Entrevista

Suarez y su primer año: "Yo no hice de la pandemia un relato"

A días de cumplir un año en el poder, el próximo 9 de diciembre, el Gobernador accedió al diálogo con MDZ y repasó los aspectos clave de una gestión que fue dominada por la pandemia del coronavirus.

Marcelo Arce
Marcelo Arce domingo, 6 de diciembre de 2020 · 06:51 hs
Suarez y su primer año: "Yo no hice de la pandemia un relato"
Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

Para Rodolfo Suarez el primer año de gobierno pueden significar tres, o más. La pandemia del coronavirus lo obligó a concentrar todos los esfuerzos de gestión sobre este punto, con resultados que solo el tiempo confirmará si son positivos o no. Sin embargo para el gobernador existe ya un éxito para contar: el haberse diferenciado de la Casa Rosada para apostar a la apertura de la economía sin que ello haya disparado la curva de contagios y, sobre todo, provocara una mayor cantidad de muertes como consecuencia del virus. “Yo ahí me enfrenté con la Nación, aunque no lo haya publicitado por los diarios”, se defiende, ante quienes lo critican por su extrema cautela en el vínculo con Alberto Fernández”.

Paso casi un año ya, pero el estigma del fracaso del intento de que haya minería lo sigue acompañado. Aunque para él el tema sea un capítulo cerrado. “Creo que se exageró en su momento, pero no hay posibilidades de reabrir este debate durante mi gobierno”, clausura. El gobernador accedió al diálogo con MDZ en la residencia oficial de La Puntilla, en dónde repasó su primer tramo de gestión y habló de su vínculo con Alfredo Cornejo, dejó alguna incertidumbre acerca del futuro económico de Mendoza y, por supuesto, de su manejo de la pandemia.

- Yo venía de ser intendente de la ciudad de Mendoza con una impronta muy fuerte en cuanto a la obra pública, la actividad cultural, a logros por decirlo de alguna manera. que fue lo que en definitiva me llevó a ser candidato a gobernador. Sabíamos que la situación no iba a ser la misma, que no es lo mismo un gobierno provincial que un gobierno municipal. Pero jamás me pude llegar a imaginar la intensidad de este año en cuanto a la conflictividad. Arrancamos en diciembre con el problema de la minería, con todo lo que eso significó. Y a los pocos meses, dos o tres meses, ya comenzamos con el tema de la pandemia que vino a marcar hasta el día de hoy el resto desde la gestión en cuanto a las políticas públicas. Porque estábamos ante problemas para los cuales no teníamos ningún tipo de bibliografía, porque la anterior pandemia que el mundo sufrió era en un contexto totalmente distinto al actual en cuanto a la globalización del mundo, a la conectividad... De hecho, este virus se desparramó por el mundo a una velocidad inédita en la historia de la humanidad. Así que toda la gestión pública y todas las políticas públicas vinieron marcadas a través de la pandemia. Y sigue al día de la fecha. Ese es un análisis a grosso modo, con todas las dificultades que ha traído en materia económica, para el Estado, para las familias, para las empresas... para todos. Y con todos los cambios que ha significado en la forma de vivir de cada uno de nosotros. Así que estamos viviendo este proceso, aún lo estamos viviendo, con mucha expectativa con lo que va a ocurrir con la vacuna en el mundo. Nosotros hemos dicho el primer momento que la pelea se da en los laboratorios, la pelea la da la ciencia contra este virus, así que nosotros tenemos mucha esperanza en eso. Es este año ha sido muy, muy muy intenso, donde hemos tenido que poner muchísima imaginación e innovación, muchos esfuerzos, muchas horas, para llevar adelante esto con el menor daño posible para la gente.

-¿Dónde donde estamos parados en ese momento?

- Nosotros veníamos de un gobierno anterior, el de Alfredo Cornejo, donde hubo una inversión en infraestructura hospitalaria, en materia de salud, que fue importante y nos vino muy bien para paliar todo lo que significa afrontar esta pandemia. Pero sabíamos que eso no alcanzaba. Nosotros teníamos que optimizar los recursos que poseíamos, obviamente con una limitación económica para hacer inversión y también la limitación en capital humano. Porque los médicos, los terapistas que están, son los que tenemos, no podemos ponernos a producir más médicos en cuatro meses. Pero creo que se ha hecho un trabajo importantísimo. De manera tal, como lo dijimos el primer momento, de mantener un equilibrio en atender la salud y cuidar el empleo. Nosotros nunca creímos en las cuarentenas eternas: de hecho nunca hicimos de esto un relato, porque no creemos que hay que hacerlo. Pero, sin lugar a dudas, Mendoza fue distinta al resto del país y en ese sentido la pelea ha sido dura en mantener abierta la economía. No hemos compartido las decisiones que se han tomado - lo he dicho en muchas ocasiones en reuniones con gobernadores y con el presidente- y el sistema sanitario respondió. Y la manera de demostrar que respondió es la mortalidad. La mortalidad es la cantidad de fallecidos por millón de habitantes y en Mendoza estamos en el 50 por ciento de los porcentajes que se está en la Argentina. ¿Eso qué significa? Que la gente en Mendoza se salvó en las terapias. Está respondiendo el sistema, está más aliviado. Pero, obviamente, seguimos en pandemia.

- Fue sin dudas una decisión arriesgada en su momento la apertura de actividades. Ahora bien: ¿Sobre qué criterio científico se tomó? Porque dio la impresión que no sabía cómo podría terminar la historia.

