Secretos de los mejores beignets: receta tradicional revelada
Los ingredientes clave para preparar unos deliciosos beignets caseros incluyen una taza de leche tibia, que actúa como base líquida esencial para la masa. La leche tibia ayuda a activar la levadura seca activa, que se añade junto con una cuarta taza de azúcar granulada para proporcionar dulzura y alimentar la fermentación. Dos huevos grandes se incorporan para enriquecer la masa con suavidad y estructura, mientras que cuatro tazas de harina para todo uso forman la base principal, asegurando una textura ligera y esponjosa. Una cuarta taza de mantequilla derretida añade riqueza y un toque de sabor, complementado por media cucharadita de sal para realzar los sabores.
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Para la preparación, se utiliza aceite vegetal para freír los beignets hasta que estén dorados y crujientes por fuera, mientras que por último se espolvorean con azúcar glass para un acabado dulce y delicioso. Estos ingredientes se combinan meticulosamente para crear una masa suave y aireada que, una vez frita, resulta en unos beignets irresistibles, perfectos para disfrutar en cualquier momento del día como un indulgente postre o un delicioso bocado acompañado de una bebida. ¡Vamos a la receta!
Ingredientes
1 taza de leche tibia, 2 cucharaditas de levadura seca activa, 1/4 taza de azúcar granulada, 2 huevos grandes, 4 tazas de harina para todo uso, 1/4 taza de mantequilla derretida, 1/2 cucharadita de sal, Aceite vegetal para freír, azúcar glass (para espolvorear).
Procedimiento
- En un tazón pequeño, mezcla la leche tibia con la levadura seca y una cucharadita de azúcar. Deja reposar la mezcla durante unos 5-10 minutos, hasta que se vuelva espumosa.
- En un bol grande, bate los huevos con el azúcar restante hasta que estén bien combinados. Añade la mezcla de levadura activada y mezcla bien.
- Incorpora gradualmente la harina y la sal, mezclando para formar una masa pegajosa.
- Transfiere la masa a una superficie ligeramente enharinada y amasa durante unos 5-8 minutos, o hasta que la masa esté suave y elástica. Si es necesario, añade un poco más de harina para evitar que se pegue, pero no demasiado para mantener la ligereza de los beignets.
- Forma la masa en una bola y colócala en un bol ligeramente engrasado. Cubre con un paño limpio y deja reposar en un lugar cálido durante aproximadamente 1 hora, o hasta que la masa duplique su tamaño.
- Calienta suficiente aceite vegetal en una olla grande o freidora a unos 180°C (350°F). Prepara una bandeja con papel absorbente para escurrir los beignets después de freír.
- Una vez que la masa haya duplicado su tamaño, golpéala suavemente para desinflarla ligeramente. Extiende la masa en una superficie enharinada hasta que tenga aproximadamente 1/2 pulgada de grosor.
- Con un cortador de galletas redondo o un cuchillo, corta la masa en cuadrados o rectángulos de aproximadamente 2-3 pulgadas de tamaño.
- Fríe los beignets en lotes, asegurándote de no sobrecargar la olla. Cocina cada lado durante unos 2-3 minutos, o hasta que estén dorados y crujientes por fuera y cocidos por dentro.
- Retira los beignets fritos con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente para escurrir el exceso de aceite. Espolvorea generosamente con azúcar glass mientras aún están calientes.
Sirve los beignets calientes y frescos, ideales para acompañar con café o té. Saboréalos como un delicioso postre o un capricho para el desayuno. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a [email protected] te contestaremos a la brevedad.