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Aprende la receta de galletas blandas de almendra de Siena como en Italia

La receta de galletas blandas de almendra de Siena conquista con su textura delicada, sabor intenso y un toque artesanal único.

Receta de galletas blandas de almendra de Siena fáciles y deliciosas para compartir.

Receta de galletas blandas de almendra de Siena fáciles y deliciosas para compartir.

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La receta de galletas blandas de almendra de Siena es un clásico irresistible de la repostería italiana. Suaves, aromáticas y con una textura delicada, representan la tradición y el sabor de la Toscana. Perfectas para acompañar un café, un o como postre, son una delicia para disfrutar en cualquier momento del día.

Las galletas blandas de almendra de Siena, también conocidas como Ricciarelli, son un verdadero tesoro de la repostería italiana, originarias de la región de Toscana. Se caracterizan por su textura suave y ligeramente esponjosa, acompañada por un intenso aroma a almendra y un sabor dulce que conquista desde el primer bocado. Estas galletas han trascendido fronteras gracias a su sencillez y a la elegancia que aportan a la mesa.

Lo que hace tan especial a esta prepararción es el uso de almendras molidas, que aportan no solo sabor sino también una humedad natural, evitando que las galletas resulten secas. A menudo se perfuman con ralladura de cítricos y esencia de almendra amarga, lo que intensifica aún más la experiencia.

Aunque suelen prepararse en épocas festivas, como Navidad, la realidad es que son perfectas para cualquier ocasión. Son ideales para acompañar una taza de café, o incluso una copa de vino dulce, como el clásico Vin Santo italiano.

Deliciosas galletas de almendras, receta tradicional italiana
La receta de galletas blandas de almendra de Siena nació en la Edad Media italiana.

La receta de galletas blandas de almendra de Siena nació en la Edad Media italiana.

Ingredientes

250 g de almendras molidas, 200 g de azúcar glas, 2 claras de huevo, 1 cucharadita de esencia de almendra, ralladura de 1 limón, ½ cucharadita de polvo de hornear, azúcar glass extra para espolvorear.

Paso a paso para preparar galletas blandas de almendra de Siena

  1. Reúne todos los ingredientes sobre la mesa para facilitar la preparación. Asegúrate de que las almendras estén bien molidas y que las claras estén a temperatura ambiente.
  2. En un bol amplio, combina las almendras molidas, el azúcar glass tamizado, la ralladura de limón y el polvo de hornear. Mezcla suavemente con una espátula hasta integrar todo de manera uniforme.
  3. En otro bol, bate las claras de huevo a punto nieve, hasta que estén firmes pero sin que se sequen demasiado. Este paso ayudará a darle aire y ligereza a la masa.
  4. Agrega las claras batidas a la mezcla de almendras poco a poco. Incorpora con movimientos envolventes para evitar que las claras pierdan su volumen. Añade la esencia de almendra y continúa mezclando hasta lograr una masa húmeda y maleable.
  5. Espolvorea ligeramente la mesa con azúcar glass. Toma porciones de masa y forma pequeñas galletas ovaladas o redondeadas, típicas de los Ricciarelli. Colócalas en una bandeja con papel de horno.
  6. Deja reposar las galletas crudas durante unos 20 a 30 minutos a temperatura ambiente. Este paso ayuda a que se forme una ligera costra en la superficie que les dará su aspecto característico al hornearse.
  7. Precalienta el horno a 160 °C. Hornea las galletas durante 15 a 18 minutos, o hasta que los bordes estén ligeramente dorados y la superficie se vea craquelada. No las hornees de más para que conserven su textura blanda.
  8. Retira las galletas del horno y deja enfriar por completo antes de manipularlas, ya que al salir son frágiles. Una vez frías, espolvorea generosamente con azúcar glass.
La receta de estas galletas de almendras pasan de generación y generación
En la receta original, las galletas se preparaban para peregrinos por su durabilidad.

En la receta original, las galletas se preparaban para peregrinos por su durabilidad.

De la cocina a tu mesa

La receta de galletas blandas de almendra de Siena es un ejemplo perfecto de cómo la sencillez puede transformarse en sofisticación. Con pocos ingredientes, logras un resultado lleno de tradición, sabor y textura que evoca la repostería artesanal italiana. Estas galletas no solo destacan por su suavidad y su inconfundible aroma a almendra, sino también por su versatilidad: puedes personalizarlas con ralladura de naranja, esencia de vainilla o incluso un toque de canela para variar el sabor según la ocasión.

Su apariencia craquelada y su acabado espolvoreado con azúcar glass las convierten en un detalle atractivo para cualquier mesa, desde un desayuno elegante hasta una merienda con amigos. Además, se conservan muy bien en un recipiente hermético, lo que te permitirá saborearlas durante varios días. Prepararlas en casa es una experiencia gratificante que combina tradición y placer, y seguramente se convertirán en una de tus preparaciones favoritas para compartir. ¡Y a disfrutar!.