Jubilarse, seguir o ascender: dilemas finales de un gobierno

Para Paco y Ciurca pasaron, tal vez con demasiada velocidad, la victoria y el festejo. Tan rápido pasa todo en la actualidad que, tras el brindis, el primer exabrupto de la dupla electa puso en guardia a todo el peronismo y se convirtió en uno de los temas de la semana. Hablamos de la advertencia de que ningún ministro de Jaque tendrá continuidad en el futuro gobierno.
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La reacción en el PJ no fue buena y después de aquella arremetida, Ciurca y Pérez se llamaron a silencio para que baje la espuma y ellos puedan estudiar un poco mejor sus próximos pasos. La definición del gabinete es clave. Y puede traerles unos cuantos dolores de cabeza.
La danza de nombres ya arrancó. Los propios protagonistas han dado varios indicios de lo que pueden llegar a hacer. Y se suman las sensaciones que han brotado en el propio gobierno en estos días de celebración, pero también de ansiedad.
Ministros a punto de jubilarse. En tiempo record, desde la mañana a la tarde del lunes, Pérez modificó la declaración que fue un veneno para el justicialismo desde el mismo momento que la emitió.
El gobernador electo sentenció en un desayuno con periodistas que no va a continuar en su gestión ningún ministro que haya formado parte del gobierno de Jaque. Pero en la tarde, Paco ya había experimentado un feedback negativo desde el propio PJ y cambió la declaración.
Según precisó a diario Los Andes en la nota que el matutino publicó el martes (en base a la charla del lunes en la tarde), es un hecho que Pérez “jubilará” a Carlos Behler, el ministro de Salud a quien fulminó sin piedad en medio de la campaña; y a Adrián Cerroni, quien viene pidiendo la toalla hace rato. Lo demás está por verse.
Paco cambió así, en pocas horas, del impacto profundo a la salida elegante y previsible. Se notó su necesidad de desactivar la bomba y ganar tiempo.
Un punto delicado en ese sentido es el secretario general de la gobernación, Alejandro Cazabán, peso pesado de la gestión jaquista y un indudable adversario de Pérez, a quien el gobernador electo le mandó un mensaje en clave en la referida entrevista de Los Andes.
Pensando más en su conductor actual que en la secretaría en cuestión, el ganador de los comicios descartó en esa nota que la secretaría de la gobernación vaya a seguir concentrando las decisiones políticas en la nueva etapa, como ocurrió durante todo el gobierno de Jaque.
Carlitos y La Cámpora. Ciurca hizo un proceso similar -desde la furia a la reflexión obligada- el lunes. El vicegobernador electo, además de atacar junto a Pérez al gobernador sanjuanino José Luis Gioja, también confrontó duro hacia adentro del espectro oficialista en el desayuno con la prensa y eligió pegar nada menos que en el corazón de La Cámpora.
Los jóvenes cristinistas lograron puestos inesperados en las listas de candidatos a legisladores y ahora presionan para obtener cargos en la gestión, pero esa mañana, Ciurca avisó que no serían tenidos cuenta: “Veo gente joven, pero no veo capaces”, sentenció.
Fue una mañana brava, que sacó a la luz calenturas hasta aquí silenciadas por la fórmula ganadora del comicio. Ciurca confesó abiertamente, también en el hotel The Modern y en medio de las masitas y el café con leche, que su faltazo a la cena que organizó el jefe de La Cámpora, Héctor El Cuervo Larroque, en Godoy Cruz sobre el final de la campaña, no fue casual. “Fue un gesto político no ir, yo no tenía ninguna otra cosa que hacer esa noche. Yo no se quién es Larroque, yo voy a los actos de la JP”, se despachó.
Pero dicen que ese mismo día, también por la tarde, el número dos del futuro gobierno había empezado a retroceder de sus propias palabras contra La Cámpora, o al menos de las más agresivas. Tal vez entendió rápido que abrir muchos frentes de batalla a la vez (gabinete de Jaque, Gioja y La Cámpora) no era lo más conveniente.
Al fin y al cabo, La Cámpora (como los cuadros de la CGT, que también han empezado a pedir cargos) son nudos menos apretados que los que hay que desatar más arriba. Más precisamente, en los despachos de los ministros idos o no tanto.
Continuidades y ... ¿ascensos? Hay quienes ya apuestan abiertamente a que el futuro gabinete de Jaque tendrá varias continuidades. Que los recambios serán en buena medida previsibles e incluso con algunos premios para gente que ha acompañado a Jaque durante su gestión, aunque no con traje ministerial.
“Lo que dijo de que se van todos los ministros es una buena noticia para las segundas líneas”, razonó off the record un funcionario, buscando el lado amable de aquella declaración explosiva. ¿Será que la omisión de Paco esconde oportunidades para subsecretarios y directores de la gestión de Jaque?
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Por otra parte, la sentencia de Pérez sobre todos los ministros actuales se torna dudosa en el análisis fino. Por ejemplo, al frente del Ministerio de Seguridad está Carlos Aranda (foto), un funcionario joven (el gobernador electo ha anticipado que armará un seleccionado “sub 45”, edad que acaba de cumplir Aranda) que es el del ala de Ciurca.
Hay que decir que el vice, a pesar de que gobernará la Legislatura, tiene clarísimas intenciones de avanzar sobre cargos del Poder Ejecutivo y Seguridad puede uno de los objetivos.
