Jueza civil prendió el ventilador y disparó contra todos
La magistrada deslizó que en lugar de quitarle personal al fuero civil, la Corte podría reubicar a sus propios empleados y pidió un informe para saber cuántos y quiénes son. Aseguró que las decisiones se toman sobre estadísticas erróneas y admitió que espera que Jorge Nanclares recapacite.
Cuando los jueces de la sala administrativa de la Suprema Corte firmaron una acordada para reforzar el fuero de Familia nunca imaginaron la magnitud de las consecuencias que tendría. Un batallón de 30 magistrados civiles se pusieron en pie de guerra y salieron a pedir la anulación de la acordada. Pero incluso elevaron un pedido de informe para que se les dé a conocer cuántos relatores hay en el máximo tribunal y cuántos funcionarios equiparados a magistrados. "Ellos podrían ser trasladados a otros lugares para solucionar esta coyuntura y este problema tan grave", disparó la jueza civil Fabiana Martinelli.
La tensión está llegando a puntos impensados. Los 30 magistrados de los Tribunales de Gestión Judicial Asociada (Gejuas) han peregrinado entre Casa de Gobierno y la Suprema Corte exigiendo que se revea la decisión de quitarles personal para reforzar el fuero de Familia. En concreto, le piden al presidente Jorge Nanclares que recapacite y de marcha atrás con la decisión.
"Nosotros en realidad tenemos todas las expectativas y esperanzas puestas en el doctor Nanclares porque sabemos de su verdadero compromiso con estos cambios. Creo que habiendo mostrado nuestros argumentos el puede estar en condiciones de reverlas. Es un hombre muy comprometido con nosotros y con el mejoramiento de la Justicia", manifestó Martinelli en diálogo con MDZ Radio.
Sucede que Nanclares ha sido el padrino de los Gejuas, su principal impulsor y un promotor de los buenos resultados que han obtenido. "Nanclares trabajó codo a codo con nosotros. No podemos entender el por qué de esta reforma que destruye todo esto en lo que estamos trabajando. Nosotros no podemos explicarnos la situación. Él no solo ha sido el gestor de los cambios: ha trabajado con nosotros plenamente", adhirió la magistrada.
Específicamente la acordada en cuestión determina que para reforzar el fuero de Familia y descongestionar la cantidad de causas que allí se acumulan, se trasladará personal que hoy trabaja en los Gejuas. Sin embargo ante el reclamo de los jueces civiles todo quedó en pausa. "La Justicia Civil desde el 2018 inició un importante proceso de reforma. Primero con la creación de los Gejuas y después con la oralidad. Esta acordada lo que hace es terminar con los dos pilares fuertes que tenía la gestión asociada que son un administrador y un secretario jurisdiccional. Y el persona que se llevarían impacta de manera directa en la oralidad", sentenció la jueza.
"Sentimos que esta acordada nos falta el respeto como jueces y le falta el respeto a los empleados que han trabajado mucho más de lo normal motivados por todos estos cambios", agregó.
Pero así como le dedicó elogios al presidente de la Suprema Corte, no escatimó en críticas hacia el programa de Modernización de la Gestión en la que se desempeña el sobrino de Nanclares, Carlos Quiroga Nanclares. "Hace muchos años que los jueces civiles peleamos en contra del sistema de estadísticas. La justicia se ha modernizado y la forma de medición tiene que cambiar. Las lleva adelante la oficina de gestión y modernización. Creemos que sustancialmente está mal el sistema de estadística y los números no reflejan lo que realmente pasa", aseveró.
En este sentido, lamentó que muchas de las conclusiones erróneas de la Corte a la hora de tomar decisiones están basadas en números poco precisos. "Se basan en estadísticas que no sirven. No se pueden comparar peras con manzanas", esgrimió y puso como ejemplo uno de los argumentos de la polémica acordada. "Cuando ven el número de causas de los Gejuas solo toman las causas de conocimiento. Pero los jueces civiles también resolvemos amparos, medidas precautorias, sucesiones, honorarios y eso no está contemplado", remarcó.
Por otro lado, en el programa "Sonría, lo estamos filmando" admitió que hay otros fueros que tienen necesidades pero argumentó que la forma de reforzarlos debe evaluarse con mayor detenimiento para hacer una mejor reingeniería de recursos. "Por ejemplo la Corte tiene una cantidad de relatores (48 concretamente) y oficinas satélites de funcionarios -en su mayoría equiparados a magistrados- que podrían ser trasladados a otros lugares para solucionar esta coyuntura y este problema tan grave.Nos hemos ofrecido a trabajar viendo como se puede hacer esta reingeniería", destacó.
Pero para ello fueron un paso más allá y presentaron un pedido de informe "en virtud de la ley 9070 para que la Corte nos informe qué personal tiene, con qué capacitaciones, cuáles son funcionarios, cuáles empleados, qué funciones cumplen, etc". "Para hacer reingeniería hay que saber qué pueden hacer", justificó.
La interna de la Corte
Así como los 30 jueces civiles se han mostrado más unidos que nunca y por primera vez se pararon frente a una orden del máximo tribunal, en la Suprema Corte los siete jueces están más divididos que nunca. "Nos recibieron de forma separada y al empezar la reunión el doctor Nanclares nos expresó que existían algunas discrepancias y que no era la instancia para que ellos las mostraran. Que es algo que debe resolver el cuerpo y no en una audiencia frente a 30 jueces civiles", confesó Martinelli.
En primera instancia fueron recibidos por el propio Nanclares, Julio Gómez y Omar Palermo, los tres miembros de la sala Administrativa, a los que se sumó Mario Adaro. Luego, replicaron la misma reunión pero con José Valerio y Dalmiro Garay. "Ellos nos dijeron que Llorente no pudo estar porque se encontraba de licencia", narró la magistrada.
"Desde que entré en el año 2001 es la primera vez que los jueces tenemos que salir a tomar esta postura y la primera vez que los 30 jueces civiles estamos de acuerdo", destacó para finalizar la entrevista.
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