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El Senado preocupa a Cornejo: ¿radicales aliados del PJ?

Una ironía del destino lo salvó ayer: se accidentó uno de los senadores díscolos del radicalismo y no pudo estar en la sesión. Pero muchos dudan que Raúl Ferrer quiera apoyar las leyes del Gobierno. El otro rebelde, Walter Soto, se tomó licencia ¿Volverá a insistir el gobernador con el ítem banca?
Foto: Pachy Reynoso/MDZ
Foto: Pachy Reynoso/MDZ

Alfredo Cornejo tiene un problema en el Senado provincial.

Fue el ámbito legislativo donde menos le costó imponerse, tal como es su estilo. Pero el paraíso del quorum propio se quebró hace unas semanas, cuando dos senadores díscolos rompieron con sus discípulos de bancada, molestos por haber sido ignorados el armado de listas del gobernador para las elecciones. 

Los obstáculos para el gobernador en un periodo marcado por la competencia electoral podrían ser mayores en el futuro. Ayer, sin ir más lejos, casi naufraga su intención de que se aprobara la nueva ley de Seguridad Vial que armó el Gobierno. 

Las ironías del destino lo salvaron. Raúl Ferrer, uno de los senadores rebeldes del radicalismo, chocó con su vehículo en Villa Mercedes. Venía de Buenos Aires, apurado, con la intención de llegar a tiempo para la sesión en la que, precisamente, se trataría el proyecto que busca mejorar la situación del tránsito.

Raúl Ferrer chocó en San Luis y fue internado. Está fuera de peligro.

El peronismo, que estaba en contra del proyecto oficialista, temió que la UCR lo acusara de aprovechar este infortunio para darle otro golpe al Gobierno. Por eso aportó para el número. 

Pero hay quienes tienen dudas sobre las motivaciones reales de Ferrer para venirse de noche desde Buenos Aires y, más aún, respecto de su intención de sentarse en la banca para que hubiera quorum en el Senado. "Nos llama todos los martes para saber si vamos a bajar a sesionar. Si no vamos, él tampoco", dicen en el bloque justicialista. O sea, los peronistas lo consideran casi un aliado a la hora de darle apoyo o retaceárselo al gobernador. 

El otro senador rebelde tampoco ayuda a Cornejo. Walter Soto, el sorprendente santarrosino acaudalado que viaja cada semana desde Buenos Aires para sesionar en Mendoza, ayer faltó. Está de licencia por una semana. Pero hay radicales que aseguran que no se lo volverá a ver en la Cámara Alta hasta después de las PASO. 

Walter Soto se tomó licencia.

Cornejo no quiere por nada del mundo que la Legislatura se detenga durante la campaña electoral. Todo lo contrario: exige que sus proyectos se conviertan en ley. 

Esta semana hubo presiones, por ejemplo, para acelerar la aprobación del Plan de Ordenamiento Territorial en la Cámara de Diputados.

Diputados era hasta ahora el problema, por lo ajustado de los números del oficialismo allí. Ahora, el escollo es el Senado. El gobernador tiene dos opciones para solucionarlo. Una, es tratar a todo el mundo de vago y volver a apretar con el "ítem banca". La otra sería la misma de siempre: jugar a la interna y quebrar al bloque de senadores justicialistas. 

Por ahora, siempre le ha rendido la segunda.