- Es una tremenda responsabilidad decidir ese tema y tiene que ver con horas de no poder conciliar el sueño. Es tremenda, porque cuando uno va a tomar un tipo de decisiones, piensa en la gente que puede padecer esto y piensa que todos aquellos que, si no salen a trabajar, la familia no come. Lo que sí nosotros pudimos ver y percibir, es que en el primer momento que manteníamos algo abierto, veíamos un pico. Y veía Córdoba, Santa Fe, el AMBA... y veía que estaban con una cuarentena muchísimo más estricta que nosotros y se daba también el pico. No hubo un día de pico en Mendoza que no fuera un día de pico en la Argentina. Y este comportamiento lo fuimos viendo. Nosotros seguíamos abriendo y seguíamos con las mismas variables. Las razones se pueden buscar en muchísimos, muchísimos motivos. Pero tiene que ver fundamentalmente con que la gente que no iba a trabajar, también salía en los lugares que había cuarentena. Porque tenemos que agregarle al tema sanitario, al tema del empleo, también el aspecto psicológico de la gente. Ustedes se acuerdan un hecho: el presidente Alberto Fernández autorizó una salida de 500 metros desde su casa y lo anunció como una gran medida. Córdoba, CABA, Rosario... ninguno aplicó la medida a pesar de que el Presidente lo había permitido. Nosotros lo hicimos y recuerdo que mientras salía correr veía a los padres con los hijos caminando por la calle en el centro, veíamos que daban la vuelta a la manzana. Después avanzamos con que se podía correr, después en bicicleta y eso no paró nunca, no paró nunca. Creo al día de hoy que fue una política acertada, yo creo que los números estadísticos que vamos a estar viendo van a demostrar que el empleo va a caer menos en Mendoza que en el resto del país.

- En lo sanitario ya parece estar todo bastante liberado.

- Hoy estamos en una franca caída en los casos que tiene que ver con la positividad. Porque la única manera de medir esto es con la positividad. Hoy usted hace mil test y se sabe cuántos casos se tiene. Creemos que la disminución tiene que ver con la que la gente está al aire libre, la ventilación, creo que eso es lo que baja la cantidad de casos. No tanto la temperatura, sino que la gente está más al aire libre y yo veo que la gente se está moviendo con normalidad. Pero creo que hay normas que aún están vigentes en Mendoza que han caído en desuso y tienen que ver con algún tipo de reuniones, con el tema de las empleadas domésticas. Y esto es porque la gente adquiere una normalidad. Linares Quintana (Segundo Victorio) era un gran filósofo jurídico que se preguntaba si se cambian conductas con la legislación, o la legislación tiene que ir atrás de las conductas. Nosotros hemos buscado un mix entre eso, porque creo que haber permitido esas cosas, liberó ciertas conductas y ahora hay ciertas cuestiones que la gente hace que es muy difícil de regular de otra manera. Y ahí es donde nosotros vamos buscando el equilibrio y moviéndonos. Creo que está dando resultados, aunque siguen surgiendo nuevos problemas. Ahora tenemos problemas nuevos, como lo que ocurre en Potrerillos, con la cantidad de gente que va, que se meten en el lago a bañarse. Estamos ahí pensando, siempre en forma conjunta con los intendentes y con mucha observación de cómo ir llevando mejor estas situaciones.

- ¿Cuál es el número real de contagiados hasta ahora en Mendoza? Porque está claro que esos cincuenta y cinco mil y pico que están informados oficialmente no se corresponden con la cifra cierta.

- Yo no la puedo decir con exactitud. Yo lo que puedo repetir, es lo que se dice estadísticamente en el mundo: que por cass comprobado, algunos dicen que hay que multiplicarlo por cinco y otros hasta por diez. Así sería más o menos cómo funcionaría en la práctica esa cantidad de contagios. Pero bueno... es muy difícil saberlo. La única manera de saberlo es hacer el test del antígeno y ver quiénes lo adquirieron y quienes no. Yo multiplicaría por siete, ese es el número

- Tranquilamente se contagiaron más de 350.000 personas, entonces. Abarca al quince por ciento de la población al menos.

- El quince por ciento de la población en Mendoza creo que pudo haber estado contagiada.

- Hubo sensación de desborde con la carga de las muertes por coronavirus. ¿Por qué ocurrió  eso?

- Con respecto a la carga de los fallecimientos, no pasó solamente en Mendoza. Sino que pasó en la Argentina, pasó en el mundo. En lo que respecta a nosotros tiene que ver que el sistema hospitalario, tanto público como privado, cambió como un guante. ¿Qué significa esto? Todos saben que en los hospitales siempre las altas se daban a la mañana. Nunca en un hospital, alguien se va a las seis o a las siete de la tarde. Todo esto tenía una vorágine que los datos no se cargaron al instante porque pasaba de todo a a cualquier hora y con el recurso humano que había. Hasta que nosotros volvimos a un sistema manual y tradicional, que es poner gente que trabajaba en otras áreas para llamar, llamar y llamar e ir cargando manualmente para poder equiparar los datos. Ustedes piensen que la estadística de fallecimientos en la provincia, en tiempos normales, históricamente en Mendoza se tiene al año y medio o a los dos años, recién.

Las consecuencias

- ¿Cuál estima usted que será el saldo económico de todo esto?

