Disfruta todo el sabor de estas papas fritas con cheddar y panceta

Pocas cosas en el mundo de la comida reconfortante pueden competir con unas buenas papas fritas crocantes. Pero si además las cubrimos con una capa generosa de queso cheddar derretido y trocitos dorados de panceta, el resultado es un plato que se convierte en una verdadera tentación. Esta receta, aunque sencilla en su ejecución, ofrece una combinación poderosa de sabores y texturas: la papa crujiente por fuera y suave por dentro, el queso cremoso que se funde lentamente, y la panceta que aporta ese toque salado, ahumado y crocante tan característico.

Las papas fritas con cheddar y panceta, también conocidas como “loaded fries” en algunos lugares, son perfectas como aperitivo, plato para compartir o incluso como comida principal acompañada de una ensalada fresca. Son una excelente opción para ver una película, compartir entre amigos durante una reunión o disfrutar durante un partido. Lo mejor es que se puede personalizar fácilmente: puedes añadir cebollita de verdeo, jalapeños, crema agria, o hasta huevo pochado si te gusta innovar.

El secreto del éxito está en elegir bien las papas, cortar del tamaño adecuado, freírlas a la temperatura correcta y servir todo bien caliente para que el queso se funda a la perfección. ¡Vamos a la receta!

Ingredientes

4 papas grandes, 150 g de panceta ahumada, 150 g de queso cheddar rallado, aceite para freír, sal a gusto, pimienta negra recién molida, cebolla de verdeo picada (opcional), crema agria o salsa ranch (opcional).

Procedimiento

1. Comienza pelando las papas y cortándolas en bastones de tamaño medio. Si prefieres, puedes dejarlas con cáscara para un toque más rústico, solo asegúrate de lavarlas bien. Una vez cortadas, coloca las papas en un recipiente con agua fría durante al menos 30 minutos. Esto ayudará a eliminar el exceso de almidón y a lograr papas más crujientes al freírlas.
2. Pasado ese tiempo, escurre y seca bien las papas con un paño limpio o papel de cocina. Este paso es clave para evitar que el aceite salpique y para que las papas queden doradas.
3. Calienta abundante aceite en una olla o sartén profunda a fuego medio-alto, idealmente entre 170°C y 180°C. Fríe las papas en tandas pequeñas para que no baje la temperatura del aceite. Cocina hasta que estén doradas y crujientes, aproximadamente 5-7 minutos por tanda.
4. Retira las papas con una espumadera y colócalas sobre papel absorbente. Sálalas al gusto mientras aún están calientes, para que la sal se adhiera mejor.
5. Mientras se fríen las papas, corta la panceta en tiras pequeñas o cubitos. Cocínala en una sartén a fuego medio hasta que esté bien dorada y crujiente. Retira y deja escurrir sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.
6. Con las papas ya listas y calientes, pásalas a una fuente resistente al calor o una bandeja. Espolvorea de inmediato el queso cheddar rallado por encima. Si quieres que se derrita más uniformemente, puedes llevarlas unos minutos al horno caliente o usar un soplete de cocina.
7. Agrega la panceta crujiente por encima, distribuyéndola bien para que cada bocado tenga un poco. Si te gusta, puedes añadir cebolla de verdeo picada, un poco de pimienta negra y un chorrito de crema agria o salsa ranch al final para un toque fresco.

Sirve de inmediato mientras el queso aún está fundido y las papas crujientes.

Estas papas fritas con cheddar y panceta son una delicia irresistible, perfectas para compartir o saborear solas. Son fáciles de preparar y tienen el equilibrio justo entre lo crujiente, lo cremoso y lo salado. Pruébalas y convierte cualquier momento en una excusa para saborear algo verdaderamente especial. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.