El dolor del padre del joven asesinado por la barra de Alem: "Le pegaron un tiro y festejaron"

Joaquín Coronel, de 18 años, murió en el Hospital de Luján, Buenos Aires, luego de ser trasladado en estado crítico tras los enfrentamientos por la cuarta fecha del torneo Clausura de la Primera C de fútbol, en el estadio Municipal de Luján. Horas más tarde de la lamentable noticia, su padre habló sobre el hecho.

Todo sucedió en la tarde del domingo, cuando se iba a disputar el partido de Primera C entre Luján y Alem, que fue suspendido a los 14 minutos por la explosión de una bomba estruendo en las cercanías del banco de suplentes de Alem.  

Simultáneamente con la suspensión del partido, en las afueras del estadio por calle Carlos Pellegrini comenzaron a escucharse detonaciones de armas de fuego de manera simultánea con un enfrentamiento entre barras del conjunto de General Rodríguez, quienes llegaron en ese momento al estadio en un automóvil particular, e hinchas de Luján.

El ataque de la barra de Alem a la de Luján dejó un saldo de 15 heridos de bala, uno de ellos Coronel, quien había sido internado en grave estado, pero finalmente murió este sábado.

“No alcanzan las palabras para describir lo que era mi hijo. Estaba terminando la secundaria y le gustaba ir a la cancha. Cómo no van visitantes, no había riesgos, pero después pasó lo que pasó”, dijo Javier, el padre de Joaquín Coronel a A24.

Y agregó: "Me llegó un video de Joaquín y salí con el auto rápido, me fui hasta el hospital y él ya estaba en el quirófano. Lo estaban operando, pero ya estaba muy mal".

Javier explicó que su hijo "no era un barra" y que "simplemente fue a ver un partido". Sin embargo, bajaron a los tiros de una camioneta. "Se le vaciaron los cargadores pero fueron a matar. No entiendo nada más del fútbol. Era tímido, nunca pedía nada. Le pegaron un tiro y festejaron como si fuese un trofeo", expresó.

Según las primeras informaciones de la investigación, un auto blanco se acercó a donde estaban los hinchas de Luján y, desde el interior del rodado comenzaron a disparar. En total, siete personas resultaron baleadas.

"Se fueron a dormir y lastimaron a un montón de gente. Ellos son hijos de dirigentes del club Alem. Todos los conocen a ellos, pero nadie sabía de lo que eran capaces. Mi hijo era un amor", apuntó Javier. Además, expresó: "Vienen, matan, se van y festejan. Lamento no haber estado ahí para sacarlo".