- La negatividad de la pandemia en el aspecto económico lo podemos analizar en distintos aspectos: Primero en lo que significó en la familia de cada uno. Y como afectó a los cuentapropistas, a las empresas. Cómo ha afectado a los distintos estados. En la Estado provincial, la afectación tiene que ver con la caída de la recaudación y con la mayor prestación de servicios. Más servicios se requieren, pero menos se está recaudando y mucho menos también se está coparticipando de la Nación. Esto porque la caída de la macroeconomía significa que también tenemos menos ingresos por coparticipación. Y a nivel nacional tiene que ver con un deterioro de una economía enferma y en caída de hace muchísimos meses en la Argentina ¿Esto qué es? La diferencia que tenemos en la brecha del dólar, la inflación, la cantidad de cheques que emite este Estado por mes que tiene que ver con el déficit fiscal que es tremendo. Creo que esto vino a agravar toda esa situación. Para nosotros, en la provincia concretamente, ha sido un golpe muy duro la caída de regalías en petróleo. Ha sido algo importantísimo. Muy, muy duro. Y la recaudación cayó también, porque hubo menos consumo. Lo peor que existe en las pandemias es la incertidumbre. Hoy empezamos a tener una luz una esperanza con estas tantas vacunas que se están hablando, ahí empieza a haber un poco de certidumbre y empezamos a avizorar ese punto que siempre dijimos que no sabíamos en qué estado de la pandemia estábamos. Muchas veces me preguntaban si estábamos en el pico . ¡Y no lo sabemos! El pico lo vamos a ver al final.

- ¿Y el efecto en la educación?

- Nosotros hemos hecho un gran esfuerzo para tratar de llegar a que los chicos mantuvieran su educación. De hecho yo lo vivo en mi propia familia, con mis dos hijos. Pero obviamente aquellos sectores más vulnerables son los que más perjudicados se vieron. Nosotros, con la empatía que tuvimos de donar parte del sueldo, destinamos parte de ese dinero a la compra de celulares para poder llegar a las familias. Entonces con un celular que llegábamos a una familia, llegábamos con conectividad. Los maestros han hecho un gran esfuerzo, ha sido una experiencia creo que única. Hay cosas que van a quedar, cosas que se van a mejorar, otras que van a cambiar. Pero el otro día, en una reunión de gabinete, nosotros pusimos como meta que el año que viene comiencen las clases en tiempo y forma.

- No fue necesaria un poco mas de rebeldía con respecto a lo que dictaba la Nación con la suspensión de clases. La misma rebeldía que dice que aplicó para mantener muchas actividades económicas abiertas.

- Siempre me ha gustado aclarar que un decreto necesidad y urgencia del presidente tiene el mismo valor que una ley del Congreso de la Nación y esa es la vigencia que tiene para nosotros. Hubo mucha rebeldía, pero poner en funcionamiento el sistema educativo en su totalidad era un imposible. Porque cuando tenés 1300 escuelas cerradas, hay que ponerlas en funcionamiento. Pero tenés que, a la vez, acompañar al transporte público, que los docentes vuelvan al aula... realmente ha resultado imposible. Entonces ¿qué se hizo? Empezamos con las trayectorias débiles, con las zonas rurales, con algún tipo de presencia en lugares abiertos. Y era lo máximo que se podía hacer. Pero sí, nosotros ahora podemos programar a marzo que las clases tienen que comenzar con todos los protocolos.

- ¿Y cómo será el nuevo sistema?

- Va a depender de la pandemia. Si la vacuna está, como dice el gobierno nacional a fines de año, y durante enero y febrero se lleva adelante esa vacunación, yo creo que ahí nosotros podemos ir a una clases presenciales con algún mix de virtualidad.

- ¿Y cómo van a manejar ese tema con los docentes? Porque está claro que no podrán sostener los dos sistemas a la vez.

- No todos tienen que hacer las dos cosas. Habrá que poner mucha imaginación…

- ¿Pero el sistema está preparado para armar un elenco de docentes que se ocupen de un tarea y otros a la otra?

- La virtualidad es buena para el debate. No es mala, es una herramienta que estamos aprendiendo a conocer. Entonces: un docente puede instruir algún tipo de educación y se puede distribuir a través de redes, desde el teléfono, de distintas formas. En eso es en lo que estamos trabajando, esa es la innovación que vamos a tener en el futuro y ese es el debate que nosotros estamos planteando también en materia educativa: cómo nosotros mejoramos el aprendizaje de nuestros chicos.

- Eso también se lo van a tener que explicar al SUTE, que ya anticipó que no quiere volver a las clases presenciales.

- Bueno, ellos no querrán volver. Pero nosotros vamos a ser prudentes. Vamos a ver en qué situación estamos de la pandemia. Siempre tenemos una variable que será la situación en la que estamos. Toco madera, pero quizás llegue una segunda ola, la vacuna no llegue y estamos otra vez preocupados a ver cómo estamos con la camas de terapia. Pero no lo sabemos.

-¿Cuánto perdieron, entiende usted, los chicos en materia educativa ya que seguramente se terminó profundizando la brecha?

- Sin lugar a dudas vamos a tener que medirlo eso, cómo afectó en los distintos sectores sociales. Son todas mediciones que vamos a tener que hacer. Nosotros estamos planteando, dentro de la reforma educativa, que hay que hacer evaluaciones de la educación. En Argentina, en evaluaciones que se hacen a nivel internacional, no nos está yendo bien. Y eso lo hemos dicho: primero, para mejorar, hay que evaluar. Es como si a un atleta uno no le toma el tiempo y después lo quiere mandar a competir. Evaluar es fundamental, se hace en todo el mundo.

