Los tres puntos oscuros en la aprobación de la vacuna Sputnik V

La autorización de emergencia de la vacuna Sputnik V expedida en diciembre pasado por el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, continúa siendo cuestionada debido a varios aspectos oscuros que la rodean en torno al proceso de análisis y aprobación por parte de las autoridades sanitarias argentinas.

Según explicó el periodista Pablo Fernández Blanco en el programa Verano de Noticias, del canal LN+, “el Gobierno argentino apostó todo a la vacuna rusa y lo hizo con muchísima velocidad, pero fue tambaleando y cometiendo algunos errores administrativos polémicos”.

En principio, existen dudas sobre cómo se inició el expediente administrativo en la Argentina para autorizar la Sputnik V: “No hubo ningún científico, ni paper ni nada. El Gobierno argentino empezó la tramitación cuando recibió un comunicado de prensa”, resaltó.

También se pone en tela de juicio el nivel de confianza que la gestión de Alberto Fernández le tuvo a Juan Manuel Castelli, director nacional de la Dirección Nacional de Control de Enfermedades Transmisibles, respecto a los efectos adversos del fármaco ruso: “Hay un término que llama la atención y expresa que ‘el estudio de Rusia a través del comunicado de prensa dice haber sido aplicado a unas 22.000 personas’. Este es el nivel de precisión que se maneja”.

Finalmente, Fernández Blanco planteó un tercer aspecto: “¿Cuál es la otra prueba para iniciar el expediente? Habla de una presentación del 17 de diciembre de un tal Usmanovich, un presunto científico destacado de Rusia. Es decir, dos comunicados de prensa y un power point escrito que no entendí porque estaba en ruso”.