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Torta invertida de piña para principiantes: ¡no falla!

Aprende paso a paso y fácilmente a preparar una deliciosa torta invertida de piña con nuestra receta favorita e imbatible.
Receta tradicional de torta invertida con piña y caramelo Foto: Shutterstock
Receta tradicional de torta invertida con piña y caramelo Foto: Shutterstock

Si estás buscando una receta que combine sabor, aroma y una presentación impactante, esta torta invertida de piña es una excelente elección. Ideal para compartir en reuniones familiares o como postre especial, esta preparación es tan vistosa como deliciosa, y sorprendentemente fácil de hacer en casa.

La torta invertida de piña es un clásico de la repostería que nunca pasa de moda. Su característica principal es que las frutas se colocan en el fondo del molde, bañadas en caramelo, y al momento de desmoldarla quedan como una capa brillante y decorativa en la superficie del pastel. Las rodajas de piña, acompañadas tradicionalmente de cerezas, no solo aportan dulzura y jugosidad, sino también un toque tropical que la convierte en un postre perfecto para cualquier estación del año.

Esta torta es especialmente popular en América Latina y Estados Unidos, donde cada familia suele tener su propia versión. A continuación,te compartimos el paso a paso sencillo y sabroso. No necesitas ser un experto en repostería para lograr un resultado espectacular: solo sigue las instrucciones y disfruta del proceso. ¡Vamos a la receta!

La torta invertida de piña se popularizó en Estados Unidos en los años 1920, gracias al auge de la piña enlatada. Fuente: Shutterstock

Ingredientes 

Para la base caramelizada: 100 g de azúcar blanca, 2 cucharadas de mantequilla, 5 a 6 rodajas de piña en almíbar, 5 a 6 cerezas marrasquino.

Para la masa de la torta: 200 g de harina sin preparar, 180 g de azúcar blanca, 120 g de mantequilla sin sal (a temperatura ambiente), 3 huevos, 1 cucharadita de esencia de vainilla, 120 ml de leche, 1 cucharadita de polvo de hornear, 1 pizca de sal, ralladura de medio limón (opcional).

 

Procedimiento

  1. En una sartén pequeña a fuego medio, coloca los 100 g de azúcar junto con las 2 cucharadas de mantequilla. Remueve constantemente hasta que el azúcar se derrita por completo y tome un color dorado. No permitas que se oscurezca demasiado, ya que podría amargar. Una vez listo, vierte el caramelo caliente en el fondo de un molde circular (de unos 22 cm de diámetro), asegurándote de cubrir toda la base de manera uniforme.
  2. Inmediatamente después de verter el caramelo, acomoda con cuidado las rodajas de piña encima, formando un círculo. Si hay espacio, puedes cortar algunas rodajas por la mitad para cubrir los bordes. Coloca una cereza en el centro de cada rodaja. Este paso debe hacerse rápido antes de que el caramelo se enfríe y endurezca.
  3. En un bol grande, bate la mantequilla con el azúcar hasta obtener una mezcla suave y cremosa. Agrega los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada incorporación. Añade la esencia de vainilla y la ralladura de limón si deseas. En otro recipiente, tamiza la harina junto con el polvo de hornear y la sal.
  4. Incorpora los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla en tres partes, alternando con la leche. Comienza y termina con los ingredientes secos. Mezcla suavemente con una espátula o batidor de mano hasta obtener una masa homogénea, evitando sobrebatir para que la torta no quede densa.
  5. Con cuidado, vierte la masa sobre las frutas caramelizadas, distribuyéndola uniformemente con una espátula para cubrir toda la superficie. Golpea suavemente el molde contra la mesa para eliminar burbujas de aire.
  6. Precalienta el horno a 180 °C (350 °F) y hornea la torta durante 40 a 50 minutos, o hasta que al insertar un palillo en el centro, este salga limpio. El tiempo puede variar según el horno, así que comienza a revisar a partir de los 40 minutos.
  7. Una vez que la torta esté lista, retírala del horno y déjala reposar unos 10 a 15 minutos. Luego, pasa un cuchillo por los bordes del molde para despegarla y colócala sobre un plato o fuente invertido. Con firmeza pero cuidado, voltea el molde. Deja que repose unos segundos para que el caramelo fluya antes de levantar el molde.
Se llama "invertida" porque se hornea con las frutas en el fondo del molde y luego se voltea al desmoldar. Fuente: Shutterstock


Puedes servirla tibia o a temperatura ambiente. Esta torta queda deliciosa sola, pero también combina muy bien con una bola de helado de vainilla o un poco de crema batida (nata). Conserva bien en la nevera hasta por tres días, cubierta con papel film o en un recipiente hermético.

La torta invertida de piña es una de esas preparaciones que nunca fallan. Es fácil, vistosa y tiene un sabor que encanta tanto a grandes como a chicos. ¡Anímate a prepararla y sorprende a todos con esta delicia casera! ¡Y a disfrutar!