- Es cierto eso, pero no necesitan una ley para evaluar el estado actual de la educación de los chicos.

- No, pero nosotros queríamos tener un sistema de evaluación. Es una cosa distinta a la ley, pero nosotros queremos tener un sistema de evaluación propio. Porque en los sistemas de evaluación, uno tiene que tener parámetros y los parámetros siempre tienen que ser los mismos. Y para que sean los mismos hay que establecerlos por ley. Eso es lo que a nosotros nos va a permitir saber si aprenden los chicos, o no aprenden. Lo que sí hemos podido detectar, a través de encuestas que hemos hecho, es que hay cierto grado de comprensión de la gente en cuanto al esfuerzo que se ha hecho para que se mantenga la educación. En lo personal creo que se ha visto resentida, sin lugar a dudas, siempre lo dije. Cuando uno vive una situación tan extrema como una pandemia, lo que uno hace es control de daños. El punto buscar que haya menos daño.

-¿Fue un error haber mantenido cerradas las escuelas todo el ciclo?

- Yo no lo puedo juzgar ahora si fue acertado o no. Lo que sí, veíamos como países europeos abrían y cerraban. Y no solo en Europa, sucedió también en San Juan, en Jujuy… En lo personal, si me preguntan, yo creo que hay que dar las clases. Habrá que pensar mucho por turnos, por mitades, pero creo que el año que viene ya hay que comenzar.

- Volviendo al daño económico. No queda claro en lo que dice cuál será el saldo de la crisis. Usted siempre habló de un tsunami...

. Así es, un tusnami. Pasa la ola, después vuelve y hay que ver lo que queda.

- Exacto ¿Qué queda entonces del tsunami que nos pasó por encima?

- Nosotros vamos a tratar de que esa pobreza nueva, no se transforme en una pobreza estructural. Creo que es el gran desafío Esta el tema de la cosecha, por ejemplo, con los trabajadores golondrina: si nosotros permitíamos que vinieran 20.000 cosechadores, podíamos introducir una cantidad de contagios impresionante. Nosotros promocionamos que el mendocino vaya a cosechar, que siguan cobrando lo que cobran del Estado, pero que puedan cosechar. Y está dando resultado. El debate profundo de esto es nuestra matriz productiva, que lo dimos en la campaña. Yo sigo sosteniendo que, con la matriz productiva como estamos ahora, no alcanza, no alcanza para generar la riqueza que el Estado necesita para invertir en aquellas infraestructuras básicas que precisamos para poder seguir creciendo. Muchos actores de la sociedad dicen: ¿Hay que hacer esto! ¿Hay que hacer lo otro! Muy bien: ¿de dónde sacamos la plata? ¿De dónde generamos la riqueza para hacer estas cosas que van a generar mayor riqueza?

La economía que viene

- Bueno por eso la pregunta clave para su gobierno es de qué vamos a vivir.

- Bueno ese es el tema. Yo hice una propuesta a los mendocinos con un objetivo final, que era esto que la gente pudiera tener un buen auto, que pudiera irse a vacaciones, que tuviera un sueldo digno, que tuviera que los ingresos le permitiera el acceso a la salud ya la educación de calidad, con un Estado que tenga riqueza. Y creo que la minería era una gran oportunidad que teníamos. Ahora hablo en tiempo pasado, porque obviamente no tuvo el consenso social que se requería. Hoyconsidero que lo que ocurrió fue algo exagerado. Es más: actualmente, en las mediciones que estamos haciendo, se ha cambiado la percepción de la gente en gran medida. Hoy la gente cree que esto podría ser una salida económica, sobre todo el Sur, en Malargüe. Pero en este gobierno creo que no hay margen. Porque aparte creo que que las grandes mayorías son silenciosas y hay grupos que son mucho más bulliciosos, mucho más combativos. Cuando surgió este tema la finalidad era que la gente tuviera trabajo, viviera mejor y que el Estado avance. Yo me imaginaba una California, Australia, Canadá, o países donde es compatible esto con la agricultura, la vitivinicultura y con el conocimiento. Bueno.. .se vio truncado este camino, aunque creo que es un debate que ha quedado abierto para Mendoza. Que seguramente se puede avanzar.

- ¿En Malargüe tampoco se puede avanzar? Están esperando que usted lo defina políticamente.

-Lo de Malargüe depende también de los de los legisladores. El intendente no esta esperando que yo lo decida, quien lo tiene que decir es la gente.

- En Malargüe ya está la licencia social para avanzar con la minería.

- Vuelvo a repetir y todo esto que digo, lo digo en el convencimiento que las cosas se pueden hacer bien. Yo soy el defensor número uno del ambiente, sin lugar a dudas. Y las cosas se pueden hacer bien. No podemos partir de que las cosas se hacen mal y producir miedo en la población. Porque no hay mejor campaña para hacer, que una campaña del miedo, es muy fácil eso. Pero creo que en mi gobierno es un debate que está cerrado por la circunstancia, por lo que vivimos,

- ¿Por qué pone ese límite al decir: “Mi gobierno”?

