El "hombre gato" de Mendoza

Juicio a Gil Pereg: analizan si está simulando y por qué

Arrancó la segunda y última semana del juicio contra el israelí. El primer testigo de la jornada se refirió a la supuesta locura del acusado, y dio explicaciones sobre los motivos por los que el hombre puede haber ocultado el crimen y a la vez ser un psicótico. Picante contrapunto con la fiscalía.

Facundo García
Facundo García lunes, 1 de noviembre de 2021 · 11:14 hs
Juicio a Gil Pereg: analizan si está simulando y por qué
Pereg poco antes del juicio. La gran duda es si su enfermedad es auténtica o si se trata de un gran simulador Foto: Gentileza Maximiliano Legrand

Esta semana podría definirse el futuro de Nicolás Gil Pereg, el llamado "hombre gato" de Mendoza, acusado de asesinar a su madre y a su tía en 2019. Y luego de una primera tanda de testigos en la que la mayoría refirió haber conocido al imputado como una persona "lúcida", en la recta final se presentaron otros que sostienen la tesis de su supuesta locura.

El primer declarante en subir al estrado este lunes fue el psicólogo por parte de la defensa Carlos Guillermo Mesina, que se ha especializado en perfiles criminales. "En Pereg vemos un discurso bien apragmático. Lo primero que haría un psicópata perverso es mostrarse positivo, agradable, y no discutir con la prensa. Pero él es un caso diferente: agredía y les gritaba a los periodistas, como se ve en las entrevistas que grabaron los canales de televisión", apuntó. 

El profesional recordó que mantuvo varias entrevistas con el detenido -"incluso conversaciones de hasta 4 horas"- junto a psicólogas del Cuerpo Médico Forense; y que lo primero que le llamó la atención fue la forma en que vivía Pereg. "Nosotros tenemos la tendencia a diagnosticar con síntomas positivos. Pero lo que no se suele ver tanto son los síntomas negativos, es decir cómo cambia una persona cuando empieza a tener problemas mentales. Él tenía la posibilidad de vivir de otra manera y sin embargo no lo hacía: claro indicador de un deterioro".

Para Mesina, Pereg reúne varias características de la locura. "Si un paciente se viste igual haga calor o frío, estoy ante una posible psicosis. Además, esa acumulación de barro que tenía en la cabeza no era porque él fuera parte de una subcultura, lo mismo con las rastas. No era un rastafari. Pensemos que iba así a comprar armas; a un lugar donde él sabía que iba a ser evaluado. Vemos entonces otra vez un comportamiento apragmático, difícil de entender y alejado de las convenciones sociales".

Pereg yendo a comprar armas. Su cuidado personal no era el mejor.
La "rasta de barro" que tenía Pereg en la cabeza.

La simulación

Otro de los puntos que enfatizó el psicólogo es que la psicosis no elimina la inteligencia, ni la capacidad de ocultar, ni la simulación. "Es un error creer que el psicótico tiene un quiebre total con la realidad -afirmó-. El quiebre se produce en su núcleo delirante".

En el caso de Pereg, ese núcleo delirante estaría en todo lo relacionado con los gatos. "Él inició un proceso de trastorno de personalidad esquizotípico. Ya en Israel se intentó una internación y él luego vino a Argentina, donde pasó años sin tratamiento y quizá, tras un brote, entró en un cuadro psicótico", refirió.

"Es muy difícil saber si en el momento del hecho él era consciente de lo que hacía" (Mesina)

Y añadió: "El problema de los cuadros psicóticos es que pueden tener intervalos lúcidos. En el caso de un delito, lo que se nos pide saber es si en el momento del hecho él sabía lo que hacía. Y como estas patologías son tan fluctuantes, es muy difícil saberlo".

Se habló también del pasaje aéreo que sacó el acusado en la misma época en la que presuntamente mató a las víctimas. "Si vemos que quería llevarse tres gatos en ese vuelo que iba a Italia, y que además no lo tomó, percibimos que existe otra vez un comportamiento apragmático, no lógico, que tiene que ver con su enfermedad", dijo Mesina. 

"Que tenga una enfermedad mental no significa que no pueda mentir ni simular. Sigue siendo un enfermo"

El especialista respondió preguntas de la defensa -representada por Maximiliano Legrand y Lautaro Brachetta- y de la fiscalía -representada por Fernando Guzzo y Claudia Ríos-. "Que Pereg tenga una enfermedad mental no quiere decir que no pueda mentir. Por otra parte -recalcó- no hay manera de tener la certeza desde nuestra ciencia de que en el momento del hecho él no haya padecido un delirio".

En cuanto a la simulación, el psicólogo citó a La simulación en la lucha por la vida, de José Ingenieros, un libro de 1917. "Siguiendo su línea de pensamiento vemos que existe la simulación, la disimulación y la sobresimulación. Quien simula lo hace para adaptarse a un medio. El que disimula esconde algo que le ocurre: es el típico paciente que dice que ya no escucha voces sólo para que lo saquen del hospital psiquiátrico, aunque las siga oyendo. Y por último tenemos la sobresimulación, que es lo que yo creo que hace Pereg. Él está maullando porque exagera sus síntomas para obtener algún tipo de beneficio. De todas maneras, también eso es parte de su enfermedad", definió. 

La discusión final

Una zona interesante de la declaración de Mesina tuvo que ver con los motivos que pueden haber motivado la supuesta discusión entre Gil, su madre Phyria Saroussy y su tía Lily Pereg, lo que derivó en la muerte de estas últimas.

"Cuando a un paciente delirante le negamos su delirio, puede reaccionar violentamente", definió el perito de parte. Y sugirió que cuando las mujeres fueron al predio en el que residía el israelí, cabía la posibilidad de que ellas le hubieran cuestionado su relación con los felinos y que eso hubiera derivado en una agresión. 

Ante eso, el fiscal Guzzo preguntó si acaso no cabía contemplar la hipótesis de que esa disputa se haya desatado a causa de lo que Pereg había hecho con el dinero que le mandaban sus familiares. "Quizá le recriminaron no haber concretado lo que había anticipado que iba a realizar con esa plata", sugirió. Mesina admitió que era posible, aunque siempre insistió en que ello no negaba la hipótesis de la locura.

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