadencia. En 2007, por ejemplo, el 54% de los recursos corrientes presupuestados eran de origen provincial. La recaudación depende de la actividad económica y de actividades privadas que están en retracción y golpeadas. Los gastos son fijos y la inversión escasa. 

Suarez tiene una relación "sobria" con Fernández. Es opositor, pero no bravucón. Aunque no tiene modos muy eufóricos, es el primer gobernador en muchos años que tiene esa postura. Desde Gabrielli en adelante (Bordón se diferenció de Menem en el último tramo), todos los gobernadores fueron o se hicieron oficialistas y trataron de seducir más que de combatir a quienes ocupaban Casa Rosada. Incluso, como fue el caso de Julio Cobos, cuando eran de partidos distintos. El resultado ha sido siempre el mismo: malo para la Provincia, aunque promisorio individualmente.

El modelo político de dependencia comenzó a potenciarse en 2003, con Néstor Kirchner, que aumentó la cantidad de recursos discrecionales que se transferían, sobre todo lo relacionado con obras y subsidios. Mayor dependencia económica, menor autonomía política. Lo sufrió, incluso, Alfredo Cornejo con su aliado Mauricio Macri, con quien tenía más diferencias de las que podía hacer notar al principio de su gestión; justamente por la necesidad de ayuda nacional que tenía. 

Un plan "austero"

El plan de Gobierno para el 2022 no es muy optimista respecto a obras y proyectos innovadores. Si se hace Portezuelo del Viento, será la obra de mayor magnitud. Pero un parámetro para ver lo que puede ocurrir es la construcción de viviendas. Por la demanda que hay y porque los barrios son el tipo de infraestructura donde más se nota si hay distribución y que más rápido genera dinamismo. El año que viene Suarez apenas apunta a entregar 800 viviendas y tener en construcción unas 2600. Esa cantidad responde a los recursos destinados, unos 10 mil millones de pesos. Este año, según explicaron a MDZ desde el sector, se han ejecutado menos de la mitad. Y siempre se está lejos de aquel umbral de 4 mil viviendas por año que se puso casi como una utopía. 

La vivienda es el tipo de obras que más reactiva. 

En el área de la construcción aseguran que hay una sub ejecución de recursos. La pandemia ayudó a agravar este problema por obvias razones. Tan baja es la inversión, que en el Presupuesto 2022 buscan "perdonar" al IPV por gastar una proporción mayor a la permitida en personal, respecto a lo que se invierte en obras. 

Además, otras ideas que comenzaron a ejecutarse chocaron con la realidad: el plan de Participación Público Privada que se impulsó, hasta ahora no funciona. De las 500 casas licitadas, se han adjudicado unas 150. La inflación es el principal enemigo de ese plan. Pero no es lo único. El Gobierno nacional asegura que hay "poca demanda" desde Mendoza para financiar viviendas, en particular el plan  "Casa Propia". Según información del sector privado, se han licitado solo 100 viviendas de ese programa en Mendoza. Ese combo genera varios problemas. Por un lado la poca inversión. Pero por el otro la falta de alternativas para enfrentar la crisis habitacional. El déficit crece y se pueden agravar las consecuencias: no hay viviendas nuevas disponibles y los alquileres comienzan a ser un costo inalcanzable. 

El plan de obras nuevamente apuesta a la infraestructura básica. Pero más a reparar que a construir. Por eso se harán solo 3 escuelas, mientras que el año que viene (con concesiones) probablemente se hagan 3 casinos (en el Este, en Alvear y el Valle de Uco). La extensión del Metrotranvía hacia el Aeropuerto es lo más innovador. 

Si la pandemia fue la bandera política que le sirvió a Rodolfo Suarez para ganar credibilidad y elecciones, la situación social es el problema que (potenciado por la misma crisis sanitaria) menos se ha resuelto. Incluso con una variable particular: la creación de empleo precario que genera menos desocupación, pero mantiene a las familias bajo la línea de pobreza.  

En Mendoza el 44% de las personas tiene ingresos menores a los necesarios para vivir. Entre los niños y adolescentes la pobreza es más aguda y 6 de cada 10 viven en esas condiciones; con el agravante de que durante un año y medio no tuvieron acceso a la escuela abierta, el único lugar donde el Estado llega. Mendoza tiene todas las actividades económicas abiertas desde hace más de un año. La desocupación, medida precariamente por el INDEC, bajó por obvias razones. Pero sin impacto profundo. El 8,3% de las personas está desocupada, pero la mayoría son pobres.

La explicación está en otros números: la cantidad de mendocinos que necesitan otro trabajo o que tienen un empleo precario. Salvo los empleados estatales, la mayoría del resto de las actividades quedaron golpeadas por la pandemia. Empresas cerradas, mutación de trabajos y un aumento enorme de la informalidad. En ese contexto la situación puede convertirse, nuevamente, en crónica. Ya ocurrió en otras crisis donde se engrosa la cantidad de mendocinos que quedan marginados del acceso a sus derechos. 

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