- Podrá venir otra campaña, otra elección de gobernador, donde se plantee eso de nuevo. Pero también pueden suceder muchas cosas y estos grupos pueden volver otra vez. Les voy a contar algo: un amigo me mandó una información de René, el cantante de Calle 13, que se acaba de comprar una casa en California de seis millones de dólares. ¡California! En California está Sillicon Valley, que se llama así porque está el silicio, el mineral. Hay explotación minera, hay explotación vitivinícola a nivel mundial, está en ese lugar la industria del conocimiento. Es lo que nosotros queríamos y esa persona (René) grabó un video porque tiene un hijo que vive en Buenos Aires que me decía: “Oye gobernador Suárez, no quiero que mi hijo se envenene con cianuro”. Y el hijo vive en Buenos Aires. Eso se distribuía en las redes. Ese debate no estábamos en condiciones de sostenerlo racionalmente.

- Cuando uno le pregunta de qué vamos a vivir, usted contesta que no tenemos minería. Da la impresión de que se cayó la minería y no hay más respuestas. Como si no existiera un plan B.

- ¡No! Tenemos que ir a la industria del conocimiento. Ahí tenemos capital humano y una gran oportunidad. Para eso tenemos que tener mayor conectividad, hay que trabajar en obtener mayor conectividad. Mendoza no está bien en conectividad. Tenemos que salir a venderle al mundo, pero no pensando en nuestra oferta. Tenemos que pensar en la demanda. ¿Qué se necesita? ¿Qué le vamos a vender? En el tema del forraje tenemos una gran oportunidad. Tenemos muchas posibilidades de crecimiento. Tenemos que ir a buscar plata al mundo para hacer esas obras de infraestructura para cuidar el agua. Porque el agua se cuida con inversión en infraestructura. Tenemos que ir a buscar esa plata, en un mundo donde hay plata, pero Argentina está fuera del mercado mundial de capitales y ella no depende de nosotros, depende de la macroeconomía. Tenemos que aprovechar todas esas oportunidades que se puedan dar. La generación de energía es otra gran oportunidad que tenemos. Nosotros queremos trabajar un plan de generar energía. Vale es una gran oportunidad con todo lo que eso significa. Ver cómo atraemos empresas para que en el ala norte de Vaca Muerta vengan a explotar. Hemos hablado con YPF para decirle que vengan a explotar, porque el petróleo hay que usarlo. Somos un gobierno muy activo en ese sentido. Hemos bajado regalías para que haya inversiones activas en hidrocarburos . No nos quedamos con eso que no fue. Vamos a buscar todas las oportunidades para cumplir con eso que fue nuestro lema de campaña que era generar empleo, que la gente esté mejor de verdad.

- Cuando no prosperó la minería, en aquél momento Usted enojó con la gente...

-La gente esta estaba más enojada conmigo, me parece.. (se ríe)

- Hubo mucha que sí, pero luego de las protestas …

(Interrumpe) - Pasaba lo de Chile en aquella oportunidad, no se olvide.

- Es cierto, pero salió como enojado de esa situación. Enojado con la sociedad. Como que dijo: “Yo propuse esta salida. Y si no la agarran, allá ustedes”.

- No, no. Lo acabo de decir y aclarar. Al hablar de todas estas acciones que estamos llevando adelante en el gobierno, yo jamás me enojo con la gente. Porque siempre he escuchado y si uno gobierna en definitiva es empleado de la gente. Lo que yo no supe explicar, y eso es mea culpa, es que esto era para que la gente esté mejor. Y no supe explicar, quizás, que esto se puede hacer bien. Porque en el fondo en el debate de la minería hay una falta de credibilidad en el Estado. A mí hay gente que me llegó a decir: “Ahora están gobernando y ustedes son serios. Pero: ¿Qué pasa si después no hay un gobierno serio para controlar? Subyace en este debate una falta de claridad de este tema en la gente.

- ¿Nunca barajó la posibilidad que los dirigentes que están al frente de las protestas sean quienes estén al frente de los controles ambientales?

- Eso es bueno, sin lugar a duda. Y nosotros siempre lo hemos ofrecido. Pero hay que saber que prácticamente toda la provincia estaba fuera de la posibilidad de que haya explotación minera. Se había excluido totalmente el Valle de Uco… la explotación se iba a permitir en algunos lugares del Sur de Malargüe, y en algún lugar del Norte de la provincia alejado de las cuencas de los ríos. Yo cuento siempre una anécdota. En donde siempre voy a comprar los domingos el asado. El parrrillero, que está cuatro o cinco horas el frente de eso, me dice: “¡Suarez no se meta con el agua!”. A los veinte días, al mes, me dice: “Suarez... ¿Usted no me puede conseguir un trabajo?, porque yo estoy acá, ganó diecisiete mil pesos por mes en negro, tengo cuatro hijos. Entonces (se ríe) le digo: “¡Para vos era eso! Todo esto que estás trabajando, todas las horas que pasás en frente de la parrilla, vos lo podrías ganar trabajando en una empresa, trabajando con toda la seguridad, ganando cien mil pesos por mes, tendrías que tener tu auto. Eso es lo que yo quería. “¡Pero por qué no lo explicaron!, me decía este hombre.

- Uno escuchándolo piensa: ¿Por qué no da el debate entones, si está tan convencido de que esa es la salida para la provincia y además dice que tiene encuestas que hablan de cierta licencia social ?

