Cristina y Máximo arrasan con la política energética de Alberto
Con la renuncia de Guillermo Nielsen a la presidencia de YPF y su reemplazo por Pablo González, se concretó un nuevo avance de la vicepresidenta Cristina Fernández y su hijo Máximo Kirchner sobre la política energética del Gobierno nacional, frente a un Presidente cada vez más desinteresado.
Con la renuncia de Guillermo Nielsen a la presidencia de YPF y su reemplazo por Pablo González, se concretó un nuevo avance de la vicepresidenta Cristina Fernández y su hijo Máximo Kirchner sobre la política energética del Gobierno nacional, frente a un presidente Alberto Fernández cada vez más disminuido y desinteresado en ese sector.
La primera ficha fue jugada en agosto del año pasado, cuando en medio de la peor recesión económica de la Argentina y caídas récord en la producción de hidrocarburos, el entonces secretario de Energía, Sergio Lanziani, fue desplazado y sustituido por Darío Martínez, un diputado nacional por Neuquén muy cercano a Máximo Kirchner y cuyo ascenso obedeció a una decisión inapelable del Instituto Patria, comentó el periodista Beto Valdez en el programa Verano de Noticias, del canal LN+.
Dentro de la Secretaría de Energía de la Nación, otro alfín kirchnerista es el subsecretario y virtual viceministro Federico Basualdo, un “hombre de (la Universidad) Flacso muy cercano a Cristina Fernández de Kirchner y que además es columnista de Cohete a la Luna, el portal de Horacio Verbitsky”.
Pero el arribo del ultrakirchnerista González viene a coronar la intervención cristinista en la petrolera estatal. “En el directorio de YPF fue designado como director titular Héctor Recalde; también aparece como director suplente y gerente de Asuntos Corporativos, Santiago Patucho Álvarez, quien fuera director de Télam durante la anterior gestión del kirchnerismo, exgerente de noticias de Canal 7, el creador del Nestornauta y amigo de Máximo Kirchner. Su segundo es Santiago Carreras, cercano a Víctor Santa María y que viene de La Cámpora”, detalló Valdez.
Finalmente otros tres nombres camporistas coparon espacios estratégicos en Energía: Andrés Cirnigliaro, un joven santacruceño de 29 años instalado por Máximo Kirchner en la presidencia de la compañía Ieasa (ex Enarsa) que se dedica a seguir comprando barcos de gas para el invierno. A él se suman los interventores María Soledad Manin y Federico Bernal, en el Enre y el Enargas, respectivamente.
¿Y qué piensa el Presidente? El periodista Jaime Rosemberg consideró que “en el sector de la energía, Alberto Fernández no dio la pelea como ocurrió con la Justicia, donde tiene una agenda propia que compite con la de Cristina. Directamente no hubo interés”.
“A partir de los discursos y sus cartas, vemos que hay un avance paulatino de Cristina Kirchner en casi todas las áreas del gobierno”, remató.