Aranda es uno de los ministros que quiere seguir en su puesto. Además, en la intimidad señala que una de las virtudes del último recambio que hubo en esa cartera (se produjo precisamente cuando Ciurca la dejó para irse a Acción Social) es que no hubo una transición: el delicado ministerio de Seguridad quedó en manos de un hombre que respondía al anterior ministro y que ya trabajaba en esa área.
Ciertamente, Seguridad es una de los espacios más delicados del Estado y la policía es muy sensible a los cambios políticos. Incluso puede ser reactiva a movimientos drásticos en la conducción civil.
Más allá de la situación en Seguridad, si Ciurca logra marcar su impronta en el gabinete, muchos funcionarios de Paco serán hombres y mujeres “caminadores”, con mucho trabajo en el territorio. En definitiva, con el perfil que el propio vicegobernador tuvo como ministro y que ha inculcado a modo de manual entre la tropa. Esas “segundas líneas” que ahora tratan de ser optimistas y no creen que Paco los jubile.
¿Señales? Las cosas que los propios Pérez y Ciurca anticiparon en la campaña también podrían ser una buena señal de lo que vendrá. A fines de abril, poco después de la definición de candidaturas del PJ, el entonces candidato a vicegobernador sostuvo que Eduardo Bauzá tenía buen perfil para ser el ministro de Gobierno de la provincia si ganaban las elecciones.
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La promesa del Ministerio de Gobierno para Bauzá (que también es joven, como quiere Paco) puede haber sido una palmada para el funcionario que se martirizó para que La Cámpora tuviera lugar en la lista de legisladores. O tal vez fue el presagio sincero de lo que ahora va a pasar.
Pero Ciurca no fue el único que prometió cargos en el gobierno provincial durante la campaña. El consultor Mario Riorda fue el cerebro de ese proceso que terminó en el triunfo del pasado domingo. Pérez quedó maravillado desde el primer momento con el cordobés, que aterrizó en el planeta de Paco de la mano nada menos que del jefe máximo de la Anses, Diego Bossio.
Todo esto sería una mera anécdota si no fuera porque el propio Pérez anunció hace rato que Riorda podría tener un puesto de asesor en el Poder Ejecutivo, si sus consejos lo llevaban a la victoria, como efectivamente ocurrió.
Pérez eligió precisamente Córdoba para descansar unos días después de las elecciones, pero Riorda, consultado por este diario en las últimas horas, aseguró que no habló “nada” con Paco.
Miremos al costado o callemos. Mientras el justicialismo en pleno espera el retorno de Pérez de Córdoba y anhela algunas certezas sobre el gabinete del futuro, la dupla que debutó enérgicamente el lunes ante los medios se sumergió después en un silencio tan significativo como el primer gesto.
Ese silencio indica de manera clarísima la necesidad de preservarse un poco, más en tiempos en los que la gestión saliente atraviesa algunas nubes.
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Hasta aquí, Pérez y Ciurca no han querido opinar en profundidad de Frigerio y su asesor Jorge Villalón, hombres fuertes del sector azul del PJ, que está comandado por Juan Carlos Mazzón.
El asesor presidencial fue precisamente el que dio el empujón vital a los candidatos en Mendoza, por ello ahora Pérez y Ciurca están en una encrucijada: si tiran piedras contra el Jury dañarán su credibilidad antes de que empiece su gobierno y si, en cambio, se pelean con los azules, podrían perder un respaldo vital adentro del PJ. Demasiados riesgos para correr antes de asumir.
El silencio, entonces, fue el camino que eligieron frente a semejantes desafíos.
Pero mirar al costado puede ser otro modo de esquivar compromisos, por lo menos hasta que les toque gobernar y ya no puedan callarse. Este gesto fue el que mostraron el lunes frente a otro tema que será de mucha relevancia en el futuro: la reforma política.
En la conferencia del lunes, minutos después de otra elección a la antigüa, en la que dio pruebas de supervivencia la cuestionada lista sábana y hubo denuncias derivadas del vetusto mecanismo de votación que todavía impera en Mendoza, Pérez no dio señales de que la modernización del sistema electoral vaya a ser una prioridad en su gestión.
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El corte de boletas (si bien no dio la victoria a sus promotores del radicalismo) volvió a ser alto en estas elecciones y esos números parecen demostrar cuál es la reacción de buena parte de la sociedad respecto de un sistema electoral que no promueve comicios focalizados y decisiones bien pensadas.
Por eso a Pérez y a su compañero de fórmula se les preguntó sin vueltas en el hotel The Modern por la boleta única, el voto electrónico y el desdoblamiento de las elecciones, experiencias que han permitido modernizar provincias grandes y no tanto este año. Pero ante la pregunta, ambos prefirieron hablar de la otra gran reforma siempre en discusión: la reforma constitucional.
Ciertamente la reforma de la Carta Magna asoma como necesaria y podría abordar un aspecto de la reforma política: la representación de los departamentos en la Legislatura provincial. Pero este no parece ser el aspecto que más preocupa o afecta al ciudadano en cada elección. Más bien ocasionan fastidio y problemas la vejez de sobres, votos de papel y urnas, las mañas de los fiscales de mesas, los candidatos colgados de la eterna sábana.
Pero Pérez y Ciurca remplazaron esta semana la reforma política por la constitucional para salir del paso, otra vez, con cierta elegancia. Porque cuando no se puede callar, no es mala opción hacerse el desentendido.