- Porque creo que ya esa etapa se vivió. Yo tuve que derogar una ley para evitar un caos social, porque siempre que se toma una decisión en política uno tiene que buscar el equilibrio. Y llegamos a tener una situación muy intensa en la Ciudad de Mendoza, con movimientos que venían de Alemania, gente que hacía unas movidas increíbles de otras provincias, algo que también creo que excedía el tema. Y tuve que derogar una ley que no tuvo una semana de vigencia y obviamente que eso a mí no me gustó, no lo tenían en mis planes. Pero ocurrió y seguramente este fin de año van a querer hacer manifestaciones o festejos. Yo lo que les digo a los mendocinos y a las mendocinas, es que en Mendoza las cosas se podían hacer bien. Se podía generar mucha riqueza y generando riqueza es como se cuida el agua. Porque nosotros tenemos que generar riqueza para hacer muchos más diques, para almacenar el agua, hacer lo que se hace en los países desarrollados, en donde el tema resulta y viven mejor. Esa era la intención, pero creo que vamos aponer mucha imaginación para que estas cosas que digo ocurran.

- Otro de los temas en los que depositó mucha expectativa siempre fue Portezuelo del Viento. ¿Hasta cuándo va a esperar por una definición del presidente Alberto Fernández? Porque parece que una definición no llegará en el corto plazo y además, muchos sostienen, posiblemente nunca llegue.

- El tema Portezuelo, desde el punto de vista jurídico, es complejo. Pero si yo lo tendría que resumir diría que acá hay una ley nacional que regula este tipo de represas y que no se ha aplicado nunca. Nunca tuvo aplicación, no tiene reglamentación, se aplicó solamente una sola vez en una represa del Sur. Pero en una situación que era acordada entre el gobierno y la empresa. Con esa ley no se puede hacer nada en ningún lugar del país. Nosotros estamos ahora en una instancia donde hemos llevado todos los estudios y nos han dicho que vamos a hacer una audiencia. Pero no una audiencia dentro de esta ley, y esa es una definición muy importante del gobierno de la Nación. Se podrá hacer una audiencia en el Senado, donde van a ir las partes a exponer. Pero no hay ningún acto administrativo, ni judicial que a nosotros nos impida seguir con la obra en este momento. Y hemos dicho y hemos ofrecido que controlen y en esto hemos visto un cambio fundamentalmente en la actitud de Neuquén y Río Negro. Yo tengo la sensación de que el gobierno nacional quiere que la obra se haga. 

-¿La provincia puede adjudicar la obra sin contar con esa definición presidencial?

- Sí ( dice con seguridad)

- ¿Pero qué pasa si Alberto termina laudando en contra de Mendoza en este conflicto?

- Es que primero hay que ver qué se está laudando ¿Que la obra se haga o que no se haga? No se está laudadno eso, tenemos que tenerlo claro.

- El laudo definirá si la obra se hace o no.

- Eso no está en discusión ¡Desde 1956 está convenido que esta obra hay que hacerla! El presidente laudará acerca de si los estudios ambientales serán aprobados por el Consejo del COIRCO (Comité Interjurisdiccional del Rio Colorado) o es suficiente que lo haga el Comité Ejecutivo de ese organismo. Supongamos que lauda en contra de nosotros y dice que lo tiene que aprobar el Consejo, bueno habrá que poner en discusión esto en ese Consejo.

- Está claro que Alberto no le va a levantar o bajar el pulgar de manera directa, pero un laudo en contra le va a imprimir una demora a la obra que la hará casi inviable. Ahí está la importancia de la definición del presidente, será indirecta.

-Si fuera un laudo donde el presidente suspendiera la obra, que no está pedido, el podría decir que el Consejo vea si estos estudios los tienen que aprobar o no. Salvo en La Pampa, en el resto de las provincias no hay una oposición a que la obra se haga. Y políticamente hay voluntad del gobierno nacional de que la obra se haga.

- ¿A usted le consta eso?

- Si, si. Sino las actitudes serían otras.

- ¿Cómo juega el contexto nacional? Porque cuando se trabó la obra, fue en un momento de enfrentamiento de Alfredo Cornejo con la Nación. Dio la impresión de que es decisión fue una represalia del presidente en su momento.

- No, creo que las declaraciones del presidente en su momento fueron en ocasión de ir a visitar La Pampa. En ese momento, a lo mejor el presidente habiendo escuchado el alegato de oído del gobernador pampeano, bueno, planteó esta cuestión. Pero cuando se ve el tema, se analiza, la situación es distinta.

-¿Siente que el gobierno nacional lo castiga en algún punto?

- ¿Fuera de Portezuelo del Viento?

- Si.

-Yo no lo hablaría de castigo. Yo pertenezco a un espacio político distinto del gobierno nacional y la simpatía no es la misma que pueda tener por un gobierno del mismo color político. A nosotros nos cuestan más las cosas. Nos cuesta más conseguir un préstamo, nos cuesta más conseguir un ATN. A veces hay un buen trato, pero el papel no aparece firmado. Pero en eso somos muy insistidores, muy insistidores, muy insistidores, porque el favor político obviamente no lo tenemos.

- ¿Y no lo condiciona en un punto eso? Por ejemplo: ¿Puede dar libremente su opinión acerca del conflicto que mantiene la Casa Rosada con el jefe de Gobierno porteño por la quita de fondos de la coparticipación?

