Era fiscal, lo acusan por corrupción y ahora vende empanadas para vivir

El exfiscal Regional de la ciudad de Rosario, Patricio Serjal, obtuvo la libertad con una serie de restricciones luego de permanecer detenido casi 18 meses en una causa en la que irá a juicio por el presunto cobro de coimas a un capitalista de juego clandestino ya condenado. Sin embargo, el exfuncionario judicial tuvo un cambio rotundo en su vida: pasó de cobrar 420 mil pesos mensuales a subsistir económicamente vendiendo empanadas en su casa.

Desde febrero del año pasado, Serjal se encontraba con prisión preventiva domiciliaria y había obtenido permisos para salidas terapéuticas, como psicólogos y psiquiatras, debido a su diagnóstico de depresión que inició luego de ser imputado. Tras una audiencia de apelación que había sido solicitada por la defensa del exfiscal Regional, el hombre quedó en libertad este miércoles.

Pese a la "buena noticia" para Serjal, ahora deberá pagar una caución de 10 millones de pesos para que se concrete la medida. Además le prohibieron la salida de Rosario y del país, entregó su DNI y pasaporte y le prohibieron mantener contacto con otros de los imputados por corrupción.

Según el abogado particular del exfiscal, esos diez millones de pesos serán brindados por un familiar que pondrá a disposición su propiedad. En este contexto, añadió que su cliente subsiste económicamente a través de dos formas: por la venta de empanadas a comercios de comida "al paso" y por dinero que le prestan sus amigos a través de una "vaquita" de unos 5 mil o 6 mil pesos que usa para pagar el alquiler y parte de su alimentación.

Los fiscales que llevan la causa por corrupción se opusieron a dejarlo en libertad al considerar que era razonable que espere el juicio en prisión preventiva porque pedirán doce años de cárcel.

La acusación

Serjal fue detenido en agosto de 2020 e imputado de cohecho pasivo, incumplimiento de los deberes de funcionario público, peculado, transmisión de datos reservados y omisión de persecución. Junto al jefe de los fiscales rosarinos cayó también un subordinado suyo, Gustavo Ponce Asahad, acusado de formar parte del engranaje para cobrarle entre 4.000 y 5.000 dólares por mes al capitalista de juego clandestino Leonardo Peiti, con el fin de advertirle sobre causas en su contra y omitir investigarlo.

Ponce Asahad fue condenado en septiembre de 2021 a seis años de prisión –pena reducida a la mitad por su condición de "imputado colaborador". Por su parte, Peiti fue sentenciado en diciembre a la misma pena y el pago de una multa por 47 millones de pesos, en ambos casos en procedimientos abreviados.

Los fiscales acusaron a Serjal de diseñar y ejecutar, junto a Ponce Asahad y a un empleado de su Fiscalía, "un plan cuyo objeto fue recibir dinero de Peiti y a cambio se comprometían a transmitir información reservada, no investigar hechos que podrían constituir delitos y/o interferir en las investigaciones en curso". También de "retardar u omitir dictámenes propios de su competencia, todo con el objeto de que no prosperen imputaciones contra Peiti" en su condición de capitalista del juego clandestino, a través de una vasta red extendida en varias ciudades de Santa Fe.

Los fiscales enumeraron una serie de hechos –entre ellos un viaje de Buenos Aires de Serjal para encontrarse con Peiti en un hotel de Recoleta y pedirle que incrementara la cuota del cohecho- que consideraron evidencia para la acusación.