Asamblea Legislativa

El sueño de ser reelecto que duró muy, pero muy poco

Rodolfo Suarez apeló a la necesidad de achicar los gastos del Estado en medio de la crisis, para volver sobre uno de los pocas promesas de campaña que le quedaban en pie: una reforma de la Constitución que tenga como eje la reducción a la mitad de la Legislatura. Como gesto,se bajó de su reelección.

Marcelo Arce
Marcelo Arce viernes, 1 de mayo de 2020 · 14:11 hs
El sueño de ser reelecto que duró muy, pero muy poco
Foto: Gobierno de Mendoza

Rodolfo Suarez apeló este 1 de mayo a uno de los pocos compromisos asumidos en la campaña que le quedaban en pie, tras el fracaso político de intentar impulsar la minería y después de que la crisis del coronavirus demoliera en menos de dos meses otras varias promesas.

Muy rápido quedó lejos cualquier intento por apostar a una diversificación de la economía para sacar a Mendoza del atraso y, sobre todo, se sabe que por mucho tiempo no se podrá cumplir con el equilibrio fiscal que fue, sin dudas, uno de los temas que el radicalismo mendocino siempre intentó mostrar como logro de gestión.

Subido ahora al argumento de la necesidad imperiosa del achicamiento de los gastos del Estado que la recesión económica impone, el gobernador vuelve a la carga con una reforma de la Constitución que tendrá como eje central de debate la reducción a prácticamente la mitad de la Legislatura.

Una duda queda. ¿El costo del recorte lo asumirá solo el Poder Legislativo (más allá de la necesidad de implementarlo) o también llegará al Ejecutivo? En el mensaje se escuchó hablar de "austeridad extrema", sin que se sepa aún hasta donde la llevará el gobierno. 

La iniciativa de la unicameralidad no es nueva y el propio Suarez la agitó con entusiasmo en sus épocas de candidato. Hablaba de los costos, por supuesto, pero también argumentaba acerca de las deficiencias en la representatividad del sistema actual.

Actualmente y tal como manda la Constitución vigente, la Legislatura tiene dos cámaras que solo se diferencian por la cantidad de miembros: 38 bancas el Senado y 48 Diputados. Para quienes defienden la bicameralidad, su principal virtud radica en que promueve la revisión de los proyectos de ley antes de que salgan (una cámara es iniciadora y la otra revisora, según el caso) y evita que esa tarea recaiga en el Poder Ejecutivo, a través de la función del veto. Sin embargo lo que esta bajo cuestionamiento ( y que se apunta a modificar) es la base de la representación.

Ya en pleno proceso electoral, el actual ministro de Gobierno y uno de los históricos defensores de la reforma en la provincia, Víctor Ibañez sostenía que “la representatividad hoy no existe: ambas cámaras tienen la misma base que es la poblacional. Pero hay departamentos en la provincia que, por la distribución que hay de los circuitos electorales, no tienen un solo legislador en la Legislatura”.

El anuncio neutralizará muy posiblemente una iniciativa que había presentado hace algunas semanas el senador Jorge Difonso que, como lo que se conoció hoy, también propuso la discusión de la unicameralidad.

El exintendente de San Carlos había presentado un proyecto de enmienda constitucional en ese sentido y es, desde el debate frustrado de la minería, uno de los pocos dirigentes que Suarez aborrece. A él, el gobernador le achaca la responsabilidad de haber levantado a la población del Valle de Uco para que saliera a las calles (como salió) para evitar la modificación de la ley 7722 en el mes de diciembre. Episodio que, como se sabe, se trasformó en el primer y rápido traspie político del actual mandatario.

Suarez fue un paso mas allá, en el mensaje de apertura de sesiones de la Legislatura tan particular y alterado por las circunstancias del Covid-19 que se vio obligado a dar.  Anunció que para contribuir a la discusión política y que los cambios a la Constitución se concreten, se excluirá de la posibilidad de ser reelecto.

Los que siguieron los sucesivos procesos reformistas de Mendoza en los últimos 20 años saben que el debate siempre fracasó por una cuestión: nadie le quiso dar al gobernador en ejercicio la posibilidad de modificar la Carta Magna e ir por su reelección. En los últimos años, todos los gobernadores presentaron su plan para reformar la Constitución y todos pusieron por delante su reelección. Como colorario, todas las reformas fracasaron.

Sin dudas uno de los antireeleccionistas más firmes sea en la provincia el actual ministro de Gobierno. Ibañez siempre consideró que Mendoza logró construir una cultura cívica alrededor de un poder atenuado del Ejecutivo, que lo fuerza a acuerdos legislativos y esto fue producto, básicamente, de la alternancia. Y por otro lado descree de que el corto tiempo de mandato deja al gobernador sin poder. “Es falaz el argumento de que cuatros años son pocos para gobernar”, fue lo que siempre sostuvo el funcionario que ahora seguramente será el encargado de comandar el proceso.

Para él había una opción: no permitir la reelección del gobernador, pero modificar el tiempo de mandato para llevarlo de cuatro a cinco años. Se verá si ahora se impulsa esto.

Lo que sí está claro es que, si bien Suarez es reformista, nunca terminó de bajarse del todo de la idea, como el resto de sus antecesores, de hacer una intentona reelecionista. ¿Por qué me tengo que autoexcluir?, decía, casi molesto, cuando se lo consultaba por el tema a las pocas semanas de haber ganado la elección. 

Roberto Iglesias, en 2001, impulsó un “núcleo de coincidencias básicas” con la oposición y se autoexcluyó ante escribano publico. Pero la Justicia frenó el proceso. Julio Cobos hizo su intento también (impulsaba la segunda vuelta electoral, por ejemplo). Celso Jaque trató (con un proyecto que entre otras ideas buscaba limitar la edad para la jubilación de los jueces) y Francisco Pérez empezó a delirar con su reelección desde el primer día de su gobierno y encaró una campaña en la que se puso al frente y que lo desgastó durante dos años, sin que se haya podido avanzar ni un paso. 

Cornejo fue, como líder opositor en aquél momento, quien bloqueó la intentona de Paco. El exmandatario fue uno de los menos entusiasmados por la reforma. Pero en el arranque de su segundo años de mandato trató de acordar con el peronismo e incluso llegó a obtener un guiño de los intendentes de ese partido para avanzar con su reelección. El asunto fue que, al poco tiempo, esos mismos caciques comunales se le dieron vuelta y terminaron bloqueando el intento en la Legislatura.

Suarez, no cumple seis meses de gobierno, y ya tuvo que abandonar la fantasía que todos los que estuvieron antes que él barajaron entre el segundo y tercer año de mandato. La crisis del coronavirus golpeó con toda su fuerza también aquí

"La reforma institucional debe tener como norte la disminución sustancial del costo de la política, una mayor calidad institucional y mejores controles", enumeró el gobernador este viernes, y en ese orden, los objetivos de su propuesta.

Una vuelta a las promesas de campaña que aparecen como lejanas, pero que fueron escuchadas hace siete u ocho meses nada más. Pero un compromiso que sirve, al menos, para plantear algún horizonte en medio de la incertidumbre brutal en la que el gobernador se mueve por estos días como consecuencia de la pandemia.

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