- Por supuesto que lo puedo decir. Las cosas que digo en privado a los funcionarios nacionales, son las mismas que digo en público. Yo no tengo un doble discurso. En el caso de Horacio Rodríguez Larreta, primero se sacó una parte que está judicializado. A nosotros, dentro del marco de lo que es firmar el consenso fiscal, el mismo jefe de CABA nos dijo que no pedía solidaridad con esto. Con respecto a la quita del punto de coparticipación, Juntos por el Cambio acompañó a Larreta. Porque hoy se le saca un punto a Buenos Aires y mañana nos puede sacar un punto a nosotros. Si a nosotros nos sacan un punto de coparticipación sería catastrófico. Creo que sacar puntos de coparticipación en una situación de pandemia, no debería hacerse y no estoy de acuerdo. Esto le pude pasar a cualquier gobernador.

- ¿Por qué?

-El gobierno toma esas decisiones políticas. Pero sin lugar a dudas que le puede pasar a cualquiera. Pero eso a mí no me condiciona la opinión que pueda tener del gobierno nacional. Porque aparte yo, en el tema de la pandemia, en todas las reuniones que he tenido con el presidente le he manifestado claramente que la cuarentena no era el único camino. Que había que trabajar la conciencia ciudadana y esos debates los he tenido abiertamente con el presidente.

-Igual está condicionado por la Nación. Particularmente con la ayuda económica.

- Sin lugar a duda que tenemos una dependencia del gobierno nacional. Nuestro sistema político, económico y financiero funciona así. Pero yo no me condiciono en lo que pienso, en lo que creo y en decir lo que creo. Y también creo que la gente espera, tanto del gobernador como del presidente, que haya diálogo y que haya entendimiento Yo no soy alguien que se dedica a la función pública con un perfil alto, de darles grandes títulos a ustedes los periodistas, ni de ir a Buenos Aires a la prensa. Pero sí soy de pelear en las mesas de trabajo, para operar con argumentos las cuestiones que le pertenecen a Mendoza.

- Rodríguez Larreta tuvo que cambiar en cierta forma su estilo moderado cuando le tocaron la coparticipación.

- Yo la pelea la estoy dando, la he dado siempre. Que no lo publicite es otra cosa. Siempre con mucho respeto con la investidura presidencial. Yo les dije, repito, se están equivocando con el manejo de la cuarentena, hay que flexibilizar. Yo, la pelea la he dado.

- A veces con pocos resultados.

- No ¿Cuál por ejemplo?

- El envío de asistencia financiera

- Dos tipos de asistencia financiera dio el gobierno nacional a las provincias. Los ATN y los préstamos. Los primeros se repartieron por coparticipación, por eso están fuera de discusión. En cuanto a los préstamos, decían que se lo iban a dar a las provincias de acuerdo a una fórmula que es difícil de entenderla. Y obviamente, de repente, la provincia de Buenos Aires se veía absolutamente beneficiada y ellos dicen que lo hacen porque allí viven muchas personas y ponen tanta plata porque es donde tienen el problema más grave. Nosotros quisiéramos haber recibido mucho más, por supuesto, y nos ha costado mucho.

- Mencionó las dificultades de acceder al crédito. Entonces ¿Por qué tanta insistencia con los pedidos de endeudamiento que llevaron al enfrentamiento en la Legislatura con el peronismo?

- Bueno, el crédito no debería estar cerrado para siempre. No solo tengo la esperanza de que se arregle la situación con el Fondo Monetario Internacional, sino que volvamos al mundo de capitales. Eso no puede ser para siempre. Pero con el PJ de Mendoza cuesta a veces, porque no hay unidad a los efectos de una negociación. En el frente Cambia Mendoza, desde hace muchos años, el radicalismo tiene una unidad que facilita las cosas.

- El PJ lo acusa de revolear proyectos en la Legislatura.

- En cada proyecto que enviamos a la legislatura tenemos una estrategia. La reforma constitucional la presentamos, dimos el debate de forma virtual con todas las instituciones intermedias, lo hizo el ministro de Gobierno, Víctor Ibáñez, que estuvo muy activo. Ahora nosotros tenemos tiempo para tratarlo esto, porque también tenemos los tiempos políticos para tratarlos a estos temas. La propuesta que hemos planteado de reforma de la Constitución tiene una adhesión popular (porque lo medimos, porque lo consultamos) que es altísima, altísima. Y este debate hay que darlo entrando el año que viene y ahí ellos (por el peronismo) podrán votar en contra o podrán votar a favor. Y creo que si votan en contra, no van a tener el favor de la sociedad al momento de las elecciones. Porque las cosas que estamos planteando como reforma institucional tienen un apoyo popular muy grande.}

- Uno de los argumentos de venta de la reforma fue el achicamiento de gasto político. Pero, cuando uno efectivamente cuantifica lo que representa ese achicamiento con la eliminación de una cámara legislativa, es mínima la reducción de ese gasto.

-Habría que definir qué es mínimo. A lo mejor para un ultra millonario, dos millones de pesos no es nada. Pero para una persona vulnerable, a lo mejor de dos millones de pesos le solucionan la vida. Para un país como el nuestro poder hacer diez escuelas o un hospital, son diez escuelas y un hospital. Y eso sirve.

- Si apuntaran a eliminar el gasto político en serio, estimo que podrían hacer cincuenta escuelas y diez hospitales.

- No sé cuántas haría, pongámonos a sacar la cuenta. Pero hay otro tema que es la empatía. Yo estoy convencido de que hoy un dirigente político que no tiene empatía con lo que vive la sociedad, va a contramano. ¡Tener dos cámaras exactamente iguales! Creo que eso es empatía con la gente, eso es acercamiento con la gente y creo que es necesario.

