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Los rugbiers que asesinaron a Fernando Báez Sosa rompen el silencio en un documental de Netflix: "Se juzgó por otro lado"

Netflix estrenó este jueves “50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa”, una serie documental en la que seis de los ocho rugbiers condenados por el crimen ocurrido en Villa Gesell en 2020.

Máximo Thomsen, considerado el principal responsable del ataque, confiesa: “Yo quería que llegue ya el juicio.

Máximo Thomsen, considerado el principal responsable del ataque, confiesa: “Yo quería que llegue ya el juicio.

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El caso que conmocionó a la Argentina vuelve a ocupar la escena pública. Netflix estrenó este jueves el documental “50 segundos: el caso Fernando Báez Sosa”, una serie que reconstruye el brutal asesinato ocurrido en la madrugada del 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, pero con un giro inédito: por primera vez, seis de los ocho rugbiers condenados por el crimen rompen el silencio desde el penal de Melchor Romero.

A través de entrevistas exclusivas, los jóvenes —condenados a prisión perpetua y a penas menores por el homicidio doblemente agravado de Fernando Báez Sosa — narran su versión de los hechos, reflexionan sobre el proceso judicial y exponen su convivencia con la culpa y el estigma social.

Caso Fernando Báez Sosa

La serie, que lleva el sello de Netflix y una narrativa testimonial e introspectiva, intercala imágenes del juicio, material inédito del caso y los testimonios de los protagonistas, en un intento de mostrar no solo la tragedia de Fernando, sino también las consecuencias del crimen en la vida de los asesinos.

El momento de hablar: respondieron Thomsen, los Pertossi, Comelli y Cinalli

El documental comienza con la voz en off de la jueza que dictó sentencia: “Vamos a dar comienzo a esta audiencia en debate, caratulada Thomsen Máximo Pablo, Pertossi Ciro, Comelli Enzo Tomás, Cinalli Blas, Pertossi Luciano, Benicelli Matías Franco, Viollaz Ayrton Michael, Pertossi Lucas Fidel. Homicidio doblemente agravado por su condición y por alevosía.”

A partir de allí, las declaraciones de los condenados muestran distintos matices. Enzo Comelli rompe el silencio diciendo:

“Me sentía en una película y decía: ‘no lo estás viviendo en carne y hueso’. Donde mires me están gritando ‘asesino, hijo de puta’.” “Me sentía en una película y decía: ‘no lo estás viviendo en carne y hueso’. Donde mires me están gritando ‘asesino, hijo de puta’.”

Por su parte, Blas Cinalli recuerda la presión mediática:

“Desde el primer día ya había 50 mil cámaras. Te sentías en un zoológico, cómo te estaban apuntando ahí.” “Desde el primer día ya había 50 mil cámaras. Te sentías en un zoológico, cómo te estaban apuntando ahí.”

Luciano Pertossi expresa su disconformidad con el proceso judicial:

“Yo entendía que estaba en un juicio, que una persona falleció, entiendo que se lo juzgue, pero mi sensación es que se juzgó por otro lado.” “Yo entendía que estaba en un juicio, que una persona falleció, entiendo que se lo juzgue, pero mi sensación es que se juzgó por otro lado.”

Ciro Pertossi, en la misma línea, sostiene que nunca tuvieron oportunidad:

“Nosotros ya estábamos condenados desde antes, era imposible que de ahí salgamos con algo a favor.” “Nosotros ya estábamos condenados desde antes, era imposible que de ahí salgamos con algo a favor.”

Mientras tanto, Máximo Thomsen, considerado el principal responsable del ataque, confiesa:

“Yo quería que llegue ya el juicio. Desde el primer momento quería que se haga lo más pronto posible, porque yo quería responder.” “Yo quería que llegue ya el juicio. Desde el primer momento quería que se haga lo más pronto posible, porque yo quería responder.”

El documental también muestra el impacto del caso en las familias de los condenados, la cobertura mediática y el debate social que generó el crimen, convertido en un símbolo de violencia, discriminación y justicia en la Argentina.

Con una duración de entre cuarenta y cincuenta minutos y repartido en tres episodios, “50 segundos” toma su nombre del tiempo que duró la golpiza que le quitó la vida a Fernando Báez Sosa, un joven de 18 años hijo de inmigrantes paraguayos, a la salida del boliche Le Brique.