Los asesinos de la madera: "Entraron a robar y, como no pudieron, decidieron matar"

"Los asesinos de la madera": así los llamó el fiscal a los tres sospechosos de asesinar a un carpintero en Mendoza en noviembre de 2017. Hoy comenzó el juicio por jurados en el que arriesgan prisión perpetua.

Este es el quinto juicio de este tipo que se realiza en la provincia y en el cual 12 personas deben ponerse de acuerdo, por unanimidad, para determinar la culpabilidad de los sospechosos.

Este lunes,  Francisco Javier "Toro" Agüero (50), Diego "Pelado" Vildoza (42) y Lucas Villanueva (39), comenzaron a ser juzgados por el crimen de Juan Carlos Moya, un carpintero que fue asesinado en su vivienda durante un intento de robo.

A Moya lo mataron de dos disparos cuando se encontraba en la habitación de su casa. Momentos antes, dos sujetos habían llegado a la carpintería de Guaymallén y fueron atendidos por su hijo. Los hombres solicitaron un presupuesto y, en el momento en el que el joven fue a buscar a su padre, los recién llegados sacaron un arma de fuego con la que lo obligaron a ingresar al inmueble.

Una vez dentro, fueron hasta la habitación donde estaba Moya y le pidieron dinero. El carpintero se resistió, y uno de los recién llegados le disparó dos veces. Una de las balas impactó en el abdomen del trabajador, lo que le causó la muerte en el lugar.

Los delincuentes escaparon en un auto sin robar nada. 

Durante la apertura del juicio, los fiscales Fernando Guzzo y Gustavo Pirrelo realizaron los alegatos. Para los funcionarios judiciales no hay dudas que los tres acusados son culpables del homicidio y confían en la abundante prueba de la causa para la condena.

"El 4 noviembre de 2027, los tres se pusieron de acuerdo en ir a robar, no pudieron robar y decidieron matar a un carpintero de barrio", comenzó en su alegato Guzzo.

El fiscal remarcó la abundante prueba científica del caso, que incluye tanto antenas como escuchas telefónicas y muestras de ADN.

Por su parte, el fiscal que llevó adelante la investigación, Gustavo Pirrello, calificó a los sospechosos como "asesinos de mala madera" y remarcó que el tenor de los audios de la causa "no deja lugar a dudas del objetivo de los acusados".

Asimismo, Pirrello sostuvo que el arma hallada en la escena tenía ADN de Agüero, mientras que dos días después del crimen fue hallado el Ford Fiesta en el que se movilizaban los asesinos.

Las escuchas telefónicas demuestran que Villanueva habla con Vildoza y le informa que su vecino -por Moya- había cobrado una importante suma de dinero de un trabajo que había cobrado. Asimismo, en los diálogos, todos se ponen de acuerdo en sustraer el dinero y la camioneta de la víctima.

Horas después de la comunicación telefónica, dos de ellos llegan a la carpintería a bordo del Fiesta.

La defensa

Para la defensa la prueba contra los sospechosos no es condenatoria.

Pablo Cazabán, en representación de Vildoza, sostuvo que el jurado debe preguntarse si de "toda la prueba que se va a producir, alguna puede vincular a Vildoza como partícipe de este hecho".

Luego agregó que los delincuentes se pusieron de acuerdo de matar a la Moya una vez dentro de la carpintería, lugar donde no se encontraba Vildoza.

Por su parte, la defensora de Agüero, Glenda Wagnest indicó que el ADN en el cargador del arma encontrada en la escena del crimen correspondía a un sobrino policía.

La abogada sostuvo que el policía tenía causas por violencia, por lo que Agüero le quita el arma para "evitar una tragedia y le deja arriba de una heladera". "En ese lugar pasó mucha gente", dijo Wagnest en alusión a que alguien más la pudo sacar para usarla en el crimen.

El defensor de Villanueva, Guillermo Nievas se preguntó si alguna de las pruebas puede incriminar a su defendido.

El debate continuará con la declaración de los testigos. Los principales serán el hijo y la esposa de Juan Carlos Moya.