Nuevas acusaciones

Caso Bento: el sutil mecanismo de los "aprietes" y el rol del nuevo imputado

Después de una jornada llena de allanamientos, se van conociendo las nuevas hipótesis que por estas horas maneja la fiscalía. Una de las figuras centrales pasó a ser Luis Francisco "Chato" Álvarez, que según la acusación tenía un refinado estilo para reclamar pagos en dólares a cambio de beneficios.

Jorge Caloiro y Facundo García martes, 14 de diciembre de 2021 · 10:34 hs
Caso Bento: el sutil mecanismo de los "aprietes" y el rol del nuevo imputado
La Justicia investiga el rol que pudo haber tenido el "Chato" Álvarez en la organización

Conforme avanza la investigación en la causa de las coimas de la Justicia Federal, el panorama sobre el funcionamiento de la banda que -según la fiscalía- operaba en Tribunales se va refinando. Esta semana hubo allanamientos y detenciones, y entre los que fueron presos está Luis Francisco "Chato" Álvarez, quien está señalado como uno de los negociadores que pedía dólares a cambio de beneficios procesales que otorgaba el juez Walter Bento

Las novedades del expediente tienen como uno de sus orígenes la declaración de testigos que muchos no esperaban. Uno de ellos es el financista Ángel Palumbo, quien se presentó en la fiscalía el pasado 10 de noviembre para realizar graves denuncias relacionadas con la organización ilícita que, según relató, le reclamó dinero si quería mejorar su situación ante la Justicia. 

Palumbo reveló detalles muy importantes.

La denuncia de Palumbo fue tan grave que se dictó el secreto de sumario y la investigación que lleva adelante el fiscal Dante Vega ingresó en una nueva etapa. Se convocó a más testigos y a partir de sus palabras se pulió un poco más la tesis relacionada con el modus operandi que tenía la banda. Eso derivó en los procedimientos del lunes. 

"Decile a Chato que no me presione más, por favor"

Es lo que se lee en un mensaje que fue recuperado del celular de Diego Aliaga -presunta "mano derecha" de Bento- y en el que un sujeto perseguido por la Ley, Daniel Gonzalo Martínez Pinto, pedía paciencia y prometía que "les iba a cumplir a todos". Se cree que era un texto en el que anticipaba que iba a pagar lo que le reclamaban de coima. Aparentemente está en clave y dice textualmente así:

"Diego querido! El asado va a demorar unos días, pero va a estar. Estoy detrás de la carne. Le acabo de decir a chato lo mismo. Amén de ello mi vieja él firmó a Chato y no le vamos a fallar. Chato me dice de firmar una hipoteca, pero me parece demasiado, yo les voy a cumplir a todos. Te doy mi palabra y si queres también mi vieja te firma un pagaré. Solo te pido 20 días más. Si no le pido a mi vieja que les firme la hipoteca. Sin problema. Pero esta llegando la carne, solo me estoy cubriendo con los días. Y Decile a chato que no me presione más por favor. Gracias".

En base a esas y otras intervenciones -serían al menos 3 los casos de coimas en los que participó-, la fiscalía conjetura que Álvarez es un miembro más de la asociación ilícita. Su apodo, de hecho, figura entre los mensajes de Telegram que recibía y enviaba Bento, quien lo tenía agendado y borró todos los intercambios, sin que hasta la fecha haya facilitado su celular a las autoridades. 

Walter Bento durante una de las indagatorias.

*Cómo negociaban*

La hipótesis es que el Chato era una especie de contracara elegante de Diego Aliaga. Su complemento. Allí donde este último era directo y hasta un poco "cachivache", el otro aportaba su acento porteño, su lenguaje técnico -es abogado, aunque no ejerce- y la posibilidad de reunirse en lugares que estuvieran lejos de Tribunales. Tal vez hacían el juego del "policía bueno" y el "policía malo". 

Álvarez llegó a Mendoza a fines de 2017 o 2018. Su esposa, además, tiene un importante rol en la Justicia Federal de la provincia. El fiscal Vega sostiene que cuando hablaba con los imputados para ofrecerles el pago de las coimas, Chato se refería a Bento como "la lapicera", es decir, la persona cuya firma tenía el poder de decidir el destino de los acusados. 

Y hay un detalle más: a medida que avanza la pesquisa, se revela que durante estas negociaciones tanto Aliaga como el Chato buscaban que estuvieran presentes las parejas de los presos, bajo la idea de que podían sensibilizar a las mujeres más fácilmente y lograr así que aparecieran los millones para "sacar" a sus maridos del calabozo. 

Visitas asiduas a detenidos en la cárcel, extrañas cesiones de departamentos y pagos en efectivo habrían formado parte del repertorio que manejaba la organización. Y entre sus miembros -ahora se sospecha- el Chato pudo haber tenido un rol no menor. 

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