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Receta de mantequilla casera: cremosa, suave y natural.

Receta de mantequilla casera fácil y natural, hecha con solo un ingrediente. Ideal para untar, cocinar y disfrutar sin conservantes.

Esta receta de mantequilla casera es ideal para quienes desean preparar un producto natural, sin conservantes y con un sabor auténtico. Con solo un ingrediente principal y sin técnicas complicadas, se puede lograr una mantequilla suave y deliciosa, perfecta para untar o cocinar en casa.

La mantequilla es un ingrediente básico en muchas cocinas del mundo, presente en preparaciones dulces y saladas. Aunque solemos comprarla ya elaborada, hacer mantequilla casera es un proceso sencillo y rápido que requiere únicamente crema de leche (nata) y un poco de paciencia. La mantequilla casera te permitirá disfrutar un producto fresco, sin aditivos y con un sabor incomparable.

Prepararla en casa no solo es una experiencia divertida, sino que también te da control sobre el contenido de sal y la calidad del ingrediente base. Además, el proceso genera suero de mantequilla (buttermilk), que también puedes utilizar en panes, tortas o panqueques. La textura, el aroma y la frescura de la mantequilla casera marcan una diferencia clara con respecto a las versiones industriales.

Con esta receta puedes crear variantes saborizadas añadiendo hierbas, ajo, miel o especias. Así, no solo obtendrás una mantequilla pura, sino también una base versátil para acompañar todo tipo de preparaciones. Solo necesitas una batidora, crema de leche y unos minutos para obtener un resultado delicioso y artesanal.

Prueba hacer tu propia mantequilla.

La receta de mantequilla casera solo necesita crema de leche y unos minutos de batido.

Ingredientes

Crema de leche 500 ml (nata), sal fina 1/4 cucharadita (opcional), agua fría 200 ml (para enjuagar).

Desarrollo paso a paso para que prepares mantequilla

  1. Vierte la crema de leche en un bol grande, preferentemente de acero o vidrio. La crema debe tener al menos un 35% de materia grasa para que el proceso funcione correctamente. Puedes usar una batidora de mano, una batidora eléctrica de pie o incluso una licuadora potente.
  2. Bate la crema a velocidad media-alta. En los primeros minutos verás cómo la crema comienza a espesar, formando una especie de chantilly. Continúa batiendo sin detenerte. A los pocos minutos, notarás que la crema se corta y se empieza a separar en dos fases: por un lado, una masa amarilla (mantequilla) y por otro, un líquido blanco (suero o buttermilk).
  3. Una vez que se haya separado bien la mantequilla del suero, detén la batidora. Con la ayuda de una espátula o cuchara, reúne toda la mantequilla en el centro del bol y colócala en un colador fino o sobre una gasa limpia para escurrir el líquido restante. El suero que se obtiene puede guardarse y usarse en otras recetas.
  4. Coloca la mantequilla en otro bol y añade agua fría. Amasa suavemente con una cuchara o con las manos limpias para eliminar los restos de suero. Desecha el agua y repite el enjuague 2 o 3 veces, hasta que el agua salga clara. Este paso es importante para evitar que la mantequilla se estropee rápidamente.
  5. Una vez enjuagada, seca la mantequilla con papel de cocina o una gasa limpia, presionando suavemente para quitar la humedad restante. Si deseas, añade una pizca de sal fina y mezcla bien para integrarla. En este punto también puedes incorporar hierbas frescas picadas, ajo en polvo, pimienta o incluso miel si prefieres una versión dulce.
  6. Guarda la mantequilla casera en un recipiente con tapa hermética. Puedes darle forma con una espátula o moldearla con papel film. Conserva en la heladera hasta por una semana. También puedes congelarla por hasta 3 meses, dividiéndola en porciones para facilitar su uso.
  7. El líquido que sobra, llamado suero de mantequilla o buttermilk, es útil en muchas recetas de repostería. Puedes utilizarlo para hacer panqueques, muffins, panes o masas fermentadas. Guárdalo en un frasco limpio en el refrigerador por hasta 3 días.
Deliciosa y súoer rendidora.

Con la receta de mantequilla casera puedes crear versiones saborizadas con hierbas, miel o ajo.

De la cocina a tu mesa

La mantequilla casera es una alternativa sencilla, económica y saludable a las versiones industriales. Con solo crema de leche y un poco de tiempo, puedes obtener una mantequilla suave, con sabor fresco y adaptable a tus gustos personales. Ya sea con sal, hierbas o dulce, esta preparación es perfecta para acompañar panes caseros, galletas, vegetales o para usar en recetas de cocina.

Además de ser práctica, aprovechas al máximo los ingredientes. Hacer mantequilla en casa no solo es fácil, sino también una forma de valorar los procesos simples y el sabor natural. Una vez que la pruebes, difícilmente volverás a la mantequilla comprada. ¡Y a disfrutar!