Dolor en Córdoba: una jubilada estaba internada en un geriátrico que había sido clausurado y falleció
Una jubilada murió tras residir en un geriátrico que había sido clausurado por el municipio de Villa Carlos Paz por tener carencias sanitarias.

De acuerdo con los medios locales, desde el geriátrico le habían llamado a la hija de la fallecida para notificarle que se había quebrado la cadera.
Archivo Policía de CórdobaUn hecho conmocionó este viernes a la ciudad cordobesa de Villa Carlos Paz. Una mujer mayor de edad falleció luego de haber sido trasladada a un sanatorio por una fractura de cadera. Según informaron medios locales, la paciente residía en un geriátrico que seguía funcionado pese a estar clausurado.
De acuerdo con las autoridades, la jubilada presentaba un cuadro agudo de vulnerabilidad y no había estado recibiendo la medicación correspondiente para tratar su hipertensión.
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Por qué había sido clausurado el geriátrico
El geriátrico donde vivía la mujer había sido clausurado una semana antes por autoridades policiales y municipales, tras recibir denuncias por maltrato y abandono de personas mayores. Durante la inspección, se constató que el establecimiento funcionaba sin habilitación oficial y presentaba severas deficiencias sanitarias. Estaba ubicado en la intersección de las calles Monteagudo y Lisandro de la Torre de la localidad de Villa Carlos Paz.
Ex trabajadoras del lugar brindaron testimonios sobre las condiciones en las que vivían los adultos mayores alojados en la residencia. En declaraciones con los policías, las mujeres aseguraron que los residentes presentaban golpes visibles, no recibían higiene adecuada, no contaban con oxígeno y que, en caso de heridas, se utilizaban solo elementos básicos como jabón blanco. Como si fuera poco, una de las denunciantes reveló que presenció situaciones en las que los adultos mayores eran arrojados sobre las camas y atados de pies y manos con gasas o prendas de vestir.
La alimentación también era insuficiente. Según las declaraciones, se preparaban comidas solo al mediodía y se recalentaban por la noche en porciones reducidas. La higiene se realizaba con trapos húmedos, ya que no había acceso a productos adecuados ni a baños completos para los residentes. En tanto, la atención médica consistía en la administración de medicamentos sin supervisión profesional.
En cuanto al espacio físico, este era limitado. El geriátrico tenía tres habitaciones con tres camas cada una, pero alojaba a once personas mayores, lo que obligaba a que dos de ellas durmieran en el piso. Algunos de los residentes presentaban lesiones visibles que no habían sido atendidas correctamente. Una de las ex empleadas afirmó haber encontrado a una residente con un hematoma en el ojo y que, tras alertar a su familia, esta decidió retirarla del lugar.
Qué dijo la hija de la mujer fallecida en el geriátrico
Al trascender el hecho, la hija de la mujer fallecida contó que la responsable del geriátrico se comunicó días antes del cierre con la familia para informar que la residente había sufrido una fractura de cadera y debía ser internada en una clínica. Al llegar al centro médico, los profesionales constataron que la paciente no contaba con controles médicos recientes, no tenía acceso a la medicación prescrita y se encontraba en una situación general de abandono.