Opinión

¿Por qué elijo construir mi futuro en Argentina?

El autor explica por qué decide apostar a Argentina, a pesar de las dificultades. Los desafíos de una generación que tiene todo por delante.

Alfredo Romano
Alfredo Romano viernes, 21 de agosto de 2020 · 09:49 hs
¿Por qué elijo construir mi futuro en Argentina?
Foto: Pablo Matar/Mediamza.com

Sorprende la cantidad de jóvenes y adultos que están convencidos de que en nuestro país no se puede planificar el futuro. Sin ir más lejos, vecinos, familiares y amigos ya decidieron exiliarse en busca de nuevas oportunidades, desembarcando en países limítrofes, Estados Unidos o Europa, principalmente. En parte tienen razón, porque Argentina es un país volátil, difícil, cambiante, complejo. -Hoy se respira una fragmentación colosal respecto al país que quiere la sociedad argentina. Por un lado, un sector harto de los gobernantes y sus recetas políticas, y por otro, una misma proporción que se enamora cada vez más de la visión de un Estado presente, que brinda servicios y recursos casi ilimitadamente. Pareciera que ambos modelos son antagónicos y la posibilidad de consensuar un futuro en conjunto se torna cada vez más difícil, no sólo porque hay una generación de líderes que fogonean dicha fragmentación sino porque el diálogo lamentablemente se perdió hace varias décadas y la dirigencia política sigue fracasando en la búsqueda de políticas de estado de largo plazo.

Sin embargo, el objetivo de esta publicación no es seguir remarcando errores, desaciertos, incoherencias, falta de liderazgos constructivos o las cuestiones negativas que tenemos como sociedad los argentinos. Todos, absolutamente todos, desde hace prácticamente diez años, hemos sentido tristeza, esperanza, confianza o miedo viviendo en Argentina. En el caso particular de cada uno, dependiendo de los colores políticos o la afinidad con la representación del gobierno de turno, la convicción de vivir en nuestro país ha sido cuestionada en mayor o menor medida y no sólo ha alcanzado a aquellos que realmente pueden decidir expatriarse sino también a los más vulnerables que también tienen su poder de voz y voto.

En mis treinta y unos años, he decidido en reiteradas oportunidades trasladarme al exterior por diferentes razones. A los 17 años, apoyado por mi familia, decidí iniciar mi carrera profesional como jugador de fútbol, participando durante meses en la reserva de un club de París, Francia. No sólo fue una experiencia reveladora acerca de mis prioridades y mis deseos a futuro, sino que fue la primera alerta de la dificultad que representa exiliarse en el exterior. Además de perderse los afectos, las costumbres, el lenguaje y los vínculos; las oportunidades difieren radicalmente. Luego, en dos etapas distintas de mi educación, estuve becado en Wharton, Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos y en Alemania, en una escuela de economía y finanzas, Frankfurt School of Finance & Management. Finalmente, en el 2017 viajé a hacer una Maestría en Economía y Políticas Públicas en la Universidad de Columbia, Estados Unidos.

Es por todas estas experiencias realizadas en distintas etapas de mi vida, que reivindico que Argentina es uno de los países más desafiantes y motivantes para establecerse y desarrollarse. Nosotros, los jóvenes y jóvenes adultos, tenemos la RESPONSABILIDAD y la OBLIGACIÓN de ser mejores que nuestras generaciones antecesoras. En nosotros radica la oportunidad no sólo de moldear el país que merecemos y soñamos, sino que también, tenemos la enorme posibilidad de hacerlo entre TODOS. Exiliarse significa perder el privilegio de tomar el toro por las astas y darnos la oportunidad y demostrarnos que tenemos las herramientas, las capacidades, los recursos y la sapiencia para construir nuestro futuro en Argentina.

Como todo país inmaduro y muy joven, ya que sólo contamos con un puñado de décadas de democracia estable, nuestro país tiene una infinidad de problemas que resolver y una infinidad de oportunidades que ofrecer. Desde cualquier punto de vista desde el que se lo analice, ya sea desde el ámbito privado, empresarial, educativo o social, Argentina tiene un camino fenomenal por recorrer para establecerse y así reducir la volatilidad estructural, y construir mayor previsibilidad y consensos.

En mi caso, decidí hace muchos años enfocar mi carrera profesional en tres ejes distintos: educación, emprendedurismo y responsabilidad social. Pienso que únicamente, conjugando distintos sectores claves de una sociedad se pueden construir transformaciones de base en nuestro país.

Para concluir, se necesita una generación comprometida al diálogo, la divergencia, la representación absoluta de todos los sectores, y que en dichos espacios, se puedan establecer políticas que trasciendan a las personas y tengan el sello propio de Argentina. Por ende, solo vamos a lograr cambiar la realidad si decidimos hacerlo en nuestro país.

Perfil del autor: Alfredo Romano

Alfredo es un profesional de amplia formación. Estudió Administración de Empresas y luego realizó dos maestrías en el exterior: Finanzas (Alemania) y Economía y Políticas Públicas (USA). Hoy divide su tiempo entre su rol de Director en Romano Group, su función de profesor en la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral y la fundación El Potrero. Es una persona ética y honesta. Se define como hincha de su familia y de su país. Es ambicioso y tiene potencial como agente de cambio. Busca fortalecer los 3 ejes de su perfil (empresarial, académico, social) para generar transformaciones de base en Argentina. 

Tiene espíritu emprendedor: fue el fundador de la sede Cuyo del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas, creó start-ups como Buscatumesa.com y El Crucero Celeste y Blanco y fundó, junto a otros amigos, Fundación El Potrero.

Los valores del deporte y del fútbol lo interpelan directamente: a sus dieciséis años fue durante una temporada jugador profesional del prestigioso club francés París Saint Germain. 

Por último, Alfredo realmente cree que solo no puede y que es necesario co-crear colectivamente las soluciones para que sean sostenibles. Tiene gran capacidad de convocatoria y facilidad para generar redes y alianzas estratégicas entre profesionales e instituciones de distintos sectores. Sin ir más lejos, recientemente la fundación El Potrero firmó un convenio con la Universidad Austral (Academia + sector privado) con el objetivo de establecer un proyecto en conjunto para trabajar en pos de combatir deserción escolar en barrios vulnerables. 

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