- Es una cuestión simbólica entonces.

- No es simbólica porque es plata. Y es mucha plata. Es empatía. Porque aparte si establecemos constitucionalmente que tiene que haber equilibrio fiscal, que no hay que hacer elecciones de medio término. Ustedes conocen como es la dinámica de los partidos y ya saben que muchos ya están pensando en la elección que viene.

- ¿Y usted no?

-Porque las hay. (Por las elecciones)

- Por eso mismo, todos piensan en lo mismo

-Por eso hay que dar este debate. Cada uno tomará sus posturas, se votará en la Cámara y después la gente votará al momento de elegir los constituyentes.

-¿Es verdad que hay un sector del peronismo que lo está tentando para que se permita la discusión de la reelección en el debate de la reforma?

- Yo voy a decir lo que siempre pienso sobre el tema: el gobernador de Mendoza tiene que tener la reelección. Creo que es muy malo para el gobierno de una provincia que no tenga una reelección. Pero también creo que es el obstáculo permanente para que nunca se haya podido reformar la Constitución. Yo me excluyo, absolutamente, pero no, a mí nadie me ha tentado con nada. Yo digo que no se trate el tema de la reelección, para que la credibilidad en esto sea absoluta. Y nadie me ha dicho una cosa así, nadie ningún sector político.

- ¿Y si se lo dicen?

- Yo esperaría a que lo planteen. Porque no me gusta hacer conjeturas sobre hipótesis.

- ¿No debería cerrar la puerta de inmediato? Para despejar todas las dudas.

-Pero eso son variables que no dependen de mí ya mí nadie me ha dicho nada absolutamente de esto. Y lo que yo he dicho está escrito en un proyecto de ley que está enviado a la legislatura.

¿Cómo es su relación con Alfredo Cornejo?

- Con Alfredo tenemos una dinámica de llamadas por teléfono diarios. Él me comparte mucha información de lo que está pasando en la Nación, tanto en el partido como información que a él le llega de lo que pasa. Tenemos una dinámica constante de pasarnos información. Obviamente, como es natural, no coincidimos en todas las cosas. Sería irrisorio si así fuera.

- ¿En qué difieren, por ejemplo?

- Un tema que hemos debatido mucho es la relación con el Gobierno nacional. Yo siempre le digo que prefiero ser duro en la mesa, sentarme a pelearme y no hacer muchas declaraciones públicas. Que las haga él, otro dirigente, pero yo no. Yo prefiero mantener ese diálogo y ahí hemos tenido alguna diferencia... a lo mejor en cuanto a las estrategias. Pero si en algo terminamos coincidiendo, es que nosotros defendemos la provincia sobre cualquier color político, que creo que no es lo que pasa en la oposición. La oposición de Mendoza tiene más pertenencia a la ideología del kirchnerismo, que pertenencia a Mendoza.

- ¿Cornejo interfiere en la gestión?

-No, no, no, pero yo lo consulto. Como también lo consultó a Julio Cobos Siempre trato de escuchar todas las opiniones que se puedan y la experiencia de Alfredo en la política es vasta, mucho más que la mía.

- Esos son los dos candidatos del año próximo: Cornejo y Cobos.

- A mí me gusta, a mí me gusta que sean candidatos. Cuando uno va a jugar un partido, quiere poner a los mejores jugadores. Los dos tienen una altísima consideración positiva en la sociedad mendocina por su trabajo, por su trayectoria- ¡Qué mejor que tener dos candidatos de esa talla! Por supuesto que los apoyo y los propongo. Vamos a ver qué dicen ellos ¿no? (Ríe de manera cómplice).

- En términos más personales, muchas veces da la sensación de que hay partes de este trabajo de gobernador que no le gustan.

- Yo no soy muy amante de los comités, no soy muy amante de la rosca. Siempre me acuerdo que, siendo concejal, en esas cenas de política, Víctor Fayad me decía: “Ya sé que vos te querés ir”. Y yo me iba. No me gusta toda esa rosca política.

- Y otra cosa que llama la atención es que pretende hacer una vida normal, como si no estuviera en ese cargo. ¿Se puede lograr eso?

-Ahora tengo una disputa con la custodia, que ya no la estaría teniendo. Ahora prácticamente no tengo custodia. Costó que entendieran que yo quiero tener una vida normal, pero bueno…

- Pero es compatible con este trabajo, que además es casi veinticuatro horas por veinticuatro horas.

- Yo siempre he trabajado veinticuatro por veinticuatro, como intendente y como gobernador. La mayor parte de mi vida laboral ha sido como profesional de la abogacía, más que como político.

- Pasó el primer año, pero con tranquilamente parece como si hubieran pasado tres.

- Se está quedando corto

- Puede ser. Pero le queda un tirón largo todavía.

- Sí, pero me siento con mucha energía, me siento con muchas ganas y con muchas ideas. Llevo una vida muy saludable, totalmente concentrado en la función pública. Así que me entusiasma mucho todo lo que queda, tengo muchas ganas. Y sobre todo algo muy importante: yo todas las noches pongo la cabeza en la almohada y duermo. Porque siento que estoy dejando lo mejor de mí.

Entrevista realizada por Marcelo Arce y Juan Carlos Albornoz.

Archivado en